13 de agosto de 2013

"Mientras agonizo", de William Faulkner

Mientras agonizo William Faulkner
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Mariano Antolín Rato
Editorial: Alianza

SINOPSIS:
Addie Bundren, antigua maestra de escuela, yace agonizante mientras sus hijos y su marido aguardan el momento de su muerte y se disponen a cumplir su voluntad de ser enterrada en el cementerio de Jefferson, a más de sesenta kilómetros de distancia, junto a sus antepasados. La narración de las peripecias que corren los pobres e ignorantes miembros de la familia Bundren a lo largo del extraño y accidentado traslado del cadáver en carromato de mulas, da pie a William Faulkner (1897-1962) para levantar en las páginas de "Mientras agonizo" (1930) una de sus novelas más ricas. Sirviéndose del monólogo interior de los personajes, crea una novela poliédrica que, cual una piedra tallada, va reflejando, según la faceta a través de la cual apreciamos su unidad, los infinitos claroscuros de la naturaleza humana.

OPINIÓN:
Es lo primero que leo del autor, así no sabía exactamente que podía esperar y no tenía puestas ninguna expectativa, salvo la curiosidad de adentrarme en sus letras. "Mientras agonizo" cuenta la historia de los Bundren, una familia de campesinos formada por el matrimonio, Anse y Addie, sus cuatro hijos Darl, Cash, Jewel, Vardaman e hija Dewey Dell. La trama narra el momento en que Addie yace agonizante para finalmente morir rodeada sino de todos, de casi todos los suyos, por lo que estos se ven en el deber de rendirle sepultura y respetar sus últimos deseos, que es ser enterrada en su pueblo natal, Jefferson, a una distancia considerable de donde viven (considerable teniendo en cuenta los medios disponibles). Se inicia así una auténtica epopeya para llegar a Jefferson, de una familia que se muestra humilde y orgullosa de su tierra, cuyos miembros tienen su propia concepción del entorno que les rodea y del ser en la vida.
Hasta aquí todo puede parecer corriente, si no fuera por el estilo en que se presenta los acontecimientos. Cada miembro de la familia, además de diversos vecinos de la zona que participan de alguna manera en el periplo, deja patente sus impresiones de lo que sucede. Estas divagaciones se exponen, en ocasiones, profundas, pero también inconexas, rozando la locura. Es un modo de construir la historia que al leerla agota, por lo menos yo, al principio, me he sentido mareada, con la necesidad de releer frases, porque con los saltos de un personaje a otro (no hay separación de capítulos) y al ser los testimonios tan dispersos al expresarse pensaba que me perdía. También he decir que, a veces, me he sentido agobiada debido al carácter tan conservador y hosco de los personajes, una personalidad tan cerril cercana a la hostilidad, lo que hacía que me planteara lo imposible que sería vivir con ellos o en un lugar así (sobre todo lo digo por el padre, muy orgulloso). 
A pesar de todo, debo decir que al final me ha gustado. No es que sea de diez, pero es diferente, tiene valor por lo que no dice y te introduce en la atmósfera de las familias campesinas tradicionales, de las que echan raíces. Si algún día me atrevo con "El ruido y la furia" ya sabré a qué atenerme.
Dolors Martínez

3 comentarios:

  1. La leí hace tiempo y ciertamente me fascinó. Lo que contaba y como lo contaba Faulkner, adentrándote en la piel interior de cada uno para ir componiendo un cuadro tan complejo sobre la vida y la muerte, me pareció de un nivel excelso. William Faulkner y Virginia Woolf fueron los precursores de los monólogos interiores. Luego me leí otra novela suya, Luz de Agosto, que no tiene nada que ver, tiene un corte más clásico y se adentra de lleno en el ignominioso mundo del racismo. Una novela de esas que te golpean; creo que no me equivoco si digo que es una obra maestra. De esa manera comprobé porque Faulkner está considerado uno de los mejores escritores del siglo XX.

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    Respuestas
    1. Hola Miguel,
      Gracias por el comentario. Yo de Faulkner sigo sin haber leído nada más que Mientras agonizo, anoto Luz de Agosto,que por lo que cuentas, no suena nada mal.

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    2. Tenía apuntado Mientras agonizo y ¡Absalón, Absalón!, ahora también anoto Luz de agosto. Solamente leí El ruido y la furia y tengo en casa El villorrio... la lista no para de crecer...

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