"El aquelarre perdido de Trasmoz", de Gema Tacón

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa
Editorial: Autoedición

SINOPSIS:

No estaba segura de los años robados que llevábamos en Trasmoz. Para las demás el tiempo no transcurría y, en realidad, para mí tampoco lo hacía, no obstante, desde que lo conocí todo lo que nos rodeaba empezó a darme asco. Nuestras acciones me ocasionaban repulsión, la sangre derramada empañaba mi alma, si es que aún la tenía.

¿Cuántas vidas sacrificarías por la eternidad?

Pero ¿y si eso te condenase a perder a tu amor verdadero?

Elegí huir, marcando con mi decisión a todos los que me rodeaban y escribiendo un destino demasiado incierto como para poder ser vaticinado.

No me ha dado tiempo de terminar con esta locura, no pensé en que el castigo por romper el pacto me lo impidiese. Tan solo rezo porque a ti sí y porque me perdones por ocultarte nuestra verdad, tú verdad. A los ojos del aquelarre cometí un fallo imperdonable, me enamoré y eso te trajo a ti al mundo, cambiándome desde el instante en el que supe que te llevaba en mi vientre.

Siento haberte dejado esta carga sobre los hombros, juro que solo quise que fueras feliz. Te quiero, hija mía.

Amalia Soler.

OPINIÓN:

Desde tiempos inmemoriales, en Trasmoz vive un peligroso aquelarre de brujas. Una de sus integrantes era Amelia, que ignoraba cuantos años habían robado a la eternidad gracias a la sangre derramada en sus sacrificios.

Todo cambió cuando conoció al amor de su vida. Él la permitió vislumbrar un mundo diferente, alejado de rituales y pócimas, en el que podría ser feliz sin tener que acatar las órdenes de la triada, ni derramar más sangre de inocentes.

Cuando descubrió que estaba embarazada, decidió huir del que había sido su hogar. Quería que su hija creciera alejada del mal, pero no fue capaz de prever las consecuencias de su decisión y acabó pagando un precio muy alto por romper el pacto con las brujas.

“El aquelarre perdido de Trasmoz”, de Gema Tacón, comienza cuando Lidia, la hija de Amelia es consciente de que la vida de su madre llega a su fin. No está preparada para decirle adiós, ni tampoco para hacerse cargo de un complicado legado: terminar lo que su madre no pudo hacer antes de marcharse de Trasmoz.

La novela está narrada en primera persona tanto por Lidia como por William, un periodista que viaja a Trasmoz en busca de respuestas. Sus caminos se cruzan poco antes de llegar al pueblo y, pese a que no se caen nada bien, terminan uniendo fuerzas para enfrentarse al mal que se esconde entre las calles de la localidad.

El libro se desarrolla en dos escenarios: Trasmoz, un pueblo vinculado a la brujería sobre el que pesa una maldición eclesiástica que sigue vigente hoy en día; y la isla de Tabarca, otro enclave legendario, que esconde muchos más secretos de los que pudiera parecer.

Esta historia es mucho más que una novela de brujas inspirada en viejas leyendas. En ella también encontraréis thriller, romance y un gran trabajo de documentación porque, aunque no deis crédito, parte de los hechos que se narran en el libro son reales.

¡Me ha encantado la novela! Lidia y William son dos personajes entrañables, pese a tener un genio de mil demonios. Por no hablar de los increíbles secundarios y de que entre sus páginas os reencontraréis con otro personaje de una novela anterior, que os traerá de cabeza porque callará mucho más de lo que contará.

Sin duda, una de mis novelas favoritas de lo que va de año. Que las brujas no os lleven a engaño porque no es una novela de terror, sino un thriller con un toque sobrenatural.

Ana G. Aranda