Género: Narrativa
Editorial: Destino
Editorial: Destino
SINOPSIS:
El protagonista de "El camino" es un chico de pocos años: Daniel, el
Mochuelo. Daniel vive en una pequeña aldea castellana y rememora, a
punto de dejar el pueblo, cuanto él vio y cómo lo vio. Daniel actúa como
de espejo; nos refleja la vida y la muerte de la población. El realismo
de la narración llega muchas veces al tono desgarrado, acre y amargo.
Con estas páginas, Delibes nos ha ofrecido una de las mejores novelas
castellanas contemporáneas.
OPINIÓN:
OPINIÓN:
Reconozco que he disfrutado esta novela mucho más de mayor que cuando la
leí hace más de 30 años en el colegio. Me ha parecido una verdadera
joya, una maravilla en todos los sentidos. Excelente y bella prosa,
buenas descripciones, con un vocabulario rico, sencillo y evocador. Y
qué decir del protagonista, Daniel, el Mochuelo, ese niño de once años
que, obligado a aceptar un destino –el camino– que no cree el suyo,
recuerda en una noche de insomnio su
vida en el pueblo hasta ese momento, con sus amigos y todos esos
personajes tan particulares que poblaban –y aún pueblan– tantos pueblos
de España, y reflexiona sobre esas verdades trascendentales, y
universales, que se descubren en la infancia –el ciclo de la vida y la
muerte, por ejemplo–.
Delibes describe el mundo rural maravillosamente, sus gentes y su modo de vivir, la naturaleza, todo de una manera tan realista que transporta al lector a otra época, e incluso le hace reír y llorar con las correrías de los tres inseparables amigos: Daniel, el Mochuelo, Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso.
En mi opinión una obra maestra imprescindible, nostálgica, entrañable y muy humana.
Delibes describe el mundo rural maravillosamente, sus gentes y su modo de vivir, la naturaleza, todo de una manera tan realista que transporta al lector a otra época, e incluso le hace reír y llorar con las correrías de los tres inseparables amigos: Daniel, el Mochuelo, Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso.
En mi opinión una obra maestra imprescindible, nostálgica, entrañable y muy humana.
Esther Rodríguez
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