3 de junio de 2014

"El jilguero", de Donna Tartt

El jilguero Donna Tartt
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Aurora Echevarría Pérez
Editorial: Lumen

SINOPSIS:
Al acercarnos a "El jilguero", vamos enfocando una habitación de hotel en Amsterdam. Theo Decker lleva más de una semana encerrado entre esas cuatro paredes, fumando sin parar, bebiendo vodka y masticando miedo. Es un hombre joven, pero su historia es larga y ni él sabe bien por qué ha llegado hasta aquí.
¿Cómo empezó todo? Con una explosión en el Metropolitan Museum hace unos diez años y la imagen de un jilguero de plumas doradas, un cuadro espléndido del siglo XVIII que desapareció entre el polvo y los cascotes. Quien se lo llevó es el mismo Theo, un chiquillo entonces, que de pronto se quedó huérfano de madre y se dedicó a desgastar su vida: las drogas lo arañaron, la indiferencia del padre lo cegó y su amistad con el joven Boris lo llevó a la delincuencia sin más trámites. Todo parecía a punto de acabar, y de la peor de las maneras, en el desierto de Nevada, pero no. Al cabo de un tiempo, otra vez las calles de Manhattan, una pequeña tienda de anticuario y un bulto sospechoso que ahora va pasando de mano en mano hasta llegar a Holanda.
¿Cómo acabará todo? Esto está en manos del talento de Donna Tartt, que a puesto al día las reglas de los grandes maestros del XIX, siguiendo a Dickens pero también a los personajes de Breaking Bad, para escribir "El jilguero", probablemente el primer clásico del siglo XXI.

OPINIÓN:
Terminé “El jilguero”, de Dona Tartt (casi 1.200 páginas) premio Pulitzer de Narrativa, 2014.
La trama, que se desarrolla fundamentalmente en Nueva York, con escenarios también en Las Vegas y Amsterdam, está protagonizada por un joven, cuya vida errática, desarraigada y llena de inquietud está marcada por un terrible acontecimiento que sufre en su adolescencia. 
Me ha parecido una novela maravillosamente escrita, con unos personajes bien perfilados y un comienzo trepidante y lleno de intriga y en la que la autora plasma de forma brutal a veces y con ternura otras, emociones muy fuertes: el dolor, la pérdida, la amistad, el amor, el fraude, la búsqueda, las drogas, el desarraigo…un argumento cuajado también de referencias culturales en la que, aparte del amor a la pintura, se encuentran registros de “Oliver Twist” o “El idiota” de Dostoievski ; no en vano Donna Tartt afirma que sus referencias literarias son los clásicos. 
De lectura fácil, la trama se desarrolla con agilidad, aunque a veces el protagonista cae en profundas reflexiones, que, en mi opinión, ralentizan la acción. La última parte me ha parecido un tanto rocambolesca, pero en general se trata de una grandísima novela, que atrapa y se lee con interés hasta el final.
Yolanda Castilla Galdos

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