17 de marzo de 2013

"La montaña mágica", de Thomas Mann

la montaña mágica Thomas Mann
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Isabel García Adánez
Editorial: Edhasa

SINOPSIS:
El protagonista de la novela, Hans Castorp, un joven de 22 años, estudiante de ingeniería y de familia adinerada, va a visitar a su primo al hospital de tuberculosos de Davos, en donde su estancia, originariamente planeada para tres semanas, se convierte en una estadía de siete años. Pronto comprende que la lógica que rige en el hospital, situado a 1530 m de altitud, es distinta a la que gobierna el mundo “de los de abajo” –el mundo de los sanos-. El hospital de Davos, reino de la enfermedad y la muerte, pero también de la ociosidad y la seducción, transforman profundamente al protagonista.
"La montaña mágica" es también una descripción de la situación social e intelectual europea, que registra los acontecimientos filosóficos, sociales y políticos de Europa que provocaron la Primera Guerra Mundial.

OPINIONES:
Lo leímos en el Club de lectura en diciembre de 2017.

Uno de los libros más complejos con el que nos podemos topar, con numerosos elementos simbólicos y filosóficos. El viaje y la estancia en las montañas que comienza como una necesidad física, se convertirá en un viaje de reflexión, a nivel vital y humano.
Dolors Martínez

Lo terminé después de algunos meses de comenzarlo, de dejarlo estacionado varias veces y de intercalarlo con otras lecturas. Es uno de los -como dijera Muñoz Molina- ochomiles de la literatura.
La obra se centra en Hans Castorp, quien vive una experiencia particular, alejado de la rutina y de las prisas de la vida civilizada. Toca muchos temas, algunos más interesantes y actuales que otros. Un libro muy inteso, denso. De a ratos -como cuando discuten los dos profesores- muy complicado de leer. Pero un gran libro, increíble. Lo que más me gustó, las reflexiones sobre el paso del tiempo y su percepción.
Silvina Romano

