2 de agosto de 2018

"Las diez mil cosas", de Maria Dermoût

Las diez mil cosas Maria Dermoût
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Rafael Váquez Zamora
Editorial: Libros del Asteroide

SINOPSIS:
Las diez mil cosas es una novela que puede leerse como una antología de relatos. En la primera mitad del siglo XX, en una isla del archipiélago de las Molucas, se conservan ya pocos de los antiguos jardines de especias, en uno de ellos vive Felicia «la dama del Pequeño Jardín», última descendiente de una familia holandesa propietaria de plantaciones de nuez moscada. Toda su familia ha muerto hace ya tiempo, y aunque en apariencia no le queda nada, Felicia vive rodeada por la presencia de un sinfín de cosas: su casa, el bosque, el mar, los aromas de la isla, sus recuerdos y fantasías… Leyendas e historias reales que terminan trágicamente se entrecruzan en un lugar donde la pena y el dolor no logran alterar el equilibrio natural de la existencia, y donde el pasado tiene tanta fuerza como el presente. Publicada por primera vez en Holanda en 1955, Las diez mil cosas fue reconocida inmediatamente como una obra mágica sin parangón en la literatura occidental. Una visión arrebatada de un mundo tan real e íntimo como exótico; un libro que es, a la vez, un lamento y un canto a la naturaleza y a la vida.

OPINIÓN:
Ambientado en una de las Islas de las Especias, en Indonesia, a principios del siglo XX, el libro se compone de una serie de relatos que aunque diferenciados pueden ser considerados en conjunto, por los personajes y elementos comunes que sirven de ligazón entre ellos. En el más extenso, “El Pequeño Jardín”, conocemos a Felicia, que regresa y se instala allí con su hijo pequeño. Son páginas plagadas de recuerdos, melancolía y la belleza que transmiten los paisajes y la naturaleza descrita (que imagino paradisíaca). También destacan “El comisario”, “Constance y el marinero” y “El catedrático”, tres relatos más cortos cuya lectura atrapa. La primera mitad del libro se me ha hecho un poco larga, con la historia del jardín y de Himpies, el hijo de la señora del Pequeño Jardín; pero el resto de los relatos han resultado una sorpresa muy grata que ha compensado con creces la lectura.
Este libro está considerado un clásico de la literatura holandesa y probablemente su autora lo escribió en recuerdo y homenaje al lugar que la vio nacer, crecer y donde pasó buena parte de su vida, en la época de las colonias. Escrito con una prosa sencilla y evocadora que la hacen una lectura placentera, destacaría además la ambientación, muy buena, y ese toque de magia y misterio que envuelve a las historias. También me ha gustado mucho el desenlace del libro, que cierra el círculo y en el que se produce el reencuentro entre los personajes ausentes de los distintos relatos. En resumen, y según mi opinión, sin ser ninguna joya literaria es una lectura agradable y recomendable.
Esther Rodríguez

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