3 de noviembre de 2017

"Duelo", de Eduardo Halfon

Duelo Eduardo Halfon
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Libros del Asteroide

SINOPSIS: 
«Usted no escribirá nada sobre esto, me preguntó o me ordenó mi papá, su índice elevado, su tono a medio camino entre súplica y mandamiento. Pensé en responderle que un escritor nunca sabe de qué escribirá, que un escritor no elige sus historias sino que éstas lo eligen a él, que un escritor no es más que una hoja seca en el soplo de su propia narrativa. Pero por suerte no dije nada. Usted no escribirá nada sobre esto, repitió mi papá, su tono ahora más fuerte, casi autoritario. Sentí el peso de sus palabras. Por supuesto que no, le dije, quizás sincero, o quizás ya sabiendo que ninguna historia es imperativa, ninguna historia necesaria, salvo aquellas que alguien nos prohíbe contar.»
En este nuevo libro del proyecto literario de Eduardo Halfon, el autor guatemalteco, siempre indagando en los mecanismos de la construcción de la identidad, se sumerge en aquellos que se originan en las relaciones fraternales: duelo como combate que se inicia con el nacimiento de un hermano y duelo también como luto por su muerte. Una novela profunda y emotiva que acrecienta la reputación del autor, «uno de esos escasísimos escritores –como señaló la revista francesa Lire– que no necesitan escribir largo para decir mucho».

OPINIONES:
En esta breve novela que podría encuadrarse en el, tan de moda actualmente, género de la autoficción (aunque quizá con mayor peso autobiográfico que en otros autores), Halfon (re)visita algunos lugares que pisó en su infancia buscando información sobre el hermano mayor de su padre, Salomón, de quién sólo sabe (o cree saber) que murió ahogado siendo un niño. 
Durante su periplo intercala breves historias sobre sus abuelos y tíos, su hermano, su padre y, la que más me ha gustado, los niños ahogados del lago, descubierta a raíz de la visita a una suerte de curandera. 
Este texto forma parte de un proyecto de búsqueda de raíces e identidad que agrupa varios títulos, y es cierto que algún pasaje, en concreto aquel en el que el autor investiga el paso de un familiar por varios campos de concentración, creo haberlo leído con anterioridad en ‘Signor Hoffman’, otro de los títulos de dicho proyecto literario.
Es la tercera obra que leo de este autor en cuyo universo poco a poco me voy adentrando y que, a pesar de ese objetivo último de búsqueda de identidad que planea por cada página de cada publicación, no se me hace repetitivo, por lo que lo recomiendo y seguiré indagando en su obra.

"A VECES SIENTO QUE LO PUEDO OÍR TODO, SALVO EL SONIDO DE MI PROPIO NOMBRE".

Una historia familiar y ancestral judía escrita con gran misticismo y amor filial ... y esa gracia y belleza que tiene la buena literatura... porque la narración de estas memorias tiene un lenguaje sencillo y un estilo tan placentero e intrigante que no permite dejarlo hasta el final. No se si será autobiográfica, pero sí, me pareció arte puro.
Recuerdos ingenuos de la niñez, con miedos, rezos, imaginaciones, sucesos ... contados con humorística simpatía e intercalados o mezclados con deliciosa pericia con hechos históricos reales y con acontecimientos actuales.
En una labor de descubrimiento de su identidad, tal vez inconsciente, el joven judío-guatemalteco busca escudriñar los secretos familiares de generaciones anteriores a la suya y lo hace, a veces hasta sin admitir la intención, en diferentes viajes ... unos a Europa y otros a Nueva York y al mágico y contaminado lago volcánico de Amatitlán.
Los personajes de don Isidoro (el Número Áureo) y doña Hermelinda (la sobadora, "la burbuja" del lago) así como el del niño que vende desayunos en su cayuco, están tan bien retratados que uno los visualiza. Lo mismo que los tíos abuelos y abuelos, sobre todo el polaco, plasmado con parca veneración.
Vislumbré reminiscencias bíblicas: algo de Caín y Abel, de Esau y Jacob, de José y sus hermanos, en enemistades fraternales que se repiten de generación en generación como una tara.
Las descripciones de sentimientos, eventos y lugares son precisas y económicas ... explican lo justo y necesario, pero lo dicen todo.
Fue entrañable para mi leer de sitios que me son cotidianos y "oír" el dulce lenguaje centroamericano.
Descubrí con asombro y placer que uno de los lugares emblemáticos de la historia, está a sólo 13 minutos de mi casa. Es un museo aéreo llamado Wings Over Miami. Desde donde la historia remonta a los 6 años de torturas en cuatro diferentes campos de concentración... historia nunca contada por el abuelo... quién sólo quiso ver el avión de guerra alemán HE 177 que quizá ayudó a construir ... que quizá ayudó a sabotear en el campo de trabajos forzados de Heinkel ... el abuelo polaco que tenía tatuado el número de "teléfono" en el brazo, que fue su cuarto número de prisionero.
Y el nombre ancestral y bíblico que no cesa de repetirse, por ambos lados de la familia, Salomón, nombre que evoca paz y sabiduría ... pero también tragedia ... y la falsa convicción de un niño Salomón ahogado en Amatitlán que quizá fue una pesadilla recurrente ...
Este libro-confesión lo veo no solo como una búsqueda de identidad sino también como el procesamiento del DUELO, tanto por el holocausto judío, dónde fueron asesinados muchos miembros de la familia, como por el niño Salomón.

"SOBRE LAS LÁMINAS DEL TECHO RETUMBABA CADA GOTA DE LLUVIA, COMO SI CADA GOTA DE LLUVIA, AL CAER, ESTUVIERA ANUNCIANDO SU PROPIO NOMBRE".
Lucila Argüello

2 comentarios:

  1. Comentario de Carlos Halfon cuando Carlos Weissenberg le envió copia de mi opinión:


    “Muchas gracias, Carlos. Buenísimo su texto. Y claro, todo está basado o robado de mi familia. Pero todo también es ficción. No son excluyentes. Lo hablaremos más pronto, estoy seguro. Va un fuerte abrazo desde Guate. Eduardo"

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