FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Miguel Martínez Lage
Editorial: Mondadori
SINOPSIS:
A los cincuenta y dos años, David Lurie tiene poco de lo que
enorgullecerse. Con dos divorcios a sus espaldas, apaciguar el deseo es su
única aspiración; sus clases en la universidad son un mero trámite para él y
para los estudiantes. Cuando se destapa su relación con una alumna, David, en
un acto de soberbia, preferirá renunciar a su puesto antes que disculparse en
público. Rechazado por todos, abandona Ciudad del Cabo y va a visitar la granja
de su hija Lucy.
Allí, en una sociedad donde los códigos de comportamiento, sean de blancos o de negros, han cambiado; donde el idioma es una herramienta viciada que no sirve a este mundo naciente, David verá hacerse añicos todas sus creencias en una tarde de violencia implacable.
Allí, en una sociedad donde los códigos de comportamiento, sean de blancos o de negros, han cambiado; donde el idioma es una herramienta viciada que no sirve a este mundo naciente, David verá hacerse añicos todas sus creencias en una tarde de violencia implacable.
OPINIÓN:
La novela se centra en David Lurie, un profesor universitario de
literatura en Ciudad del Cabo. En los primeros capítulos el autor nos presenta
al protagonista, que lleva una vida plácida y rutinaria, su trabajo no le
apasiona y busca satisfacer su deseo sexual, y es en ese campo donde empiezan
sus problemas, cuando se inicia la investigación por acoso a una alumna. Su
actitud indiferente y falta de oposición no le facilitan las cosas, por lo que
cuando su imagen ya está muy deteriorada decide ir a pasar unos días al campo,
donde vive su hija Lucy. Pero en la granja las “desgracias” también se
sucederán y de manera brutal, y David deberá aprender no sólo a aceptar las
decisiones ajenas aunque no las comparta, sino a reencontrarse consigo mismo y
a aceptar la vejez. Es una lectura que refleja muy bien la realidad social en
Sudáfrica tras el apartheid. Narrada en presente, es una historia excelente,
intensa y dura, con una prosa sobria y precisa, que te deja un sabor amargo
pero que prueba lo merecido del Premio Nobel a su autor.
Esther Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario