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1 de diciembre de 2018

"Vuelta de tuerca", de Henry James

Vuelta de tuerca Henry James
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Juan Antonio Molina Foix
Editorial: Cátedra

SINOPSIS:
Henry James (1843-1916) nació en Nueva York, en el seno de una familia de intelectuales, rodeado de un ambiente interesado por las ideas y el arte. Pasó la mayor parte de su vida en Europa, donde conoció a novelistas de vanguardia como Flaubert, Daudet, Zola o Maupassant, pero su gran maestro y amigo fue Iván Turgueniev. Se propuso llegar a convertirse en un cronista de la vida de su país. Su estilo complejo, caracterizado por hacer caso omiso de las reglas gramaticales, con oraciones llenas de digresiones y diálogos que expresan la ambigüedad de la conversación, tiene un tono de intimidad que se oye más que se lee, como si el lector escuchara el habla de los personajes. "Vuelta de tuerca" es la obra de Henry James que más discusión o más insistentes aseveraciones ha provocado por parte de la crítica. El lector siente inquietud ante su lectura aunque no pueda precisar por qué. Se trata de una historia fantástica de intrigante ambivalencia cuyo principal cometido es concitar terror. La mezcla de datos objetivos y subjetivos, los hechos innegables y las perfectas lagunas hacen dudar al lector entre una explicación sobrenatural o realista.

OPINIONES:
Fue la lectura de abril de 2021 en el Club de Lectura.

También traducida como “Otra vuelta de tuerca” en algunas ediciones, “Vuelta de tuerca” se publicó por primera vez a finales del siglo XIX y se inscribe dentro del género de novela gótica. Nos encontramos con una historia dentro de otra; un grupo de amigos se encuentra reunido contando historias de terror cuando uno de ellos habla de un manuscrito que tiene en casa y que contiene una aún más horrible. Es este relato el que ocupa la mayor parte del libro.
La joven protagonista, de la que no se menciona el nombre, responde a la oferta de empleo de un caballero que solicita una institutriz para hacerse cargo de dos sobrinos, un niño y una niña de los que es tutor y que viven en el campo, con la condición de no recurrir a él ni escribirle bajo ningún concepto ni problema. Tras esta extraña petición y con el temor de que el puesto encierre alguna trampa la joven lo acepta.
Creo que es preferible no desvelar más detalles sobre la trama. Narrada en primera persona por la institutriz, el lenguaje y las magníficas descripciones te transportan a la época y al lugar, y el lector se sumerge en sus pensamientos profundamente; pero lo que en un principio podría ser una inquietante historia de fantasmas corriente acaba al final pareciendo una novela psicológica sobre una mente obsesionada y paranoica. Se hace imposible distinguir entre lo que es real y lo que es fruto de la imaginación de la protagonista.
Por todo ello, la novela, oscura e inquietante, admite diversas interpretaciones, lo que puede resultar decepcionante, aunque esa ambigüedad fue intencionada por parte del autor y creo que en ella radica parte de su grandeza.
Me ha gustado mucho, es de esos libros que te atrapan desde la primera página y no puedes soltar. Hoy en día no la llamaría novela de terror, aunque imagino que cuando se publicó resultaría muy innovadora. Yo la definiría más bien como historia de fantasmas psicológica, pero destacando que ha superado los cien años muy bien. En mi opinión, una lectura muy recomendable para los amantes de las historias de misterio.
Esther Rodríguez

"Recuerdo que en los siguientes días mi espíritu se vio embargado por una sucesión de altibajos. Después de aceptar su oferta, recuerdo que pasé dos días en Londres con una gran intranquilidad.
...
Cierto que durante la noche me pareció oír a lo lejos el llanto de un niño; cierto también que en otro momento me sorprendí escuchando unas leves pisadas que pasaban junto a mi puerta. Pero todas estas fantasías no eran lo suficientemente reales para distraer mi atención de aquello que tanto me preocupaba".

