Género: Narrativa, Relatos
Traducción: Bozena Zaboklicka & F. Miravitlles
Editorial: Acantilado
SINOPSIS:
Seguida con gran devoción, sobre todo en Polonia y Alemania, pero
también en Francia e Italia, la obra de Slawomir Mrozek, formada
básicamente por narraciones y obras de teatro, se caracteriza por una
astuta ironía y la frecuentación genial del absurdo. Ahora, con La vida difícil —treinta
y siete absorbentes y lúcidos cuentos divertidos hasta la hilaridad—,
el lector se verá sumergido en su particularísimo y fascinante mundo
narrativo, marcado por la parodia y el humor, donde podrá encontrar una
cruel y sarcástica vivisección del género humano
OPINIÓN:
Esta obra es el compendio de 37 historias cortas, algunas apenas
alcanzan un par de páginas, narradas por el escritor polaco Sławomir
Mrożek.
Sławomir Mrożek vivió la ocupación nazi en Polonia, participó en el movimiento político de ideario leninista-comunista, pero lo que representó la URSS después del conflicto del 45, por las represiones de Stalin, le decepcionó, como a muchos. Todo ello se refleja en sus escritos de una forma brutal e irónica. De hecho, en numerosas piezas de “Vida difícil”, se palpa el desencanto por la revolución comunista. Pienso, por ejemplo, en el primer cuento llamado “La revolución”, simple en contenido pero certero en la idea a transmitir sobre el fracaso de la revolución. Mucho más duro en forma y fondo es el titulado “Juicio final”, donde se representa el “universo” comunista en el cielo en el momento del juicio final, similar al juicio bíblico. También son curiosos los títulos “Caperucita roja”, “La bella durmiente” y otros, en los que el escritor polaco reescribe los cuentos populares añadiendo su versión particular.
Una obra breve que recomiendo leer por su carácter incisivo, singular y porque, al margen de que unas historias podrán gustar más, otras menos, da pie a la reflexión acerca de diversos temas sociales.
Sławomir Mrożek vivió la ocupación nazi en Polonia, participó en el movimiento político de ideario leninista-comunista, pero lo que representó la URSS después del conflicto del 45, por las represiones de Stalin, le decepcionó, como a muchos. Todo ello se refleja en sus escritos de una forma brutal e irónica. De hecho, en numerosas piezas de “Vida difícil”, se palpa el desencanto por la revolución comunista. Pienso, por ejemplo, en el primer cuento llamado “La revolución”, simple en contenido pero certero en la idea a transmitir sobre el fracaso de la revolución. Mucho más duro en forma y fondo es el titulado “Juicio final”, donde se representa el “universo” comunista en el cielo en el momento del juicio final, similar al juicio bíblico. También son curiosos los títulos “Caperucita roja”, “La bella durmiente” y otros, en los que el escritor polaco reescribe los cuentos populares añadiendo su versión particular.
Una obra breve que recomiendo leer por su carácter incisivo, singular y porque, al margen de que unas historias podrán gustar más, otras menos, da pie a la reflexión acerca de diversos temas sociales.
Dolors Martínez
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