29 de octubre de 2015

"La muerte de Amalia Sacerdote", de Andrea Camilleri

La muerte de Amalia Sacerdote Andrea Camilleri
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Juan Carlos Gentile Vitale
Editorial: RBA

SINOPSIS:
Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, se niega a que el auto de procesamiento de Manlio Caputo, hijo del líder de la izquierda siciliana y acusado del homicidio de su novia Amalia Sacerdote, hija a su vez de un notable diputado del partido rival, abra el informativo regional de la tarde: «Esta historia es peligrosa para todos, también para quien debe dar la noticia». Y es que «una pura y simple noticia de sucesos» no es pura ni simple en Sicilia, en donde política, mafia y familia conforman una red tan sólida, que hasta la justicia y el periodismo -los dos escenarios en los que transcurre esta magistral novela- están a su servicio. Y en la que unos y otros confabulan, no para encontrar la verdad, sino para esconderla. 
"La muerte de Amalia Sacerdote" no es sólo una novela sobre la corrupción política, sino también sobre la fidelidad al orden establecido: los títeres de la televisión, la farsa de los abogados, el farol del fiscal, la desaparición de las pruebas, el misterioso amante de Amalia Sacerdote y, por supuesto, el alto precio de negarse a mirar hacia otro lado.

OPINIONES:
De vez en cuando Camilleri abandona su paraíso particular de Vigatà, le da vacaciones a Montalbano y desciende a la terrenal Palermo; se calza las botas de su colega y compatriota L. Sciascia y hace, a mi modo de ver, más que una novela, un guión de TV, en el que, con la excusa de la muerte de la hija de un poderoso mafioso, se lanza a una descarnada crítica político-social de la Sicilia actual.
Es una novela extraña tanto en su concepto como en la forma. El protagonista no es un detective sino el director de la RAI de Palermo, Michele Caruso; no interesa el cadáver sino la enmarañada red de influyentes relaciones que giran a su alrededor; no hay voluntad de resolver el asesinato sino que el motor que impulsa la acción es el miedo, el chantaje y las ansias de poder tras cada información proporcionada.
La narración se desarrolla en forma de múltiples y aceleradas conversaciones lideradas por Caruso quien, como un funambulista sobre un tenso cable tejido por intereses políticos, judiciales, mafiosos y financieros, dirige la investigación buscando más los réditos periodísticos que la solución del caso. Así, será el lector, becario de la redacción, el que irá deduciendo y resolviendo la intrincada trama, más enrollada que unos “spaghetti al nero di seppia”. Es tal la multitud de ramificaciones del argumento y de personajes que en más de una ocasión se pierde el hilo.
Está claro que Camilleri se desenvuelve mejor en la ocurrente fabulación policíaca que en el realismo social, pero aun faltando el ingenio habitual de sus protagonistas y siendo en esta ocasión la sátira carente de toda gracia, animo a la lectura de esta novela por lo que supone de brutal denuncia contra esa corrupción secular que mantiene a la perla del Mediterráneo prisionera de la tenaza mafiosa.
La recomiendo para incondicionales de Camilleri, para los amantes de Sicilia con todas sus consecuencias, para los que nos revuelve y a la vez apasiona el tema de la Mafia, porque nunca viene mal un latigazo a la conciencia.

P.D: Sigo sin entender por qué la catalogan como novela negra (incluso con premio en esta categoría en 2008) porque no tiene nada de policíaco pero sí mucho de política. 
Loro Flint

Amalia Sacerdote, hija de un importante personaje, ha sido asesinada y el principal sospechoso es su novio, hijo de un diputado de la izquierda siciliana. Pero en esta historia poco importa conocer al verdadero asesino, el homicidio será la moneda de cambio con la que unos y otros pretenden obtener su propio beneficio.
La novela está narrada en tercera persona y su protagonista es Michele Caruso, director de los telediarios de la RAI en Sicilia, pero enseguida se percibe que su trabajo no es meramente periodístico. Además de investigar por cuenta propia y lidiar con su tropa de reporteros, Caruso se convierte en un títere en manos ajenas, que le indican sobre lo que debe y no debe informar.
Una trama enrevesada de intereses y tejemanejes, en la que abundan los diálogos y los personajes (hay que estar atento desde el principio para no perderse entre tantos nombres), y en la que las indagaciones de Caruso nos hacen dilucidar la verdad, todo ello entre censura, infidelidades y confabulaciones a todos los niveles.
Me sorprende leer que la novela ganó un premio de novela negra, porque yo no la calificaría dentro del género; cierto que hay un asesinato y algo de intriga, pero me parece más sobre política y corrupción.
Aunque es entretenida, no me ha entusiasmado, prefiero los casos del comisario Montalbano con diferencia; no obstante me parece muy interesante la denuncia implícita que hace de la corrupción en muchos campos: político, policial, judicial, periodístico ... y que probablemente no se aleje mucho de la realidad.
Esther Rodríguez

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