Género: Narrativa
Traducción: José Antonio Soriano Marco
SINOPSIS:
Ganadora del prestigioso premio Renaudot y elegida Libro del Año por los libreros franceses y la revista Lire,
esta novela posee una belleza sombría y seductora que emana tanto del
clima misterioso que envuelve la historia como del profundo y descarnado
retrato de los personajes que la componen.
Diciembre de 1917. En un pequeño pueblo del norte de Francia, el cuerpo
sin vida de una hermosa niña aparece flotando en el canal. A la escena
del crimen acuden, acompañados por el incesante tronar de los cañones y
el acre olor a pólvora de un frente que se desgarra a escasos
kilómetros, un policía, un juez instructor y un militar. En este mundo
provinciano, el asesinato de Belle suscita innumerables sospechas,
despierta viejos rencores y sacude un orden social que se tambalea.
Todos los indicios apuntan al fiscal Destinat, un rico aristócrata ya
jubilado, pero el juez designará como culpables a dos desertores
apresados en las cercanías del lugar del crimen. Sin embargo, la crónica
de los hechos, escrita por el policía veinte años después del suceso,
invita al lector a descubrir una realidad inesperada. En su implacable
relato, donde la emoción aparece retenida por el pudor del narrador,
nadie es inocente, y los culpables, de una forma u otra, son también
víctimas. El gris es el tono dominante, pero no el gris de la muerte, ni
el del duro clima invernal, ni siquiera el de la cobardía, sino el gris
en que se desenvuelve la condición humana: la ausencia de certezas
absolutas, las sombras, los claroscuros, en suma, el peso rotundo de la
duda.
OPINIONES:
He leído “Almas grises”, de Philippe Claudel, quien, con su maravillosa
prosa, en esta novela nos sumerge en una historia íntima y perturbadora,
narrada en primera persona por un personaje oscuro, que es a la vez
testigo y protagonista y del que nunca sabremos su nombre.
En un pueblo remoto y con el cruel trasfondo de la Primera Guerra Mundial, el autor escudriña magistralmente en los recovecos más sombríos del alma humana. La hipocresía, el silencio, el dolor y la maldad son tan protagonistas como los grises personajes que componen la compleja historia que el narrador se esfuerza en contar y que le desgarra por dentro.
Una novela profunda, bien estructurada y espléndidamente escrita, tal y como nos tiene acostumbrados el autor, con una trama dura e inquietante, donde los secretos y los sentimientos fluyen en medio de un trasfondo psicológico y moral que no deja indiferente.
En un pueblo remoto y con el cruel trasfondo de la Primera Guerra Mundial, el autor escudriña magistralmente en los recovecos más sombríos del alma humana. La hipocresía, el silencio, el dolor y la maldad son tan protagonistas como los grises personajes que componen la compleja historia que el narrador se esfuerza en contar y que le desgarra por dentro.
Una novela profunda, bien estructurada y espléndidamente escrita, tal y como nos tiene acostumbrados el autor, con una trama dura e inquietante, donde los secretos y los sentimientos fluyen en medio de un trasfondo psicológico y moral que no deja indiferente.
Yolanda Castilla Galdos
Esta no es una novela negra. En ellas uno o varios crímenes se usan para
descifrar la parte de la sociedad menos evidente. Este libro pretende
destripar al individuo con el pretexto de un asesinato. Claro que se
retrata una sociedad, la francesa de la primera guerra mundial, porque
el hombre es social por solo que se halle.
Importa la identidad del asesino porque somos curiosos, pero recordaremos este libro por la desolación del ser humano cuando pierde a alguien amado. El nombre del asesino nos inquieta menos que el de quien acabará con nosotros también, se llama soledad.
Prosa extraordinaria. El autor dice de unos ojos que son clavos mojados en vinagre, o que el tiempo es un tronco de árbol muerto golpeado como con hacha por las campanas de iglesia. Él escribe certero sin un solo golpe al aire.
Edita Salamandra, traduce José Antonio Soriano. Original "Les âmes grises", 2003. Leo la 9ª edición española, de 2011. 222 páginas, 15,50 euros.
Importa la identidad del asesino porque somos curiosos, pero recordaremos este libro por la desolación del ser humano cuando pierde a alguien amado. El nombre del asesino nos inquieta menos que el de quien acabará con nosotros también, se llama soledad.
Prosa extraordinaria. El autor dice de unos ojos que son clavos mojados en vinagre, o que el tiempo es un tronco de árbol muerto golpeado como con hacha por las campanas de iglesia. Él escribe certero sin un solo golpe al aire.
Edita Salamandra, traduce José Antonio Soriano. Original "Les âmes grises", 2003. Leo la 9ª edición española, de 2011. 222 páginas, 15,50 euros.
Luis Miguel Sotillo Castro
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