Fue un doble placer participar en la lectura conjunta del Club de Lectura de Literatura+1 este mes de abril del 2021, con la obra maestra del perspectivismo, Otra Vuelta de Tuerca, de Henry James, (New York 15 de abril, 1843-28 de febrero, 1926 Londres), prolífico escritor y crítico literario nativo estadounidense, con trece novelas llevadas al cine. Se naturalizó británico en su vejez, pues nunca fue profeta en su tierra, pero sí en Inglaterra, ya que fue condecorado por el rey Jorge V con la Orden del Mérito del Reino Unido.
Digo que la participación fue doblemente grata, pues esta lectura, ganadora en la fase de votaciones, fue mi propuesta para abril, MES DEL LIBRO, y es muy difícil conseguir la mayoría de votos ... sólo lo he logrado en tres ocasiones. Y además, resultó como un merecido homenaje al autor Henry James en su NATALICIO abrileño.
La novela Otra Vuelta de Tuerca es engañosa, el genial autor nos toma el pelo con DIÁLOGOS INCONGRUENTES (donde los interlocutores responden a su punto de vista y no a la pregunta) … y con otras trampas … y nos deja intrigados. Con sus AMBIGÜEDADES nos lleva a incógnitas, HIPÓTESIS y dobles entenderes... En ella lo que parece no es, y todo está INSINUADO ... NADA está claro ... hay que ser un poco detective y un poco psicólogo ... y luego, tras muchas VUELTAS a la TUERCA del TERROR, de la sospecha y de la suposición, cada lector concluye con una INTERPRETACIÓN distinta ….si lee entre líneas… si es capaz de eludir el evidente punto ciego ESPECTRAL Y ROMÁNTICO, y lograr un vidente y claro punto de vista REALISTA … PERDIENDO la INOCENCIA …
Aquí cabría el refrán que dice: “Todo es según el color del cristal con que se mira.”
Como tiene FANTASMAS,TERROR y muchísimos elementos góticos, parece GÓTICA, pero no lo es en realidad ... sino que pertenece al subgénero MULTIPERSPECTIVISTA o PERSPECTIVISTA, o sea que el autor usa la técnica del PUNTO DE VISTA para lograr el análisis psicológico de los personajes ... También, como THRILLER PSICOLÓGICO sería un experimento FREUDIANO del autor, cuya vocación analítica es muy acusada ... no olvidemos los coqueteos de James con la psicología y a su hermano el psiquiatra.
Leí en la red que James es "MODERNISTA y también ROMÁNTICO, que pertenece al REALISMO ANGLOSAJÓN ESTADOUNIDENSE", o sea, adopta o practica corrientes contradictorias según le apetezca … de todo un poco … Y que "su crítico más importante fue HAROLD GODDARD en los años 20 del siglo XX".
En Otra Vuelta de Tuerca hay tres narradores:
los dos primeros hacen una especie de preparación para el tercero, que es la voz de la anónima institutriz desde un supuesto manuscrito. De allí en adelante hay una sola perspectiva y un solo punto de vista, que es el de la preceptora anónima, contagiándolo e influenciando a otro personaje importante: el ama de llaves, la Sra. Grose, persona ignorante y SUPERSTICIOSA pero ingenua y de buen corazón.
Lo primero que me llamó la atención fue la gran efusividad de la narradora, a menudo dando abrazos y besos, o tomando las manos o la cara, o abrazando las rodillas a los niños, y también de vez en cuando abrazando al ama de llaves, lo que me extrañó, porque nunca pensé que los ingleses fueran tan cariñosos. También noté sus rubores frecuentes.
Otra cosa que descubrí es que los pocos NOMBRES propios proporcionados, tenían significados muy sugerentes, escatológicos, especialmente en su FONÉTICA ... Otros personajes se quedaron sin nombre...
En mi INTERPRETACIÓN PERSONAL, las dos mujeres, la institutriz y la Sra. Grose, sexualmente reprimidas, sienten envidia y celos por el amor ILÍCITO y SADOMASOQUISTA, para ellas maldito, de los amantes muertos, bellos pero plebeyos: la institutriz precedente y el DIPSÓMANO empleado de confianza del siempre ausente señor de la mansión; amo, también sin nombre, de quien la supuestamente santa tutora narradora sin nombre, está ROMÁNTICAMENTE enamorada, con sólo haberlo visto en dos ocasiones.
Esta FRUSTRACIÓN AFECTIVO-SEXUAL, junto con el MIEDO e inseguridad que le causa su nueva situación laboral de gran responsabilidad en un entorno extraño -miedo que la ataca, perturba y trastorna- cambian la realidad de una bucólica felicidad en una diurna pesadilla pavorosa, provocándole ALUCINACIONES espectrales ...
… MIEDO que transmite al ama de llaves, SUGESTIONÁNDOLA, y ambas mujeres sexualmente frustradas tienen reacciones freudianas, fabricando una intriga DIABÓLICA y PEDERASTA entre los fantasmas y los inocentes NIÑOS. Y acá hace su entrada triunfal el segundo de mis refranes aplicados a esta lectura: “El que las usa, las imagina”.
Pues en el FINAL, INESPERADO y ABSURDO, donde primero hay una visita nocturna de la preceptora al aposento del niño, unos OSCUROS diálogos a oscuras, SOSPECHOSOS, pero donde no se dice NADA en realidad ... en una escena como de flirteo entre ambos, de velada insinuación de PEDÓFILA seducción entre la institutriz y el niño de 10 años, luego una última aparición bastante DIABÓLICA ... y al final un infarto cardíaco ... creo que también FRUTO de OTRA VUELTA DE TUERCA en los flojos tornillos del alucina-miento de la supersticiosa y vesánica narradora intradiegética.
En conclusión, Otra Vuelta de Tuerca es una EQUÍVOCA NOVELA de TERROR (donde se insinúan filias como masoquismo, sadismo, pederastia… además de homosexualidad infantil, posesión satánica, esquizofrenia, alcoholismo y superstición) para que cada lector saque sus propias conclusiones e interpretaciones ... pero, de que da miedo ... ¡DA MIEDO! La recomiendo altamente.

