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20 de marzo de 2013

"Nada se opone a la noche", de Delphine de Vigan

FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Ilustrador: Juan Carlos Durán
Editorial: Anagrama

SINOPSIS:
Después de encontrar a su madre muerta en misteriosas circunstancias, Delphine de Vigan se convierte en una sagaz detective dispuesta a reconstruir la vida de la desaparecida. Los cientos de fotografías tomadas durante años, la crónica del abuelo de Delphine, registrada en cintas de casete, las vacaciones de la familia filmadas en súper ocho o las conversaciones mantenidas por la escritora con sus hermanos son los materiales de los que se nutre la memoria. Nos hallamos ante una espléndida y sobrecogedora crónica familiar, pero también ante una reflexión sobre la «verdad» de la escritura, porque son muchas las versiones de una misma historia y narrar implica elegir una de esas versiones y una manera de contarla. Y esta elección a veces es dolorosa, porque en el viaje de la cronista al pasado de su familia irán aflorando los secretos más oscuros.

OPINIONES:
Una novela hermosa, pero plagada de dolor. Una novela muy difícil, dura. Me ha dejado angustia, por un lado al leer la historia, esa historia familiar trágica, oscura y por otro sintiendo y compartiendo las dificultades de la autora al enfrentarse a esta novela, su sufrimiento cuando escribe, sus dudas, sus miedos. Me ha parecido una obra muy valiente, maravillosa, pero que no recomendaría a cualquiera por su dureza, también hay que tener en cuenta en que momento se lee pues te puede dejar sumida en un mar de tristeza.

Es una historia que narra la vida desgarrada de una familia, a partir de la muerte de Lucile, la madre de la protagonista. En este relato autobiográfico, la narradora-protagonista reconstruye la existencia de su madre desde la infancia, sirviéndose de escritos de la propia fallecida, de los recuerdos y anécdotas familiares y de quienes la conocieron. Al mismo tiempo, aunque intenta mostrarse objetiva, distante -casi siempre aparece el nombre Lucile, no la llama mamá-, no pone trabas a la hora de reflejar su desamparo y dificultades al hacer frente al hecho de escribir sobre su madre y su propia experiencia. No es un libro que destaque en estilo, pero a mí me ha llegado a emocionar, la historia es bastante triste pero sincera y valiente.
Dolors Martínez

“Nada se opone a la noche” de Delphine de Vigan era una de mis “pendientes”.
Entre la narrativa y la autobiografía, a partir del suicidio de su madre que abre la novela, la autora indaga en la oscuridad de una dolorosa historia familiar con más sombras que luces.
Estructurada en tres partes y con un estilo sencillo e intimista, la protagonista nos narra en primera persona la infancia y la juventud de su madre, Lucille, una joven bellísima pero con muchos altibajos, posteriormente casada y madre de dos hijas (una de ellas nuestra narradora) cuya infancia y juventud vemos reflejada en la segunda parte; una infancia de miedos y abandonos, de secretos y mentiras, que componen una historia dura e intensa, que hace que la protagonista, en su madurez, se decida a desenterrar sus recuerdos y los de sus parientes más cercanos y se enfrente al hecho de escribir un libro sobre la historia de su familia y especialmente sobre su madre, Lucille, para comprender mejor el por qué de su fatídica decisión final.
De esta forma, vamos conociendo la vida de la protagonista y la dureza de la historia familiar, plagada de secretos, abusos, suicidios, drogas, locura... narradas con honestidad, con tristeza y dolor, pero sin autocompasión ni morbo, sino convertidas en un gran relato que conmueve y emociona
.
Yolanda Castilla Galdos

Nada se opone a la noche es una novela que no es novela, tampoco es ensayo ni poesía, pero es las tres cosas a la vez en un trabajo de investigación inmenso y suicida y valiente y enternecedor y... autobiográfico.
Es un libro sobre la memoria y el derecho a recordar, pero también sobre el derecho a olvidar y sepultar dolores inaguantables.
Son casi cuatrocientas páginas que se leen casi sin darte cuenta, ya que la autora maneja la velocidad del relato magistralmente. Tiene una pluma cargada de lirismo capaz de hacerte leer con gusto las situaciones más dramáticas y sobrecogedoras. No hay exceso de dramatismo en su escritura, no hay regodeo en el sufrimiento, tan solo una necesidad de componer una crónica y comprender -me temo- sus propios sentimientos de amor-odio hacia su madre.
En capítulos cortos, que intercalan la propia historia y el trabajo de escribirla, de Vigan intenta reconstruir la vida de su madre desde antes incluso de nacer hasta el día en el que ella misma la encuentra muerta en su casa. Tenía sesenta y un años y se había suicidado.
¿Cuál es el propósito que pretende la escritura de este libro? ¿Quizá hacerle un homenaje a Lucile, su madre, conocerla, conocer cómo y por qué comenzó su sufrimiento? ¿Es tal vez una escritura "curativa" para ahuyentar los propios demonios, la culpa, para creer que la felicidad es posible? ¿Merece la pena desenterrar a los muertos -personas, hechos y sentimientos- y hacer sufrir de nuevo a la familia que sigue con vida? ¿Tiene quizá razón la psicogenealogía y los sucesos traumáticos pasan de generación en generación como el color de los ojos?.
Delphine recurre a entrevistas con familiares y amigos, a recortes de prensa, diarios, cintas de cassette, fotografías, etc. para reconstruir la vida de sus abuelos, madre, tías y tíos e incluso su propia niñez y adolescencia.
Es una historia durísima marcada por el desapego, las muertes, los suicidios, incestos y desgarros... muchos... demasiados.
El tratamiento que se le da a las enfermedades mentales -a pesar de ser causantes de gran parte del sufrimiento narrado- me ha parecido exquisito. El amor que se respira dentro de tanto dolor es increíble.
Me parece un libro valiente, ya que desnuda a varias generaciones de una misma familia y, creedme, no es color de rosa, pero sobre todo me parece valiente porque a pesar del propio daño que siente la autora al recabar información y narrarlo -daño que no estaba planeado- decide seguir hacia adelante y terminarlo, hurgar hasta donde haga falta y exorcizar -si eso es posible- los demonios que se alimentan de secretos y silencios.
Sufres con esta lectura. Sufres mucho sobre todo si alguno de los supuestos te toca de cerca, pero es sin duda un libro que no podéis dejar de leer.

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