Género: Novela negra
Editorial: Edhasa
SINOPSIS:
Novela recia y rica en matices sociales, tiene lugar en ambientes no exentos de peligro y, con el humor de tierras de sol, pone en juego una amplia gama de personajes dolorosa y meticulosamente delineados. Lo esencial de la obra está en el ritmo narrativo subyacente de la prosa, en su música y su cadencia de gran clásico, en el aplomo de cada párrafo, en la seguridad de la estructura, elementos abstractos y de pura índole literaria que no permitirán confundirla en el maremágnum del llamado «realismo sucio». Sed de champán es una tragedia, en el sentido canónico del género.
OPINIÓN:
No sé si “novela negra española” existe como género en sí, pero en caso afirmativo el paradigma del estilo es sin duda esta obra de Montero Glez.
Una historia de rencores y pasión entre copas, humo y disparos, que enfrenta a un gitano y un argentino los cuales, obviando el detalle de sus orígenes y cambiando Madrid por Chicago y tablaos flamencos por locales clandestinos en plena ley seca, bien podrían haber interpretado Humphrey Bogart y James Cagney 40 años antes de su escritura.
La jerga empleada, el tono crudo y cercano con que está escrita, introduce al lector de tal modo en la historia que casi esquiva las balas durante la lectura. La cogí con vistas a dedicarle las noches de una o dos semanas y la he terminado en dos días, que hubieran sido una sola sentada si anoche el sueño no me hubiera podido.
Una historia de rencores y pasión entre copas, humo y disparos, que enfrenta a un gitano y un argentino los cuales, obviando el detalle de sus orígenes y cambiando Madrid por Chicago y tablaos flamencos por locales clandestinos en plena ley seca, bien podrían haber interpretado Humphrey Bogart y James Cagney 40 años antes de su escritura.
La jerga empleada, el tono crudo y cercano con que está escrita, introduce al lector de tal modo en la historia que casi esquiva las balas durante la lectura. La cogí con vistas a dedicarle las noches de una o dos semanas y la he terminado en dos días, que hubieran sido una sola sentada si anoche el sueño no me hubiera podido.
Este libro no me llama...
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