Género: Narrativa
Editorial: Cátedra
SINOPSIS:
Como muchos escritores de su generación, Jorge Icaza vio en sí mismo y en sus obras una consecuencia final de las transformaciones que el liberalismo había introducido en el Ecuador en las primeras décadas del siglo. Con su obra, parece sumarse a quienes pretendían hacer de la literatura una manifestación de lucha de clases, un arte proletario al servicio del proletariado internacional, cuyos mejores representantes en la sierra ecuatoriana eran los indios y otros sectores populares. "Huasipungo" es una pieza fundamental en el desarrollo de la narrativa indigenista andina. El indio que aparece en ella no es un indio mítico, sino un indio acosado por una naturaleza hostil y por los tradicionales abusos de los latifundistas. Junto al indio aparece el cholo, víctima del blanco y verdugo del indio.
OPINIÓN:
“CASTIGU DE TAITA DIOS HA DE RECIBIR”Cuando esta obra fue propuesta para Octubre 2019 por Lizzette en el Círculo de Lectura de Kendall, nos explicó que era lectura de las escuelas de Miami, y que era indigenista.
No conocía al autor, Jorge Icaza Coronel, ecuatoriano, (Quito, 10 de junio de 1906 - 26 de mayo de 1978) que al parecer es muy famoso. Lo de indigenista no lo tenía muy claro, aunque tenía una vaga idea de que se trataría de historias de indios. Pero nunca me imaginé la sorpresa que me llevaría, porque lo de indigenista es total.
Historias de indios contadas-habladas en registro coloquial, con diálogos casi en quechua, con un español adaptado a su lengua nativa donde casi todas las palabras terminan en “ú” y a algunas se les suprime la “ú". El léxico es casi totalmente coloquial y costumbrista. Constantemente tenía que buscar en internet el significado de algunas comidas y objetos o acciones, aunque muchas palabras están explicadas en las notas.
La novela relata los abusos de los hacendados de Ecuador contra los nativos, a quienes tenían trabajando gratis, o con una paga simbólica, pues siempre estaban endeudados con el patrón, y al morir, la familia heredaba la deuda; y además siempre hambrientos, trabajando casi sin comer; los consideraban objetos de su propiedad … era como un feudo. El atropello no solamente era físico, sino también psicológico, con la ayuda del malvado cura, que sabía como manipular a los indefensos indígenas para sacarles el máximo de ventaja en provecho suyo y del patrón. Narra escenas muy crudas y tragedias individuales y colectivas … mejor dicho, toda la novela es una tragedia tras otra. ¡Pobres indios!
A pesar de ser una historia muy triste y cruenta, me ha gustado mucho, porque es testimonial, antropológica, de denuncia y de protesta. Está muy bien escrita, con mucho humanismo y realismo costumbrista. Me pareció totalmente original y auténtica. La recomiendo mucho, aunque advierto de su crudeza.
Mi edición esta bellamente ilustrada con imágenes alusivas, de cuadros de OSWALDO GUAYASAMÍN (Quito, 1919 - Baltimore, 1999).
"Su obra humanista, señalada como expresionista, de cuadros de caballete, murales, esculturas y monumentos, refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad y denuncia la violencia que le ha tocado vivir al ser humano en este monstruoso Siglo XX".
“¡ÑUCANCHIC HUASIPUNGOOO!”
Lucila Argüello
gracias por la lectura
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