Género: Narrativa
Traducción: José Luis López Muñoz y María Campuzano
SINOPSIS:
Carson McCullers transmitió con una maestría insuperable la grandeza y la tragedia del alma humana. Su obra ha seducido a generaciones de lectores, mientras la crítica la encumbraba en el pedestal de los clásicos del siglo xx. Por estas páginas transitan el amor, la violencia, la soledad y el fracaso. Dotadas de una insólita musicalidad, desprenden una fuerza y una pasión que sacuden a quien las lee.
OPINIÓN:
Acabo de tener mi primer contacto con la escritora sureña Carson McCullers a través de la edición de Austral de sus cuentos completos y ha sido un feliz encuentro porque me han dejado tan buen sabor de boca que voy a intentar leer toda su obra.
A diferencia de otras desiguales recopilaciones aquí hay bastante homogeneidad en la calidad de los relatos pero no en las poco afortunadas traducciones, que nos privan de la musicalidad del lenguaje de la autora. Quien se apañe en inglés, que la lea en su lengua, que saldrá ganando.
Si alguien piensa que son páginas sumidas en el típico Profundo Sur de campos de algodón, sirvientes negros y tragedias familiares, se equivoca (salvo en el único “Sin título”, pero de manera sutil y elegante. Una de las historias más ricas y mejor construidas).
Leer a McCullers es transitar por el alma humana, con paradas recurrentes en la soledad, la pérdida de la inocencia (“Sucker”), el desarraigo (“Los Extranjeros”), el alcohol o la música (se me ha revelado como una exquisita melómana y varios de los relatos tienen como protagonistas a atormentados músicos).
De entre todos destaco tres por la conseguida profundidad de sus personajes en tan breve espacio y la maestría de la narración:
“El patio de la calle Ochenta, zona oeste” que muestra la terrible soledad e incomunicación de quien llega a Nueva York para intentar labrarse un futuro, a pesar de vivir ventana con ventana. Es el Village que Hichtcock retrató en La ventana indiscreta.
“El instante de la hora siguiente” impresionante título para contarnos la humanidad del alcohol frente a la inhumanidad de la gran ciudad. A mi me recordó Días sin huella de B. Wilder.
“¿Quién ha visto el viento?” el último relato que da justo título a la recopilación, el mejor de todos, donde la autora radiografía la patética persistencia en el fracaso como la manera de vivir del artista.
Recomiendo vivamente estos relatos, ligeros, fluidos, aparentemente sencillos pero cargados de gran sensibilidad y calidad literaria.
A diferencia de otras desiguales recopilaciones aquí hay bastante homogeneidad en la calidad de los relatos pero no en las poco afortunadas traducciones, que nos privan de la musicalidad del lenguaje de la autora. Quien se apañe en inglés, que la lea en su lengua, que saldrá ganando.
Si alguien piensa que son páginas sumidas en el típico Profundo Sur de campos de algodón, sirvientes negros y tragedias familiares, se equivoca (salvo en el único “Sin título”, pero de manera sutil y elegante. Una de las historias más ricas y mejor construidas).
Leer a McCullers es transitar por el alma humana, con paradas recurrentes en la soledad, la pérdida de la inocencia (“Sucker”), el desarraigo (“Los Extranjeros”), el alcohol o la música (se me ha revelado como una exquisita melómana y varios de los relatos tienen como protagonistas a atormentados músicos).
De entre todos destaco tres por la conseguida profundidad de sus personajes en tan breve espacio y la maestría de la narración:
“El patio de la calle Ochenta, zona oeste” que muestra la terrible soledad e incomunicación de quien llega a Nueva York para intentar labrarse un futuro, a pesar de vivir ventana con ventana. Es el Village que Hichtcock retrató en La ventana indiscreta.
“El instante de la hora siguiente” impresionante título para contarnos la humanidad del alcohol frente a la inhumanidad de la gran ciudad. A mi me recordó Días sin huella de B. Wilder.
“¿Quién ha visto el viento?” el último relato que da justo título a la recopilación, el mejor de todos, donde la autora radiografía la patética persistencia en el fracaso como la manera de vivir del artista.
Recomiendo vivamente estos relatos, ligeros, fluidos, aparentemente sencillos pero cargados de gran sensibilidad y calidad literaria.
Yo estaba leyendo por ahí qué libro podía ser el indicado para comenzar con McCuller.Este parece ser él más recomendable.
ResponderEliminarSaludos!