Género: Narrativa
Traducción: Fernando Calleja
Editorial: Debolsillo
SINOPSIS:
"Anoche soñé que volvía a Manderley...". Nadie que conozca la película basada en esta novela podrá olvidar la voz en off que recita la frase inicial de la obra más lograda de Daphne du Maurier: "Rebeca". Así comienzan los recuerdos de la segunda señora De Winter, que la transportan de nuevo a la aislada y gris mansión situada en la húmeda y ventosa costa de Cornalles. Con un marido al que apenas conoce, la joven esposa llega a este inmenso predio para ser inexorablemente ahogada por la fantasmal presencia de la primera señora De Winter, la hermosa Rebeca, muerta pero nunca olvidada. Su habitación permanece intacta, sus vestidos listos para ser lucidos, y su sirvienta, la siniestra señora Danvers, aún le profesa una devoción malsana. Y con el espeluznante presentimiento de que algo maligno le está aprisionando el corazón, la joven comienza a investigar el verdadero destino de Rebeca: el oscuro secreto de Manderley.
OPINIONES:
OPINIONES:
Me ha encantado, es un libro que engancha hasta al final y que parece contener varios géneros. Cuando comencé la novela parece una historia sencilla de amor, de como una chica humilde conoce a un hombre de dinero y posición y se enamoran. Una vez casados cuando están en Manderley, descubrimos una historia de terror psicológico. Esta es mi parte favorita de la novela, llegué a sentir verdadera angustia, sentía el agobio de la protagonista, y la presencia de Rebeca como si un fantasma se tratara que atormentara a la pobre muchacha, por otro lado la presencia de la señora Danvers, maléfica, venenosa, inquietante... El ambiente muy oscuro, gótico, cada rincón de la mansión, los jardines, las nieblas... Por último, la parte final, más propia de una novela de misterio, o una novela negra, donde se desvelan muchos porqués y se van hilvanando muchas pistas dejadas en la novela. La curiosidad es que el nombre de la novela, "Rebeca", hace alusión a un personaje que no aparece físicamente en la novela, ya que ha fallecido (aunque su influencia es continua en la novela), y, en cambio la voz narrativa de la novela, la mujer que cuenta su historia, es anónima, jamás conocemos su nombre. Una novela totalmente recomendable, impactante, angustiante y original.
“Rebeca” da título a todo un clásico de la novela negra y es cierto que como tal no defrauda, si bien, bajo mi punto de vista, podría mejorar en algunos aspectos, sin prejuicio de la versión cinematográfica de Hitchcock, la cual espero ver pronto. La narración acoge el testimonio de la segunda esposa de Max De Winter, el propietario de una de las mansiones más emblemáticas de Inglaterra, un lugar llamado Manderley, cuyos terrenos limitan al mar. De la narradora apenas conoceremos datos de su vida anterior al enlace con De Winter, salvo los escasos momentos en los que la pareja se conoce en Montecarlo antes de casarse. No obstante, en contraste, conoceremos las inquietudes y sentimientos más íntimos que se apoderarán de su estado de ánimo en el transcurso de los cuatro meses de estancia en la zona.
La historia es perturbadora, una sensación que se asienta y aumenta a la vez que el lector se va adentrando en Manderley y va tomando conocimiento de sus habitantes, paisajes y recovecos. Manderley es un lugar hermoso, pero en él perdura una atmósfera opresiva, inquietante, misteriosa, favorecida por el clima húmedo y gris de Inglaterra y vinculada a la desaparecida primera mujer de De Winter, Rebeca.
El relato está escrito en un tiempo posterior a los acontecimientos y a la resolución del misterio, por lo que la narradora recurre a sueños y recuerdos de forma un tanto desordenada, como un puzle de numerosas piezas, que el lector deberá recomponer hasta el final.
Por último, en mi opinión, alguna de las cuestiones a mejorar del texto es la construcción y presencia de algunos personajes. No sé si la traducción debe tener peso en ello, pero los diálogos o las apariciones de Beatrice y su esposo, por ejemplo, no me han satisfecho del todo, las expresiones de ambos son demasiado campechanas y las entradas en escena apenas son importantes para el desarrollo y desenlace de la trama. Otro tema es el final de la novela que, a mi juicio, es simplemente correcto. Aún con todo lo descrito en este último párrafo es una novela que recomiendo, pues el estilo es notable y el nivel de suspense atrapa.
Es una novela cuya fama le precede, por lo que temía que las expectativas fueran demasiado altas para verse cumplidas. Pero nada más lejos. Me ha parecido una novela intensa, trascendente y en la que la tensión no decae en ningún momento. La nueva señora de Winter ha de aprender a vivir en Manderley bajo la sombra del recuerdo de la difunta Rebecca, primera señora de Winter. La profundidad psicológica de la protagonista (cuyo nombre no sabemos en ningún momento) es notable, y a mi parecer, es lo que hace tan grande la novela. El misterio en torno a la muerte de Rebecca y la vida después de ella impregna toda la narración. Es una auténtica joya, una obra maestra de la novela de misterio. Tampoco hay que perderse la adaptación de Alfred Hitchcock, simplemente genial.
“Rebeca” da título a todo un clásico de la novela negra y es cierto que como tal no defrauda, si bien, bajo mi punto de vista, podría mejorar en algunos aspectos, sin prejuicio de la versión cinematográfica de Hitchcock, la cual espero ver pronto. La narración acoge el testimonio de la segunda esposa de Max De Winter, el propietario de una de las mansiones más emblemáticas de Inglaterra, un lugar llamado Manderley, cuyos terrenos limitan al mar. De la narradora apenas conoceremos datos de su vida anterior al enlace con De Winter, salvo los escasos momentos en los que la pareja se conoce en Montecarlo antes de casarse. No obstante, en contraste, conoceremos las inquietudes y sentimientos más íntimos que se apoderarán de su estado de ánimo en el transcurso de los cuatro meses de estancia en la zona.
