12 de agosto de 2013

"Plataforma", de Michel Houellebecq

Plataforma Michel Houellebecq
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Encarna Castejón
Editorial: Compactos Anagrama

SINOPSIS:
Michel, parisino, funcionario, cuarentón, apocado y apático, incapaz de experimentar ninguna emoción, parte de vacaciones a Tailandia para olvidarse de todo y sumergirse en un paraíso de placer en el oasis del turismo sexual. Allí conoce a Valérie, directiva de «Nouvelles Frontières» y con ella decide crear una red mundial de colonias turísticas en las que el sexo se practique libremente, los deseos estén en venta y la prostitución sea legal. Pero tras el éxito inicial la tragedia se precipita, motivada por integristas de toda laya... Una novela que ha conmocionado a Francia por su provocadora visión del cinismo erótico de la sociedad de consumo.

OPINIONES:
De este autor leí "El mapa y el territorio" y "Lanzarote", y este, a rasgos generales, se asemeja más al segundo que al primero. El protagonista, que es quien cuenta la historia, es un antisocial funcionario francés, de 40 años que parte de un viaje de vacaciones a Tailandia luego de enterarse de la muerte de su padre (esta primera parte, por la reacción del protagonista me ha recordado a "El extranjero", de Camus). Además de la trama de la historia personal del personaje, que no quisiera adelantar, la novela se centra en el asunto del turismo sexual -más en su existencia y sus motivos que en su cuestionamiento moral-, la perspectiva occidental en cuanto a la pareja y el sexo, el capitalismo y otras críticas a la sociedad occidental actual.
Encontré la novela muy interesante, la crudeza de Houellebecq a veces viene bien, su filosofía o perspectiva es particular, más aún la forma directa de expresarse.
Otra vez he encontrado algunos detalles de sobra en las escenas de sexo, aunque a lo mejor es porque son, además de sin filtros ni adornos, relacionados con fantasías y sensaciones masculinas.
Silvina Romano

Dos son los comentarios que, en referencia a este autor, más se repiten: ‘guste o no, no le dejará indiferente’ y ‘no hay término medio: o lo odias o lo adoras’. Estoy de acuerdo con ambos (y soy de los que lo adoran).
Houellebecq, con su estilo habitual (y por no extenderme demasiado me remito a las demás reseñas que de sus obras se han hecho) gira nuevamente en torno a dos de sus temas habituales: el sexo, que tiene gran peso también en ‘Las partículas elementales’ y ‘Lanzarote’, esta vez en el marco del turismo sexual y, en menor medida, ya en las últimas páginas, el Islam, tema tratado también de refilón en ‘Lanzarote’ y por el que sistemáticamente se le pregunta en cualquier entrevista.
Me ha sorprendido encontrar por primera vez a un protagonista enamorado o, al menos, que siente por su pareja algo más allá de los encuentros sexuales; cierta admiración y complicidad fuera del ámbito carnal. No me ha sorprendido que describa paso a paso cada segundo de sus encuentros sexuales, algo tan habitual en él que llega a aburrir un poco en la lectura de una de sus novelas, y mucho cuando ya se es lector habitual de su obra.
Debo decir, en honor a la verdad, que no difiere mucho del resto de su obra (la primera parte parece una ampliación de ‘Lanzarote’) y, además, estoy seguro que la que me falta por leer (‘La posibilidad de una isla’) es posible que sea más de lo mismo, aunque tal vez ésta tenga un perfil más científico, orientado a la clonación, otro de sus temas fetiche. Pero como dije al principio, nunca me deja indiferente y admiro, más que lo que dice, el cómo lo dice y cómo lo enfoca, por lo que seguiré leyendo y recomendando cada obra de este autor.
Luis Sánchez Martín

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