"Estaba tan decidida a llegar hasta el final de aquel asunto, que aún tuve el valor de preguntar al niño: —¿Y quién es «él»? —¿Quién va a ser? —exclamó el muchacho—. ¡Peter Quint! ¡Peter Quint! —La voz del niño retumbó por toda la habitación—. Pero… ¿dónde está? —¿Y qué importa eso ahora? —Y, dirigiéndome hacia la bestia, le dije—: ¡Ya te tengo! ¡Y él se ha escapado para siempre de tus garras! —Y, para coronar mi obra, le dije al pequeño Miles—: ¡Allí está, allí está! Y el niño, por más que miraba, sólo conseguía ver la luz última de un día apacible. Al percatarse de lo que había perdido, el niño lanzó un grito, un aullido, como si en vez de salvarlo le hubiera empujado hasta las profundidades del abismo. Lo cogí, lo estrujé entre mis brazos, volqué, en su persona, toda la pasión que había en mí".
Lucila Argüello

Inquietante relato que leo por segunda vez y que me resulta tan enigmático como entonces. La trama es sencilla: se contrata a una joven para hacerse cargo de la educación de dos niños cuyo tutor, que vive en Londres, no quiere que se le moleste bajo ninguna circunstancia. Esta historia contada ante un grupo de aficionados a los cuentos de terror, tiene la forma de una confesión que la protagonista, la institutriz, escribió narrando lo que le sucedió y cuyo manuscrito ha llegado a manos de quien lo lee.
El idílico paraje, la noble casa y los angelicales niños de los que tiene que hacerse cargo, abren un mundo de favorables perspectivas a la institutriz. No podía haber tenido más suerte en la elección de su trabajo, pero pronto la tranquilidad se ve interrumpida por la estática y silenciosa presencia de dos seres ajenos a la casa (Henry James no era partidario de “fantasmas ruidosos" como era costumbre en la literatura de la época). El ama de llaves reconoce a uno de ellos por la descripción que la institutriz le hace: se trata de un antiguo sirviente ya fallecido. El segundo, una mujer, sería el fantasma de la anterior institutriz, también desaparecida.
A partir de aquí, al lector se le plantea una disyuntiva: o da por sentado que las presencias fantasmagóricas son “reales” o las tildamos de "alucinaciones" de la recién llegada. Pero, tanto sea de una manera o de otra, he de confesar que lo interesante es observar cómo la institutriz (sea cuerda, loca, inocente o culpable) va construyendo un relato en donde instituye “al lenguaje” como único proveedor **de lo fantástico **(un texto autotélico dirían los especialistas) basado en percepciones solo “visibles a sus ojos” para justificar la presencia de los fantasmas y la complicidad de los niños con ellos. El objetivo sería la posesión “infernal” de los pequeños ya iniciada, según se conjetura, en vida de los sirvientes-fantasmas.
“Una excursión al caos” dice de ella el propio James en *El arte de la novela. *Su estrategia narrativa será ir sembrando en el camino pistas y más pistas falsas que estimularán la imaginación del lector, lo conducirá a llenar los huecos de la narración y a establecer su propia interpretación pues su intenso final no resolverá los equívocos. La ausencia de un narrador y, por lo tanto, de un mundo objetivo, lo llevarán al brete de decidir si la conciencia de la institutriz y lo que destila de ella es el reflejo del mundo en el que vive o el mundo que nos presenta es una proyección de su conciencia.
Para terminar, señalaré que recibió la admiración tanto de la crítica como de autores como Oscar Wilde y Borges que en su *Introducción a la literatura inglesa *le dedica una página y en su *Introducción a la literatura norteamericana *hace hincapié en la excelencia de sus relatos cortos y, concretamente, se refiere a *Otra vuelta de tuerca * como una interesante lectura, deliberadamente ambigua y llena de “horror sutil”.
Pero también tuvo, cuando se publica, sus detractores que atrapados en las trampas del relato se indignaron con el autor tal y como lo revela una reseña en el periódico The Independent del 3 de enero de 1899, que se refiere a ella como "la historia más desesperadamente depravada que jamás hayamos leído en la literatura antigua y moderna", un "estudio del libertinaje humano infernal". En fin que hay de todo...
Ana Ballester

