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11 de junio de 2016

"Ardores de agosto", de Andrea Camilleri

Ardores de agosto Andrea Camilleri
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: María Antonia Menini Pagès
Editorial: Salamandra

SINOPSIS: 
Un calor asfixiante arrasa Sicilia como una llamarada; durante el día el aire se vuelve irrespirable, las piedras queman y ni siquiera un baño en el mar ofrece algo más que alivio momentáneo. Con la ciudad sumida en un letargo incandescente, Salvo aguarda la llegada de Livia, que viene con unos amigos a pasar las vacaciones en una solitaria casita frente a la playa. Pero el idílico plan se tuerce cuando, oculto en los sótanos de la casa, aparece un baúl con un cadáver dentro.
El macabro hallazgo desata los instintos investigadores del comisario, que muy pronto se ve envuelto en una maraña criminal de múltiples facetas que involucra a políticos, banqueros y empresarios, todos bajo la omnipresente tutela de la mafia. Y como si la canícula no fuera suficiente para causar estragos en el comportamiento de los personajes, la presencia casi mágica de una bellísima veinteañera hace flaquear la proverbial lucidez del propio Montalbano, hasta el punto de tentarlo a dar ese paso trascendental que había evitado hasta el momento.
Décima aventura de Salvo Montalbano, en la que el inimitable comisario sigue haciendo gala de ese vitalismo socarrón y melancólico mientras se asoma a los abismos más profundos del ánima humana.

OPINIÓN:
Una novela más protagonizada por el comisario Salvo Montalbano, ambientada en Sicilia, en la ciudad imaginaria de Vigàta. En esta ocasión el descubrimiento de un cadáver que lleva muerto varios años traerá de cabeza al “dottore”, que además tendrá que soportar un mes de agosto terriblemente caluroso, en el que curiosamente le da por quitarse la ropa en lugares y momentos de lo más sorprendentes.
Se repiten personajes de otras novelas de la serie –su novia Livia y sus compañeros de trabajo en la policía: Catarella, Fazio…
, poco caracterizados, al igual que las descripciones, que escasean. En cambio abundan los diálogos, que dan agilidad a la trama, que es ligera y amena. En conjunto, aunque no es la que más me ha gustado de sus novelas policiacas, me ha parecido entretenida y absorbente, recomendable y refrescante entre otro tipo de lecturas más reflexivas.
Esther Rodríguez

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