19 de junio de 2017

"Elogio del gato", de Stéphanie Hochet

Elogio del gato Stéphanie Hochet
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Laura Salas Rodríguez 
Editorial: Periférica

SINOPSIS: 
«Todo el mundo lo sabe: el gato es un animal libre, el gato escoge a su amo antes de que el amo llegue a elegir al gato.» ¿Cuántos hombres y mujeres de letras reconocen en el gato el mismo gusto por la libertad de los autores de todos los tiempos y se identifican con el pequeño felino? La asimilación del escritor con el gato es un clásico en literatura. La libertad no tiene precio para los artistas. Nos llueven los ejemplos; y algunos de los más interesantes se encuentran en este libro. «Adoro la manera que tienen los gatos de estar mitad dentro, mitad fuera, a la vez salvajes y domésticos, porque yo misma soy una salvaje domesticada. O, más bien, estoy domesticada mientras la puerta esté abierta», escribió una prestigiosa novelista inglesa. Si un artista no supiera cómo convertirse en un hombre o una mujer libre, el gato podría servirle de ejemplo.
Del antiguo Egipto a la moderna Francia, he aquí un sugerente elogio de los gatos (con datos históricos que sorprenderán a más de un lector) acompañado por las palabras de Balzac, Poe, Maupassant, Soseki, Bulgákov, Eliot, Colette, Simenon, Tennessee Williams, Burroughs o Amélie Nothomb, entre muchos otros.
«En Europa, en la Edad Media, poseer un gato negro acarreaba la pena de muerte, pero en el Egipto antiguo el gato estaba asociado a la diosa Bastet, la diosa de la alegría y de la fertilidad. El miw (sustantivo que lo designa) era un animal sagrado: quien matara a un felino era ajusticiado; tras el fallecimiento, el gato era momificado y colocado en un sarcófago. En su pasión por el animal flexible, el hombre llega al punto de aplicar la pena capital. A favor o en contra. ¿No es acaso ese sentimiento excesivo el signo de que el gato encarna nuestra desmesura, y de que se ha ganado un lugar privilegiado en nuestro inconsciente, representando la parte que de éste rechazamos?»

OPINIÓN:
Conocí a la autora con la lectura de “Pétronille”, de Amélie Nothomb, donde sirvió de inspiración para el peculiar personaje que acompaña a la escritora belga a beber champán. Desde entonces me propuse leer algo de Hochet, cuyos libros además Nothomb ensalzaba, pero al parecer éste es su único libro traducido al castellano, por el momento.
Se trata de un breve ensayo centrado en los gatos y su aparición en la literatura, más frecuente incluso de lo que pensaba antes de leer el libro. Los títulos de los capítulos dan una idea del aspecto gatuno sobre el que versará el mismo –El libertario. El autócrata. La mujer. El rellenito. El Dios–. Incluye descripciones precisas, anécdotas, fragmentos literarios con el gato como protagonista, reflexiones, así como curiosidades como el cambio que han sufrido en la percepción humana esos pequeños felinos a lo largo de la historia. Me ha parecido interesante también la bibliografía final, de la que he apuntado algunos títulos que no conocía.
En mi opinión el conjunto tiene además un tono humorístico que me ha gustado. Una lectura muy entretenida que encantará a los amantes de estos fascinantes animales
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Esther Rodríguez

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