Relato corto, sencillo en su prosa pero cargado de suspenso, desde el inició el escenario nos transporta a lo tétrico y lúgubre de una mansión donde el narrador, Douglas, irá deshojando la carta que llegó a sus manos escrita de puño y letra de la institutriz que protagonizó lo inimaginable e inexplicable al día de hoy por el lector.
Así, bajo el chisporroteo de los leños de una chimenea da inicio nuestra historia, iremos conociendo los secretos y al final cada lector resolverá según las vueltas de tuerca que le demos.
Fantasmas que tienen nombres, Peter Quint y la señorita Jessel que visitan una mansión que alberga a criados, una ama de llaves llamada Grose y quién esta al cuidado de la casa y de dos pequeños, Miles y Flora.
Una Institutriz que acepta trabajar en esa casa sin saber lo que le esperaba una vez traspasar los muros.
Dos pequeños que pudieran ser angelicales y sin embargo podrían ser cómplices del mismo demonio.
¿Qué nos inspira leer Una Vuelta de Tuerca? El autor nos lo insinúa:
Miedo, escuchar el viento traspasar las ventanas de una mansión Victoriana a media noche, caminar por jardines presintiendo que alguien nos observa desde una torre, pasos en los corredores bajo la oscuridad de la noche.
Espanto, mirar a una persona sin saber si está viva o muerta y que ella nos observe escudriñando nuestros pensamientos.
Terror, los pequeños niños pueden interactuar con espíritus del más allá.
Misterio, conocer que los posibles fantasmas cohabitan en el mismo espacio y que buscan algo o a alguien.
Confusión, dos muertos que se amaban, una tercera persona en discordia llamada Grose; Aparentemente solo había dos pequeños, pero se escuchaba el llanto de otro.
Sorpresa, quién movía de lugar los objetos, unos guantes aparecen en otro lugar, un bote cuyo peso no podría ser movido por una niña junto con los remos.
Horror, imaginar que la persona encargada de dos niños tenga algún trastorno mental y que comprometa el bienestar de los mismos.
Repugnancia, una chica guapa que acepta educar a los niños y que parece se enamora del pequeño Miles.
Maldad, el autor nos confunde haciéndonos creer que en vida Peter Quint y la señorita Jessel involucraron a los niños en sus relaciones sexuales.
Dolor, la muerte de un inocente ante la indolencia de los adultos que estaban a cargo.
Difícil nos lo pone, Henry James en este relato con fantasmas y sin ellos, es verdad que la anterior institutriz fallece lejos de la mansión pero no se sabe de que murió; También es cierto que la señora Grose dice que Peter Quint murió, pero es la palabra de ella, nunca la institutriz actual corrobora esa información, posiblemente él este vivo y confabularon para que la estancia de la maestra sea breve y ellos puedan seguir disfrutando de su amor en la mansión al lado de quienes ellos consideran sus hijos, incluyendo al niño que llora a lo lejos, pero le dieron tantas vueltas a la tuerca que al final termina en una tragedia.
Otra vuelta de tuerca pudiera ser que la institutriz sufría alguna patología mental y en ella arrastró a quienes estaban a su alrededor, era tan lista que envolvió a todos en sus visiones, nadie más que ella sabía lo escrito en la carta enviada por el director del internando al que acudía Miles, tuvo tiempo suficiente para tramar todo con el único fin de ser la heroína de la historia a la vista del tío millonario de los pequeños y de esa manera obtener su amor, nunca imaginó el espantoso final.
Si volvemos a dar otra vuelta a la tuerca podríamos tener la percepción de que la institutriz si tiene poderes paranormales y que los niños en su eterna pureza también los ven e interactúan con ellos; Son el lazo que une a estos fantasmas a la vida terrenal, la misma señora Grose le dice a la maestra que los niños son extraños y otro comentario fue: ¡Seguro le gustará también a él! -la institutriz pregunta. ¿A quién? -¡Al niño, claro!
Al final di otra vuelta a la tuerca y me encontré con que Douglas afirma que recibió la carta y la recibió de su autora un poco antes de que ella muriera hace 20 años. Además, alardea de haber sido su amigo durante el tiempo en el que ella fue la institutriz de su hermana, entonces... ¡¿Douglas es Miles?!
Cabe mencionar que la misma Mansión juega un papel importante en el relato, es como otro personaje vivo que participa observando junto con el lago silencioso y la torre lúgubre mirando y escondiendo la maldad.
Concluyo diciendo que no cabe duda, Henry James nos dejó una obra con múltiples interpretaciones y ningún final concreto.
Blanca Toral

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