Género: Narrativa
Traducción: José Antonio Soriano Marco
SINOPSIS:
Descrita como la novela más personal y autobiográfica de Irène Némirovsky, "El vino de la soledad" (publicada en 1935) recrea el destino de una adinerada familia rusa refugiada en París, y describe la venganza de una joven contra su madre, motivo que la escritora ya había tratado en esa pequeña joya literaria que es "El baile". Con una mirada inteligente y ácida, la novela sigue a la pequeña Elena de los ocho años a la mayoría de edad, desde Ucrania hasta San Petersburgo, Finlandia y finalmente París, donde la familia se instala tras el estallido de la revolución rusa, en un recorrido paralelo al que realizó la propia Némirovsky. La madre de Elena, una mujer bella y frívola de origen noble, desprecia a su marido, un potentado judío, y a su hija. Tras la muerte de la gobernanta, la vida de la niña se vuelve aún más difícil, pues su madre instala en la casa a su amante, un primo quince años más joven que ella. No obstante, el tiempo convierte a Elena en una joven hermosa, y el día que descubre que atrae al amante de su madre, comprende que ha llegado el momento de vengarse.
Irène Némirovsky, autora de la impactante "Suite francesa", mostró desde joven un talento excepcional. Su trágica muerte, a los treinta y nueve años, en un campo de concentración puso fin a una obra magistral, que ha sido redescubierta con enorme éxito. El vino de la soledad es otra magnífica novela de esta escritora maravillosa, lúcida y brillante.
Irène Némirovsky, autora de la impactante "Suite francesa", mostró desde joven un talento excepcional. Su trágica muerte, a los treinta y nueve años, en un campo de concentración puso fin a una obra magistral, que ha sido redescubierta con enorme éxito. El vino de la soledad es otra magnífica novela de esta escritora maravillosa, lúcida y brillante.
OPINIONES:
Cuenta la historia desde que la protagonista, Elena, tiene 8 años hasta su primera juventud y la relación que tiene con sus padres, sobre todo con (o contra) su madre. Es una niña bastante madura o adulta para su edad y que no abriga precisamente buenos sentimientos hacia Bella, su mamá, a raíz de la poca atención que esta le prestó siempre, más preocupada por la moda o los sueños (o sus concreciones) de una vida apasionada. Es un tema reiterativo en su obra, lo que no quiere decir que no me haya gustado. Es de las que más, porque, al ser un poco más extensa, profundiza en las descripciones, tanto del paisaje como de los personajes y sus sentires. En la contraportada dice que es la más autobiográfica, una pena para la escritora.
Silvina Romano
En el resumen de la contraportada se puede leer "la novela más personal y autobiográfica de Irène Némirovsky", descripción que se ajusta bastante a la realidad, pues evoca la solitaria infancia de la autora, hasta que la niña se convierte en mujer.
De las obras que he leído de Irène Némirovsky esta es una de las que más permanecerán en mi memoria, al margen de su calidad literaria, dado que ese cariz autobiográfico mencionado permite entender los sinsabores de la existencia de la escritora, plasmados reiteradamente en sus escritos. En la novela encontramos el mismo tema presente en el relato "El baile", la rebeldía de una niña-mujer frente a la indiferencia de su madre, lo que le produciría importantes carencias en su vida real, un vacío del que parece que nunca se recuperó. De hecho veo "El vino de la soledad" como una forma de reescribir "El baile", con una extensión, un fondo y un estilo más maduros, perfeccionados. Es más, hay escenas, de cuando la protagonista cuenta con 8 o 9 años, consciente ella del abismo que la separa de sus padres o de la supuesta "familia", que se me quedaron grabadas, lo sentí por Irène realmente. Muy recomendable, como todo lo de Némirovsky.
Dolors Martínez
Es el cuarto libro que leo de la autora y me ha parecido el más autobiográfico. La autora describe la vida de Hélène Karol, desde su infancia en Rusia hasta alcanzar su preciada libertad a los 21 años, en París. Todo lo que cuenta podría ser la propia vida de la autora, su terrible y conflictiva relación con su madre, falta de afecto en la infancia, como es criada por una institutriz francesa, la huida de la familia de la revolución rusa, vida en Finlandia y finalmente la instalación definitiva en París. Muy bien escrita y con buena descripción de personajes. Muy recomendable, especialmente si te gusta Némirovsky.
