Género: Narrativa, Novela Negra
Traducción: Francisco Barberán
Editorial: Ediciones B
SINOPSIS:
Yasuko Hanaoka, madre soltera y divorciada, pensaba que por fin se había librado de su ex marido. Pero cuando éste aparece un día ante su puerta, en un complejo de apartamentos en Tokio, la escena se complica y el ex marido acaba muerto en su casa. Madre e hija lo han estrangulado. De pronto, Ishigami, el enigmático vecino de la puerta de al lado, se ofrece a ayudarles a deshacerse del cadáver y buscar la coartada perfecta. Yasuko, desesperada, acepta de inmediato.
El detective Kusanagi, aunque no encuentra fisuras en la coartada de Yasuko, sabe que hay algo extraño y decide consultar al doctor Yukawa, un físico de la Universidad de Tokio que suele colaborar con la policía. Éste, conocido como el Profesor Galileo, estudió en el pasado con Ishigami, el enigmático vecino de la sospechosa. Al reencontrarlo de nuevo, el Profesor Galileo intuye que Ishigami tiene algo que ver con el asesinato. Y lo que aflora da un giro inolvidable a esta fascinante historia.
OPINIÓN:
Novela ‘de desatranque’, entretenida y poco más, para pasar un par de noches siguiendo una trama policíaca en cierto modo interesante y planteada de manera algo original, pues durante toda la narración sabemos quiénes son asesino y cómplice.Sin embargo no son pocas las carencias de que adolece, a mi juicio, la historia.
A pesar de trazar una trama bastante digna con un repertorio de personajes bien escogido, estos se perfilan únicamente con las descripciones exteriores que de ellos da el narrador, mientras que en los diálogos no se aprecia ningún matiz característico en ninguno de ellos, por lo que parece que siempre habla la misma voz. Personalmente me ha defraudado mucho el poco juego que se da al hecho de que dos de los protagonistas sean un físico y un matemático. Ahí hay un filón que el autor, en mi opinión, no ha sabido explotar.
Estos diálogos, además, no están nada trabajados y no han sido pocos los momentos en que he tenido la sensación de estar leyendo una novela orientada a adolescentes. En ese sentido he observado cierta infravaloración del lector en las numerosas ocasiones en que la voz del narrador explica cosas que no requieren explicación alguna pues quedan perfectamente claras en los diálogos. En esos casos, que ya digo no son pocos, el narrador es una suerte de apuntador bastante molesto.
El desenlace salva un poco el conjunto pero sólo en lo que a la trama criminal se refiere, dando al lado humano de las historia un aire de drama facilón y edulcorado que tampoco me ha gustado.
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