Género: Narrativa
Traducción: Joan Parra Contreras
Editorial: Compactos Anagrama
SINOPSIS:
Un adolescente conoce a una mujer madura con la que inicia una relación amorosa. Antes de acostarse juntos, ella siempre le pide que le lea fragmentos de Goethe, Schiller, hasta que un día ella desaparece. Siete años después, el joven, que estudia derecho, acude al juicio de cinco mujeres acusadas de crímenes nazis y descubre que una de ellas es su antigua amante. Una deslumbrante novela sobre el amor, la culpa, el horror y la piedad.
OPINIONES:
Muchos son los libros que se han escrito sobre el holocausto, que nos ofrecen datos reales y escenas brutales y este podría ser uno más. Sin embargo, Schlink, contando con su experiencia como abogado/juez, da una nueva vuelta de tuerca en esta historia. Es la historia de Michael Berg (el narrador) y Hanna, ambos de generaciones y edades distintas –Michael es de una generación posterior al horror nazi, mientras Hanna es una actriz que actúa de pleno en el citado hecho histórico-, pero que el destino (o el amor ¿?), termina uniendo en algún momento. A través de ellos, Schlink teje una narración sin pausa, profunda, que toca cuestiones morales, a veces, turbadoras para la propia conciencia del lector, sobre la existencia, la justicia, la culpa, el perdón, el por qué de los actos humanos, teniendo como base el exterminio nazi.
Hace un tiempo vi la película protagonizada por Kate Winslet y he de decir que, siendo buena, no le quitó mérito al libro, ya que vale la pena leer directamente las disquisiciones de Michael, que la película no puede reflejar.
Hace un tiempo vi la película protagonizada por Kate Winslet y he de decir que, siendo buena, no le quitó mérito al libro, ya que vale la pena leer directamente las disquisiciones de Michael, que la película no puede reflejar.
Dolors Martínez
Excepcional novela. Por varias razones: primero, es una de las pocas que rompe con el mito "película/libro". En mi caso yo vi primero el largometraje y luego, después de varios años me encontré con el libro. Me parecen fantásticos los dos. La máxima virtud reside en la historia, si una historia es buena resiste cualquier lenguaje de expresión, a mi humilde entender. Segundo, el estilo: directo, ameno pero muy reflexivo. Una melancolía sincera que traspasa el papel, se pega en el alma. Tercero: las temáticas que aborda. El amor, el despertar adolescente, la pasión, el holocausto (muy de refilón, no es el centro de la narración y no se extiende en detalles lacrimógenos, cosa que yo agradecí mucho), la libertad, el amor, y finalmente, la lectura. Pocos libros hacen de su centro el acto mismo de leer y se muestran tan dinámicos como éste. El hecho de que la protagonista tuviera esa ansia de leer, de saber, de que le cuenten, me ha llegado muy de cerca. Finalmente, la confrontación generacional que plantea, la distancia, el dolor y la culpa, hacen de esta novela un trago agridulce, pero no por eso menos bello.
Acerté siguiendo mi costumbre de no leer la contraportada antes que la
novela. Así, me llevé la sorpresa con la que comienza la segunda parte y
que desvela aquella. Para poder leer el libro superé el prejuicio que
tengo sobre las novelas y películas que tratan de relaciones sexuales
entre adultos y adolescentes. Me alegro.
República Federal Alemana, recuerden que había otra comunista. Un hombre talludo siente la necesidad de escribir una historia que comenzó a sus 15 años y que no terminará nunca en su interior. El relato fluye sin altibajos, excesos, defectos ni adornos. Mucho se puede decir en 200 páginas si en vez de andarse por las ramas describe uno la savia. Nos cuenta hechos históricos terribles desde peripecias privadas pequeñas, si es que el lector está de acuerdo en considerarse pequeño a sí mismo o a un semejante como nuestro protagonista.
Libro que se lee rápido y cala hondo; para conocer y reflexionar. Trata del erotismo, el amor como descubrimiento, gozo, cepo; de la responsabilidad individual y colectiva; de la culpa y las disculpas.
Es de 1995. Traduce del alemán Joan Parra Contreras y publica Anagrama en 1997. Leo la 19º edición de 2010. 203 páginas.
República Federal Alemana, recuerden que había otra comunista. Un hombre talludo siente la necesidad de escribir una historia que comenzó a sus 15 años y que no terminará nunca en su interior. El relato fluye sin altibajos, excesos, defectos ni adornos. Mucho se puede decir en 200 páginas si en vez de andarse por las ramas describe uno la savia. Nos cuenta hechos históricos terribles desde peripecias privadas pequeñas, si es que el lector está de acuerdo en considerarse pequeño a sí mismo o a un semejante como nuestro protagonista.
Libro que se lee rápido y cala hondo; para conocer y reflexionar. Trata del erotismo, el amor como descubrimiento, gozo, cepo; de la responsabilidad individual y colectiva; de la culpa y las disculpas.
Es de 1995. Traduce del alemán Joan Parra Contreras y publica Anagrama en 1997. Leo la 19º edición de 2010. 203 páginas.
Luis Miguel Sotillo Castro
La novela se estructura en tres partes, en la primera se desarrolla una historia de amor entre un adolescente y una mujer madura. El título del libro, “El lector”, no adquiere su verdadero significado hasta bien avanzada la segunda parte, cuando el joven, ya estudiante universitario, se reencuentra inesperadamente con su antigua amante. A partir de aquí las cuestiones que se plantea el protagonista son muy interesantes, me ha gustado especialmente como reflexiona sobre la controversia moral de todo un pueblo, el sentimiento de culpa, o la imposibilidad de comprender y perdonar a la vez. La tercera parte sorprende por el desenlace.
El narrador es el mismo protagonista de la historia, que la escribe como una necesidad de hacer las paces con ella. En mi opinión, una novela que empieza regular, tiene momentos brillantes, toca muchos temas aunque no en profundidad, y es bastante entretenida en general.
El narrador es el mismo protagonista de la historia, que la escribe como una necesidad de hacer las paces con ella. En mi opinión, una novela que empieza regular, tiene momentos brillantes, toca muchos temas aunque no en profundidad, y es bastante entretenida en general.
Esther Rodríguez
Esta es una de esas obras que ha tenido en las manos infinidad de veces (la edición de Compactos Anagrama, además) pero al final siempre termino llevándome otros que me llaman más, aunque a éste le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarLa película me gustó bastante, pero admito que tengo cierta (mucha) debilidad por Kate Winslet.
Curiosamente me llama más la atención el título que la sinopsis, bueno, quizá no es tan curioso. :)
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