Páginas

15 de marzo de 2016

"Mi vida como hombre", de Philip Roth

Mi vida como hombre Philip Roth
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Lucrecia Moreno
Editorial: Debolsillo

SINOPSIS:
Una novela dentro de otra novela, un laberíntico edificio narrativo lleno de lúgubres y clarificadoras meditaciones sobre el fatal impass entre un hombre y una mujer. "Mi vida como hombre" (1974) es la novela más devastadora de Philip Roth, llena de reflexiones sobre la necesidad sexual y la ceguera; una tragedia sin concesiones a la altura de Strindberg.

OPINIÓN:
Curiosa estructura la de esta novela que, a su vez, es un despliegue de alter-egos del autor. La obra comienza con dos relatos firmados por Peter Tarnopol (Roth 1) y protagonizados por Nathan Zuckerman (Roth 2). En el primero (‘Candor juvenil’), el autor nos brinda un magnífico ejercicio de saltos drama/comedia para narrar la adolescencia y juventud de su protagonista, con bastantes referencias a su familia, que sirve además como introducción al segundo de estos relatos (‘En busca del desastre’), donde Roth-Tarnopol pone a Roth-Zuckerman de narrador para contar en primera persona los avatares de su caótico matrimonio, tema central de la posterior novela (o de la segunda parte, si se quieren considerar estos relatos parte de la novela).
En la segunda parte, titulada ‘Mi verdadera historia’, Roth-Tarnopol da vueltas (demasiadas, quizás) a su matrimonio con Maureen. Esta parte está plagada de referencias a los dos primeros relatos que, de hecho, el autor (o su alter-ego) utilizan como herramienta para dar fuerza/credibilidad a su postura, enviándoselos para su valoración (para su conocimiento, al menos) a su familia y psicólogo. Permanece la combinación de comedia y drama del segundo relato introductorio, aunque el humor (irreverente y crudo) parece tener más peso. Sin pelos en la lengua y con no pocos pasajes provocativos e incluso escatológicos, nos enfrentamos a una narración muy intensa y concentrada, con violentas peleas, intentos de suicidio y psicoterapia, que dejan sensación de comprender toda una vida cuando en realidad es un espacio temporal de no más de seis-ocho años.
Me ha gustado mucho el tono empleado por el autor, esa mirada ácida (¿y autoparódica?) con que enfrenta situaciones muy crudas y violentas y su provocativo sentido del humor. El punto negativo es su extensión o, mejor dicho, la reiteración, la sensación de que nos habla de lo mismo una y otra vez sin aportar nada nuevo. Podrían arrancarse cien páginas al azar y la novela, en esencia, no variaría demasiado. No obstante, la recomiendo
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario