Género: Narrativa
Editorial: M.A.R. Editor
SINOPSIS:
Escrita con un estilo directo, en el que priman los diálogos y los sorprendentes giros argumentales, Ya no hay junglas adonde regresar rompe los esquemas establecidos dentro del género negro gracias a una trama ajena a convencionalismos, unos personajes originales y profundos —completamente alejados de los clichés—, y un ritmo trepidante que atrapa al lector.
Una historia que reposa en tres ejes: el amor, la violencia y la venganza.
Un viejo apodado «El Gentleman» espera semana tras semana la llegada del jueves. Es el día en el que verá a Olga, una joven prostituta que despliega sus encantos de saldo en la calle Montera. Pero al viejo no le interesa el sexo. Durante el tiempo que pasan juntos, ambos abandonan las pequeñas mezquindades de sus respectivas vidas para convertirse en otra mujer y otro hombre. Irreales y hermosos, como los sueños. Un día Olga es brutalmente asesinada. Cuatro abogados son los sospechosos de haber cometido el crimen y el viejo decide que ya está harto de que la vida le arrebate todo lo que ama. Ya no le queda nada, sólo la venganza. Comienza a hacer planes para matarlos uno por uno. El hombre más peligroso es aquel que no tiene nada que perder… porque ya lo ha perdido todo.
Obra ganadora del VI Premio Wilkie Collins de Novela Negra.
OPINIÓN:
“Ya no quedan junglas adonde regresar” es una novela negra cuando menos curiosa y muy entretenida.
Un anciano, conocido como “Gentleman”, sin nada que perder y harto de que la vida le arrebate todo lo que quiere, decide tomarse la justicia por su mano cuando asesinan a Olga, una prostituta de la calle Montera (en Madrid) con la que quedaba todas las semanas. La transformación del protagonista es total cuando descubre “que el mundo se ve mucho más claro cuando estás detrás de un revolver”. Las pistas son una matrícula y cuatro abogados que supuestamente la habían contratado.
Un sicario que piensa en cambiar de vida y una inspectora alcohólica abandonada por su marido forman parte del entramado de variopintos personajes que desfilan por las páginas de esta novela negra negrísima.
Me ha sorprendido su estilo directo, la sordidez de su trama y la violencia de los personajes. Aborda también problemas existenciales como la vejez, la falta de ilusiones, la soledad o la sed de venganza.
A pesar de alguna situación rocambolesca y demasiada violencia gratuita para mi gusto, la novela engancha con un ritmo ágil, diálogos ingeniosos (y alguna frase lapidaria) y sus notas de humor negro. Algún giro inesperado y el desenlace, tan políticamente incorrecto, la hacen, en su conjunto, y en mi opinión, muy digna de tener en cuenta por los amantes del género.
Esther Rodríguez
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