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28 de junio de 2013

"El sentido de un final", de Julian Barnes

El sentido de un final Julian Barnes
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Jaime Zulaika
Editorial: Anagrama

SINOPSIS:
Tony Webster y su pandilla conocieron a Adrian en el instituto. Hambrientos de sexo y literatura, atravesaron juntos la adolescencia y se prometieron seguir siendo amigos para siempre. Pero cuando la vida de Adrian dio un vuelco trágico, todos, especialmente Tony, miraron hacia otro lado, se alejaron. Ahora Tony vive solo en un pacífico y próspero retiro, tras una vida opaca que poco tiene que ver con la que fantaseaba en su juventud. Y un día recibe una carta de un abogado: Sarah Ford, la madre de Veronica, su primera novia, le ha legado quinientas libras y un sobre con un manuscrito. Le entregan el dinero y una carta de Sarah, pero el manuscrito nunca llega. Y Tony averigua que son los diarios de Adrian, que ahora están en manos de Veronica y no piensa entregárselos. Y estos diarios son el oscuro, enigmático corazón de una novela espléndida, premiada con el prestigioso Man Boo­ker.

OPINIÓN:
Me ha gustado esta novela con tintes filosóficos y también con un cierto toque de intriga, el final desde luego es impactante y totalmente inesperado. Se nos cuenta en dos partes, la primera en la que se expone la historia, desde que el protagonista es un joven de dieciséis años y forma parte de un grupo tres de amigos, que se amplía a cuatro cuando conocen a Adrián. Es un grupo que se siente atípico y extraño, cuando en realidad encarna el tan popular desencanto de la adolescencia regado con el ansia de una vida intensa, parecida a la que leen en las novelas. Cuando empiezan en la universidad mantienen una relación a distancia, y poco a poco se van alejando. Vamos conociendo el punto de vista de la vida del protagonista, con sus amores, sus desengaños, y la presencia del suicidio que le hará reflexionar. Al final a medida que pasa el tiempo se casa, forma una familia, se divorcia, llega a la madurez y todas esas inquietudes y recuerdos del pasado quedan atrás. En la segunda parte, ya ambientada íntegramente en su madurez, nos cuenta como un hecho inesperado le hace volver a recordar su pasado y a ser consciente de como podemos manipular los recuerdos, de como olvidamos o tergiversamos hechos a nuestra conveniencia, sobre todo cuando se relacionan con alguna vivencia que acaba dejándonos un regusto amargo. Esta parte va de bucear en uno mismo, en el pasado, y como llega a descubrir un acontecimiento asombroso que había quedado sepultado en la oscuridad de los años. Me ha gustado mucho, y me ha parecido muy acertado el paralelismo que hace con la historia, cuánto de creíble puede ser la historia pasada, si hasta los recuerdos de nuestra propia vida podemos moldearlos a nuestro antojo hasta hacer de la nueva versión la verdad, y como dice Adrián en la novela: "La historia es la certeza obtenida en el que punto en que las imperfecciones de la memoria topan con las deficiencias de la documentación". Muy buena.

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