Esther Rodríguez
La obra trata el paso de niña a mujer de su protagonista, que bien pudiera ser la propia autora pues se dice que es su novela más autobiográfica. El comienzo nos muestra una niña desatendida por su madre y muy unida a su institutriz. Será esta relación con su cuidadora lo que, en última instancia, lleve a la protagonista por el camino de la venganza. Se aprecia también cierta admiración hacia la figura paterna, aunque a mí, personalmente, esta admiración se me hace presente más por contraposición a la madre que porque dicho sentimiento exista, pues el personaje del padre es bastante polémico y anecdótico, lo que me parece una pena pues se le podía haber sacado mucho partido a ese rol. Sí está muy desarrollado el personaje de la madre, de manera que su evolución sigue una línea paralela a la de la propia protagonista.
Debo decir que hasta la fecha es la obra de Némirovsky que menos me ha llamado la atención (se me antoja que aborda el tema de un modo bastante ‘rosa’). Aun así no puedo decir que no me haya gustado: la prosa es excepcional, los personajes, como es habitual en la autora, están magistralmente representados y la historia fluye de manera muy ágil, motivos de sobra para recomendar su lectura.
La obra trata el paso de niña a mujer de su protagonista, que bien pudiera ser la propia autora pues se dice que es su novela más autobiográfica. El comienzo nos muestra una niña desatendida por su madre y muy unida a su institutriz. Será esta relación con su cuidadora lo que, en última instancia, lleve a la protagonista por el camino de la venganza. Se aprecia también cierta admiración hacia la figura paterna, aunque a mí, personalmente, esta admiración se me hace presente más por contraposición a la madre que porque dicho sentimiento exista, pues el personaje del padre es bastante polémico y anecdótico, lo que me parece una pena pues se le podía haber sacado mucho partido a ese rol. Sí está muy desarrollado el personaje de la madre, de manera que su evolución sigue una línea paralela a la de la propia protagonista.
Debo decir que hasta la fecha es la obra de Némirovsky que menos me ha llamado la atención (se me antoja que aborda el tema de un modo bastante ‘rosa’). Aun así no puedo decir que no me haya gustado: la prosa es excepcional, los personajes, como es habitual en la autora, están magistralmente representados y la historia fluye de manera muy ágil, motivos de sobra para recomendar su lectura.
“El vino de la soledad” de Irène Nemirovsky, autora que fue deportada a Auschwitz a la edad de 39 años en donde muere de tifus, es una obra que sigue la estela de “El baile” pues no sólo tiene un fuerte componente autobiográfico, sino que también el eje central de su discurso es la aversión que siente hacia su madre y la puesta en relieve de la orfandad afectiva a la que se verá abocada por este motivo. El contexto histórico es muy interesante pues va desde la Revolución rusa de la que huyen hacia Finlandia hasta su instalación en París ya adolescente.
Nemirovsky nos sitúa en la piel de una niña solitaria cuya mirada incisiva retratará con una extraordinaria lucidez y dolor el mundo que le rodea cuyo centro es su madre, mujer fría, vanidosa y superficial de la que la propia autora se considera un molesto apéndice y testigo incómodo de sus vaivenes amorosos. Sólo se salva de la quema su padre casi siempre ausente y su institutriz. Superada la infancia tomará posesión de sí misma y trazará todo un plan de venganza para resarcirse de lo sufrido.
No quiero terminar sin aludir a su maravillosa escritura manifiesta tanto en las descripciones del paisaje en la que se revela como una extraordinaria observadora como en su penetración psicológica para desnudar a los personajes que la rodean. ¡Ha sido un placer!
Nemirovsky nos sitúa en la piel de una niña solitaria cuya mirada incisiva retratará con una extraordinaria lucidez y dolor el mundo que le rodea cuyo centro es su madre, mujer fría, vanidosa y superficial de la que la propia autora se considera un molesto apéndice y testigo incómodo de sus vaivenes amorosos. Sólo se salva de la quema su padre casi siempre ausente y su institutriz. Superada la infancia tomará posesión de sí misma y trazará todo un plan de venganza para resarcirse de lo sufrido.
No quiero terminar sin aludir a su maravillosa escritura manifiesta tanto en las descripciones del paisaje en la que se revela como una extraordinaria observadora como en su penetración psicológica para desnudar a los personajes que la rodean. ¡Ha sido un placer!
Ana Ballester
Creo que es mi preferido, y básico para entender su obra. Una vida dura, que luego se refleja muy bien en sus libros
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