Leer “La Montaña mágica“ es una empresa que requiere tiempo y perseverancia casi tanta como tuvo su autor en escribirla. Tardó diez años en su elaboración pues, comenzada antes de la contienda, no pudo finalizarla hasta después de la Primera Guerra Mundial, lapsus temporal que significó (él mismo lo reconoce) una modificación ideológica de sus ideas pues pasó de defender el autoritarismo conservador germano a ser, años más tarde, el portavoz de los exiliados alemanes durante el III Reich.
En su obra “Relato de mi vida” insiste en la extrañeza que le produce el éxito de su libro y nos dice: “¿sería posible encontrar en las circunstancias de hoy (…) unos pocos miles de personas dispuestas a pagar el precio por una distracción tan EXTRAÑA que casi NO TIENE NADA QUE VER con la LECTURA de una NOVELA en el sentido HABITUAL de la palabra?” En sólo cuatro años alcanzó cien ediciones en diferentes idiomas: su éxito fue arrollador.
Comenzada en 1913, con ocasión de una visita a su mujer internada en un sanatorio de Davos por una leve lesión pulmonar, queda fascinado por el lugar y decide escribir una novela satírica que sirva como contrapunto a MUERTE EN VENECIA. Esta primera intención fue pronto olvidada pues se da cuenta de que su protagonista Hans Castorp -con motivo de la visita a su primo con la intención de pasar tres semanas- puede funcionar “como una esponja que lo absorbe todo”.
La guerra supondrá un paréntesis y no la retomará hasta 1919. A partir de ese momento, según palabras del propio Mann, su pensamiento se transformaría, como se ha dicho más arriba, de tal modo que estaríamos ante un doble aprendizaje: el de Hans Castorp y el del propio Mann. Dicho esto y por poner un poco de orden en mi escrito señalaré lo que más me ha gustado.
EN CUANTO A LOS PERSONAJES ME HAN GUSTADO:
-HANS CASTORP pequeño y anodino burgués “modesto joven mimado por la vida” que no es “ni un genio ni un imbécil” falto de “objetivos y de esperanzas” pues es el “vacío” lo que da respuesta a la intencionalidad de cualquier esfuerzo que pudiera realizar en la actividad que sea. Es esta falta de finalidad y concreción en torno a su propia existencia –al contrario de su primo Joachim que tiene muy claro el objetivo de su vida “allá abajo”- lo que le hace ser un MAGNIFICO RECEPTÁCULO de las intenciones educativas de “los maestros” y lo que le hará experimentar siguiendo el “placet experiri” de su primer mentor.
-SETTEMBRINI, “de ojos de organillero” “mezcla de sordidez y encanto” que derrama todo su saber hacia el joven Hans que “deseaba de todo corazón ser influido” aunque no “convencido”. Defensor de la Ilustración, el clasicismo, el progreso y la dignidad humana se empeña en ser el muro de contención no sólo del rápido acomodamiento de nuestro héroe a la mística intemporal e irracional de la vida del sanatorio, sino también a los atractivos de Claudia Chauchat, nuestra particular Circe, en la que confluyen, como afirma el propio Hans Castorp al principio de su declaración amorosa, “Le corps, l´amour, la mort”.
La relación de ambos, maestro y alumno, será fluctuante sobre todo a partir de la noche de Walpurgis en donde los papeles de Mefistófeles y Fausto son retomados por Settembrini y Hans el cual se rendirá a los encantos de la CHAUCHAT. Personaje simpático cuenta con la benevolencia de Thomas Mann y finalmente de su pupilo que llega a confesarle en el útimo capítulo “te amo. Eres un charlatán y un organillero, pero estás lleno de buena intención, de las mejores intenciones, y te amo más que al pequeño jesuita y terrorista Naphta”.
-NAPHTA, que aparece bien avanzada la obra, antítesis del primero y que protagoniza frente a Settembrini el duelo dialéctico más encarnizado de todo el libro para atraer a sus presupuestos al joven Hans. “Era un hombre de baja estatura y delgado, iba afeitado y era de una fealdad tan acusada que uno se sentía tentado de calificarla de corrosiva”. Es un personaje retrogrado que preconiza la vuelta al medievo y al sistema Ptolemaico, ataca al capitalismo y ve en el comunismo el continuador de las críticas de la Iglesia a la avaricia y al comercio por lo que la revolución y el terror serán inevitables.
-El tercero en discordia NO ME HA GUSTADO, me refiero al caricaturesco PIETER PEEPERKORN a cuya críptica palabra pedagógica parece someterse Hans Castorp y del que el lector lo ignora casi todo salvo la sospecha que tras sus “interruptus” discursos Mann se burla de los dos filósofos peripatéticos, a saber de Septembrinni y Naphta.
-ME HA GUSTADO TAMBIÉN EL IR Y VENIR DE TODOS LOS PERSONAJES SECUNDARIOS que montados en un carrusel fantasmal apuran con voluptuosidad y avaricia cualquier forma de tiempo, RUTINARIO O FESTIVO, que se les ofrece, así como la ATMÓSFERA EVANESCENTE del sanatorio que llega a su fin para nuestro protagonista cuando Hans rompe el cascarón de su diletantismo y decide volver “allá abajo“ y participar como actor de la contienda.
EN CUANTO A LAS IDEAS:
-ME HA INTERESADO MUCHO (y por esta razón doy por bien leída la obra, pues me ha obligado a volcar mi atención sobre este tema) el binomio CIVILIZACIÓN versus CULTURA que enfrentaron a Francia y a Alemania a partir del siglo XIX pues esta última rechazaba lo clásico francés por repetitivo y superficial (lo encarna de un modo caricaturesco Settembrini) y trataba de construir nuevos referentes con los que sustentar la idiosincrasia alemana (representada de alguna manera por NAPHTA).
-Con otras palabras RACIONALISMO y universalidad (Francia) frente a la exaltación de las diferencias y particularidades a las que dotan de un carácter TRASCENDENTAL (Alemania). Se llega al extremo de identificar LO LITERARIO con la civilización, lo cerrado, lo inamovible, lo francés pues su fundamento es la palabra y LA MÚSICA con lo indeterminado, lo infinito, lo alemán. Estás dos posiciones irreconciliables son las que caricaturiza THOMAS MANN en Septembrini y Naphta pues el autor después del desastre evolucionó hacia posiciones democráticas y progresistas.
-Y para terminar pues veo que me estoy extendiendo demasiado, me alegro de haberla releído a pesar de que ha habido momentos tediosos. Necesito poco para que la lectura me enrede pues no pretendo que me cautiven sentimentalmente y mucho menos identificarme con sus cuitas, sólo necesito, y no es poco, el pulso firme y maestro del escritor para llevar adelante con ambición el mundo que ha decidido poner en pie. Y sí, estoy en la cima de la buena escritura... ya veremos cómo bajo La Montaña.
Ana Ballester

No ha sido de mi agrado. Es un libro con unos personajes muy fríos, aunque entiendo que serán el reflejo del lugar y de la situación en la que se encuentran. No he conectado con ningún personaje, ni para bien ni para mal. La historia no me ha resultado interesante. Además entremezcla la trama con muchas discusiones filosóficas y algunas de ellas me han resultado muy difíciles de seguir (por no decir imposible). Eso sin hablar del capítulo que está escrito en francés en su mayor parte. He tenido que recurrir al enlace que compartieron unos compañeros del grupo para enterarme de qué trataba (me pregunto qué harían para leerlo las personas que no sabían francés cuando aún no existía internet). Un libro muy denso y muy extenso.
Mar García

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