Género: Narrativa
Traducción: Carlos Rubio
Editorial: Alianza
SINOPSIS:
Todo parece ir sobre ruedas durante la luna de miel de la joven Ayako Inagaki. Su marido, Toshio Takigawa, es el hombre ideal: tierno, atractivo, culto, elegante, deportista... Pero hay algo que empieza inquietarle: la extraña relación de Toshio con su madre, una afable y encantadora mujer de porte aristocrático, viuda del embajador japonés en Londres. La señora Takigawa está muy bien relacionada con la alta sociedad de Tokio, incluida la casa imperial, a la que quiere acceder el padre de Ayako, un ejecutivo ambicioso y esnob. En "Vestidos de noche" (sátira feroz con tonos irreverentes de la hipocresía social reinante en la alta sociedad japonesa tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial) Mishima explora nuevamente el lado más oscuro e inconfesable del ser humano.
OPINIÓN:
“Vestidos de noche” nos sitúa en Tokio unos años después de la Segunda Guerra Mundial y narra el noviazgo y posterior matrimonio de la joven Ayako con Toshio, al que ha conocido a través de la mediación de la madre de él, la señora Takigawa, de cuna ilustre y viuda de un diplomático. La relación entre los recién casados es muy buena, aunque poco a poco el lector, y también la pareja, toman conciencia de que los actos y palabras de la señora Takigawa no siempre son lo desinteresados que se podría suponer. Resulta interesante analizar sus intentos de manipulación y el porqué de su actitud, así como observar la tristeza y dudas que los mismos generan en Ayako.
Dejando de lado este tema, o más bien llevándolo hasta el final, se puede decir que la novela, en su conjunto, hace una crítica sutil a la alta sociedad nipona de la época, a su frivolidad, hipocresía y occidentalismo, que se plasma, por ejemplo, en la profusión de anglicismos que aparecen en el libro. Los “vestidos de noche” simbolizan aquello de lo que Toshio y Ayako quieren huir.
Resulta curioso que la novela se publicase por entregas en una revista femenina (en el periodo 1965-1966).
A ojos de hoy en día molesta el machismo que destilan las páginas, que no sé si es un reflejo de la sociedad japonesa, de las ideas del autor, o de ambos. No obstante, está muy bien escrita, con una prosa clara y limpia; es una historia agradable y entretenida que se lee bien.
Esther Rodríguez
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