La historia es perturbadora, una sensación que se asienta y aumenta a la vez que el lector se va adentrando en Manderley y va tomando conocimiento de sus habitantes, paisajes y recovecos. Manderley es un lugar hermoso, pero en él perdura una atmósfera opresiva, inquietante, misteriosa, favorecida por el clima húmedo y gris de Inglaterra y vinculada a la desaparecida primera mujer de De Winter, Rebeca.
El relato está escrito en un tiempo posterior a los acontecimientos y a la resolución del misterio, por lo que la narradora recurre a sueños y recuerdos de forma un tanto desordenada, como un puzle de numerosas piezas, que el lector deberá recomponer hasta el final.
Por último, en mi opinión, alguna de las cuestiones a mejorar del texto es la construcción y presencia de algunos personajes. No sé si la traducción debe tener peso en ello, pero los diálogos o las apariciones de Beatrice y su esposo, por ejemplo, no me han satisfecho del todo, las expresiones de ambos son demasiado campechanas y las entradas en escena apenas son importantes para el desarrollo y desenlace de la trama. Otro tema es el final de la novela que, a mi juicio, es simplemente correcto. Aún con todo lo descrito en este último párrafo es una novela que recomiendo, pues el estilo es notable y el nivel de suspense atrapa.
Dolors Martínez
Es una novela cuya fama le precede, por lo que temía que las expectativas fueran demasiado altas para verse cumplidas. Pero nada más lejos. Me ha parecido una novela intensa, trascendente y en la que la tensión no decae en ningún momento. La nueva señora de Winter ha de aprender a vivir en Manderley bajo la sombra del recuerdo de la difunta Rebecca, primera señora de Winter. La profundidad psicológica de la protagonista (cuyo nombre no sabemos en ningún momento) es notable, y a mi parecer, es lo que hace tan grande la novela. El misterio en torno a la muerte de Rebecca y la vida después de ella impregna toda la narración. Es una auténtica joya, una obra maestra de la novela de misterio. Tampoco hay que perderse la adaptación de Alfred Hitchcock, simplemente genial.
Ana Rayas
“Rebeca” es un clásico que tenía pendiente desde hace tiempo y más desde que el año pasado leí “Mi prima Rachel”, de la misma autora, que me gustó mucho.
Es una novela narrada en primera persona por una joven que recuerda con melancolía el pasado reciente y cuenta cómo conoció a Maxim de Winter en Montecarlo, con el que al poco tiempo se casó y se trasladó a Manderley, la suntuosa mansión que él posee en un bucólico y bello entorno lleno de vegetación y junto al mar, donde se desarrolla la mayor parte de la historia.
La protagonista es una joven tímida, ingenua e ilusionada que tiene que aprender a desenvolverse en un ambiente al que no está acostumbrada, en teoría con la ayuda del ama de llaves, la señora Danvers. Es significativo que de la joven señora De Winter nunca llegamos a saber el nombre, pero sí de la anterior, Rebeca de Winter, que aunque fallecida, su recuerdo es como una sombra omnipresente en Manderley.
Cabe destacar la excelente ambientación y la caracterización de los personajes, especialmente de la protagonista, el lector se sumerge completamente en sus pensamientos y sentimientos, en sus temores e inquietudes... Porque la atmósfera se vuelve a veces angustiante y opresiva, y la parte final es casi una novela de intriga. Su lectura nos depara unas cuantas sorpresas.
En mi opinión también la prosa y las descripciones son soberbias. Me gustó tanto que la leí por primera vez a finales del año pasado y la acabo de volver a leer por segunda vez con pocos meses de diferencia. Curiosamente en esta segunda lectura he apreciado sutilezas y detalles que en la primera me pasaron por alto al no conocer la trama. También aproveché para ver la película de Hitchcock, que, salvo pequeñas diferencias, se mantiene fiel al espíritu del libro.
Una lectura magnífica y muy recomendable.
Y acabo con este fragmento de las primeras páginas:
“Creo que existe una teoría según la cual el dolor purifica y fortalece a hombres y mujeres, y añade que para perfeccionarse, tanto en este mundo como en el otro, es necesario pasar por la prueba del fuego. Pues aunque suene irónico, eso es lo que hemos hecho nosotros plenamente. Los dos hemos conocido el terror y la soledad, y la angustia más intensa. Claro que, antes o después, a todos nos llega en esta vida un momento de prueba. Cada uno de nosotros tiene un demonio propio que nos persigue y atormenta, y al final hemos de luchar contra él. Nosotros hemos vencido al nuestro, o así lo creemos.”
Esther Rodríguez
Lo leí hace ya algún tiempo en un vieja edición de mi madre y esto totalmente de acuerdo con tu valoración. Un clásico que bien se merece su puesto.
ResponderEliminarUn saludo,
Me encontré un ejemplar de 'Rebeca' en una estación de autobuses, casi a punto de abordar. Fui capturado inmediatamente por la complejidad de los personajes, de la insegura Sra. de Winters, del atormentado Max, y de la silenciosa y esquiva Sra. Danvers. Nunca vemos a Rebeca; sin embargo, su presencia brota de todos los rincones. ¡Genial!
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