Género: Narrativa, Memorias
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
Toda narración, incluso aquella que pretende imitar la vida, es una ficción. Un artificio. Partiendo de esta premisa, Giralt Torrente se enfrenta en este relato íntimo a un tema universal: la muerte del padre. Reconstruye la relación con su padre, el tiempo de vida que compartió con él, con asombroso afán de fidelidad. Sin eludir las zonas de penumbra pero sin recrearse en ellas. De esa forma, con ayuda de una prosa hipnótica y concisa, la propia experiencia se transforma en experiencia de todos. El resultado es un libro conmovedor que abraza y golpea a un tiempo. Ni un homenaje ni un ajuste de cuentas. Un intento de comprender la relación más compleja que cabe entre dos personas. El retrato de un padre y un hijo. Un inventario de vida en el que casi nada se calla y en el que, por eso, aparece la vida tal y como es: con sus tristezas y encrucijadas pero también con sus jubilosos descubrimientos. Una confesión valiente y hermosa que, estamos seguros, dará que hablar.
OPINIÓN:
Libro autobiográfico (de memorias, mejor dicho), donde el autor habla sobre la relación con su padre, el pintor Juan Giralt.
No me ha entusiasmado particularmente, ni he encontrado nada peculiar en esta relación ni en los sentimientos y reflexiones del escritor. A lo mejor es porque las confesiones y/o memorias, no son de mis géneros de preferencia. Eso sí, la prosa de Giralt, impecable, como siempre.
Silvina Romano
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