"Los millones", de Santiago Lorenzo

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa
Editorial: Blackie Books

SINOPSIS:

A UNO DEL GRAPO cuyas ilusiones son tan austeras que más que soñarse, se padecen... LE TOCA LA PRIMITIVA. Pero cuando aprieta en su puño el boleto premiado con 200 millones de pesetas, 2. 12. 13. 14. 45. 49, constata que para no haber creído jamás en la suerte, bastante mala la tiene. Ese 13 se lo recuerda, mientras que el 45 lo lleva a pensar en Hiroshima, y el 49, en el autobús con el que enfila cada día el taller fantasma en el que cose etiquetas para polos que, como su vida, son una imitación. Porque... NO PUEDE COBRAR aunque tiene 90 días para hacerlo. En ese tiempo le tocará otra Primitiva: conocerá a una periodista que, ironía extra, responde por ese nombre. Ella, que buscaba al ganador desaparecido, encontrará a este perdedor con el que comparte un alto déficit de cariño y una pasión casi infantil, y por tanto genuinamente pura, por los trenes. ¿Pero entonces por qué no cobra y coge uno con ella? PORQUE NO TIENE DNI. Y sin embargo existe y, por todo eso, sufre. Manual atemporal de supervivencia, retrato de la tiranía del dinero y de la búsqueda de identidad, "Los millones" es, además, un clásico instantáneo y una historia de amor gigante. 

OPINIÓN:

Ha sido mi última lectura del año, y ha conseguido que éste me deje muy buen sabor de boca, pues he terminado con una gran terna que comencé con ‘Los gatos pardos’, continué con ‘Homer y Langley’ y he concluido con esta entrañable y divertidísima historia.
Su protagonista es un don nadie en su más amplio sentido. No destaca por nada, no tiene vida social, debe pasar el mes con las dieciséis mil pesetas que gana en un mísero taller cosiendo etiquetas falsas en camisetas y vive en un cuchitril que se cae a pedazos. Además, al ser uno de los más ínfimos eslabones de las filas del GRAPO, no dispone de DNI, con lo que remata su condición de Don Nadie.
Primitiva (curioso nombre dadas las circunstancias) es periodista en una revista que se distribuye gratuitamente por supermercados y está infelizmente casada con un profesor universitario gris y acomplejado. Investigando la identidad del desconocido y único acertante de la combinación ganadora, conoce a Francisco, que no puede cobrar el premio al carecer de documentación, sin poder si quiera imaginar que se trata de la persona a quien busca, también en su más amplio sentido, pues si bien no encuentra (o no sabe que ha encontrado) al misterioso ciudadano, pronto surge entre ambos una química y una complicidad que les hace pasar los mejores momentos de sus insulsas vidas.
Me ha parecido una historia magnífica, una comedia agridulce donde el patetismo de sus protagonistas (el capítulo donde se describe cómo llegar a fin de mes con cuatro mil pesetas a la semana es, sencillamente, magnífico) contrasta con la idílica felicidad que a solas se procuran, todo eso sin caer en lo pasteloso, antes al contrario, en tan surrealista marco el autor logra transmitir credibilidad a los sentimientos de dos personas que, al no tener nada, son felices con lo puesto.
Mención de honor para el director de la revista donde trabaja Primitiva, personaje que me ha procurado verdaderas carcajadas.
Recomiendo esta lectura encarecidamente.

Luis Sánchez Martín