Género: Narrativa
Traducción: Feliu Formosa
SINOPSIS:
Un joven judío vienés, prisionero durante tres años, vuelve a casa una
vez liberado, al término de la Primera Guerra Mundial. Aún en tierra
extranjera, en una de sus paradas se hospedará en el Hotel Savoy,
escenario suspendido en una atmósfera desconcertante e ilusoria, donde
iniciará—fruto de la «convivencia» con los distintos ocupantes del
hotel—su particular aprendizaje de la vida. Irónico, crítico, conciso y
equilibradamente poético, Joseph Roth nos adentra en la vida bulliciosa
de este particular hotel como un apicultor experto en un enjambre
convulsionado.
OPINIÓN:
Tras la lectura satisfactoria de la novela tiene uno la impresión de que
varios escritores y cineastas han bebido de ella. Me parece un buen
elogio.Un lugar, un hotel, simboliza toda una sociedad; unas pocas semanas en la resaca de la primera guerra mundial parecen todos los tiempos de la peripecia humana. Unos pocos metros cuadrados, unos días bastan para describirnos ahora y siempre, así de poca cosa y repetitiva somos. Siempre carne de posguerra, estando donde no queremos estar. Aprendiendo a destiempo lo poco que sabemos. Así lo muestra Roth, capaz de pasar del humor a la desolación sin levantar la pluma del papel.
Mucho y bien contado en pocas páginas; frases cortas de hielo, comparaciones como dardos, humor, evidente o soterrado.
50 páginas de introducción. En libros de ficción no suelo leer los prólogos, a veces ni las contraportadas, antes de la novela. Aquí lo hice, equivocándome. Ahora no sé si la impresión de que los cambios de humor corresponden al alcoholismo del autor es mía o de la prologuista; pienso en la relación del protagonista con la chica influenciado por lo que he leído antes de la vida amorosa del autor. Por no decir que en la introducción nos desvelan sin reparo el misterio y el final de la novela. Esta es mucho mejor de lo que uno espera al terminar el prólogo. Ojo, no desprecio el trabajo hecho en ese análisis, solo digo que debería leerse después.
Perdón, me alargo mucho.
Disfrutamos de tres fotos y tres dibujos. Me gusta especialmente la foto de la desgraciada mujer del autor. Se agradece la bibliografía; la lista de obras de Roth menos, porque vienen los títulos en alemán, idioma que no termino, en realidad no he empezado, de dominar.
Cátedra, 1987, 206 páginas. 5 euros hace unos días en la feria de otoño de Recoletos, Madrid.
Luis Miguel Sotillo Castro
Siempre es un placer reencontrarse con un clásico, este caso no es la
excepción. Tenía ganas de leer a Joseph Roth y no me ha defraudado.
Hotel Savoy es una novela no muy extensa, narrada en primera persona. Las descripciones son precisas y los diálogos correspondientes en relación a la acción y razón de los personajes. Nada ocurre el azar. El título de la obra se debe a que la historia transcurre durante la estancia del protagonista en el Hotel Savoy. En él habitan pobres y ricos, gente atrapada en su miseria y también bon vivants. En él, además, se da cabida a algún que otro expatriado, como el propio protagonista, Daniel Dam, que ha estado vagando durante varios años, desde su salida de un campo de prisioneros de guerra (finales de la I Guerra Mundial) y estos, a su vez, traerán el nuevo aire de la revolución rusa. Los personajes que pernoctan (o viven) en el hotel son de los más variopinto; Stasia, actriz de Varieté, la familia Santschin, cuyo progenitor trabaja de payaso en el misma compañía que Stasia, Zwonimir, compañero de armas de Daniel y alborotador nato o Ignatz, el ascensorista, entre tantos otros. Mención aparte merece la aparición de un personaje del que se espera grandes actos, el millonario Bloomfield. La ciudad entera espera algo de él. En este sentido me ha recordado a Esperando a Godot, aunque Bloomfield aparece, al final, no hace lo que los demás quieren.
Me ha gustado esta lectura por la concreción en que Roth caracteriza a los personajes y los hechos en que se ven envueltos. Su visión es realista, a pesar de lo decadente. Un autor de su tiempo, que vivió la caída del imperio Austro-Húngaro, lo que fue su patria.
No es un texto complejo, al contrario, es fluido y fácil de leer. Lo recomiendo.
Hotel Savoy es una novela no muy extensa, narrada en primera persona. Las descripciones son precisas y los diálogos correspondientes en relación a la acción y razón de los personajes. Nada ocurre el azar. El título de la obra se debe a que la historia transcurre durante la estancia del protagonista en el Hotel Savoy. En él habitan pobres y ricos, gente atrapada en su miseria y también bon vivants. En él, además, se da cabida a algún que otro expatriado, como el propio protagonista, Daniel Dam, que ha estado vagando durante varios años, desde su salida de un campo de prisioneros de guerra (finales de la I Guerra Mundial) y estos, a su vez, traerán el nuevo aire de la revolución rusa. Los personajes que pernoctan (o viven) en el hotel son de los más variopinto; Stasia, actriz de Varieté, la familia Santschin, cuyo progenitor trabaja de payaso en el misma compañía que Stasia, Zwonimir, compañero de armas de Daniel y alborotador nato o Ignatz, el ascensorista, entre tantos otros. Mención aparte merece la aparición de un personaje del que se espera grandes actos, el millonario Bloomfield. La ciudad entera espera algo de él. En este sentido me ha recordado a Esperando a Godot, aunque Bloomfield aparece, al final, no hace lo que los demás quieren.
Me ha gustado esta lectura por la concreción en que Roth caracteriza a los personajes y los hechos en que se ven envueltos. Su visión es realista, a pesar de lo decadente. Un autor de su tiempo, que vivió la caída del imperio Austro-Húngaro, lo que fue su patria.
No es un texto complejo, al contrario, es fluido y fácil de leer. Lo recomiendo.
Dolors Martínez
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