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3 de septiembre de 2018

"La infancia de Jesús", de J. M. Coetzee

La infancia de Jesús J. M. Coetzee
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Miguel Temprano García
Editorial: Random House

SINOPSIS:
Tras cruzar el océano, un hombre y un niño llegan a un nuevo país donde se les asigna nombre y edad, y se les anima a olvidar su pasado. Extraños en una tierra extraña, aprenden español, el idioma del lugar, mientras aguardan a ser trasladados a la ciudad de Novilla, donde tienen la esperanza de encontrar a la madre del niño.
Ya con sus nuevos nombres, Simón y David llegan al centro de reubicación de la ciudad. Allí, el funcionariado los trata con educación, pero no son muy serviciales. Tras mucha confusión, Simón consigue un alojamiento para ambos, y encuentra un trabajo en el puerto. Las tareas de estibador le resultan tremendamente agotadoras, pero enseguida se gana el aprecio de sus compañeros, que durante los descansos mantienen diálogos filosóficos sobre la dignidad del trabajo.
En este país nadie parece particularmente feliz o infeliz. Todos cumplen sus funciones, pero no van más allá y no parecen esperar ni querer más de lo que tienen. En medio de la extrañeza que le produce esta actitud, Simón decide retomar la misión de encontrar a la madre del niño, con una dificultad añadida: todos los que llegan al nuevo país parecen haber dejado atrás sus recuerdos.

OPINIONES:
Han pasado varios días desde que terminé de leer “La infancia de Jesús”. En este tiempo he intentado varías veces elaborar una opinión pero el texto se me resistía, así que armada de valor me he investido, al modo del caballero de la Triste Figura, de una buena dosis de capacidad transfigurativa, similar a la que tuvo don Quijote cuando descendió a la cueva de Montesinos tal y como nos lo recuerda Coetzee en esta novela.
Lo primero con lo que se enfrenta el lector es con la simplicidad del relato. Este hecho me remite al mundo de las fábulas en donde la elaborada causalidad, con la cual justificamos nuestras idas y venidas, están casi ausentes. Su acceso, por lo tanto lo haré en clave simbólica.
Para empezar el título del libro “La infancia de Jesús” nos sitúa en el marco de lo sagrado aunque no hallamos referencia explícita si no es forzando los parecidos. La obra comienza con la llegada de los dos principales protagonistas: Simón (padre ocasional como José) y David (sería Jesús niño) a la ciudad de Novilla de habla española, ambos carentes de pasado y de historia después de haber viajado por mar y atravesado un desierto. En esta ciudad parece regir una utopía igualitaria y los comportamientos que se observan en sus habitantes se alejan de los cánones habituales.
A nivel laboral, Simón encuentra un extraño trabajo de cargador de trigo en los muelles, cereal que desemboca en unos almacenes en donde es engullido por la ratas, esfuerzo inútil y continuado, día tras día, cual Sísifo con su piedra. A nivel social, se relaciona con Elena, profesora de música que no cree ni en el amor ni en el sexo, y también con Inés (en griego pura y casta, la Virgen?), a la cual le otorga, tras una simple ojeada en una cancha de tenis, el título de madre que ella acepta sin dilación y con intensidad.
Es en este contexto -cuyas características va desarrollando Coetzee, sea para mostrarnos tanto las formas de expansión del cuerpo, como las del espíritu (hay un desarrollado interés de los estibadores por la filosofía)- se decide que es hora de llevar a la escuela al pequeño David, institución que parece seguir las pautas de la enseñanza tradicional.
David, el niño, apenas llega al colegio, demuestra su peculiar modo de encarar tanto el mundo de las letras como el de los números ( “yo soy la verdad” escribe en la pizarra el niño, Jesús en el templo). Como consecuencia, se produce el rechazo del profesor a cargo y se decreta su ingreso en una institución reformadora porque, como dice un personaje de la obra, “No es sólo cuestión de seguir las reglas de la aritmética, sino de aprender a obedecer las normas en general”. Finalmente, asistimos a la huida de los tres protagonistas, Simón, Inés y el niño David, de las tenazas burocráticas hacia “un sitio donde quedarnos, para empezar nuestra nueva vida”.
Y se cierra el libro, y entonces surgen las preguntas: ¿son necesarios los lazos familiares? ¿Qué se necesita para el desarrollo de un niño? ¿Qué es una madre? ¿Puede hacerse tabla rasa del pasado y reconstruir un mundo sin raíces? También se pregunta Simón: “¿Puede la buena voluntad satisfacer por sí sola todas nuestras necesidades? ¿No es parte de nuestra naturaleza anhelar algo más tangible?¿Por qué debemos dominar nuestros apetitos y deseos? ¿Qué sentido tiene la búsqueda de un ideal y de una nueva vida?”.
En su libro de ensayo “La mano de los maestros” tomó II, Coetzee nos señala el camino cuando aludiendo al Quijote nos dice que es “una exploración del misterioso poder de lo ideal para resistir las decepcionantes confrontaciones con la realidad”. Y añade: “que si aceptamos la superioridad ética de un mundo en que la gente actúa en nombre de ideales sobre un mundo en que la gente actúa en nombre de intereses, entonces las incómodas preguntas ontológicas bien podrían posponerse o hasta barrerse debajo de la alfombra”.
Una lectura llena de misterios...
Ana Ballester

La razón de leer este libro fue, más que todo, porque el autor es el Premio Nobel de Literatura 2003. Además tenía mucha curiosidad por conocer su estilo, ya que me había sido recomendado por amistades conocedoras.
Lo primero que noté fue que el estilo era como muy simple, como muy sencillo ... pero todo lo que narraba era muy extraño ... todo era inverosímil ... la historia me parecía absurda. Los personajes parecían unos refugiados que perdían la memoria y el pasado al cruzar un océano.
Seguí leyendo llena de curiosidad por ver como se desarrollaba la historia. Pronto llegué a la conclusión de que se trataba de una parodia alegórica de la historia de Jesús de Nazaret ... los personajes eran nada menos que la Sagrada Familia ...
Entonces empecé a hacer analogías entre la historia que estaba leyendo y la que había estudiado en Historia Sagrada ... y el resultado fue bastante divertido: la Virgen María juega tenis y su fiel compañero es un “peligroso” perro alsaciano llamado Bolívar... El Niño Jesús es muy raro ... unas veces pareciera que es disléxico y otras asperger. Es sumamente inteligente y le toma el pelo a los maestros. Es rebelde y raya en la malacrianza (nada que ver con Jesusito de mi vida, eres niño como yo...).
Los padres lo consienten en todo y lo miman demasiado. Él parece no respetarlos ni amarlos.
San José tiene muy poca autoestima y ninguna ambición. No es muy casto que digamos al principio … pero ya después sí.
Me divertí descifrando los simbolismos que podría contener la parodia o alegoría... Como por ejemplo, que el idioma de la tierra prometida fuera el español … la obsesión del niño con Don Quijote ... la ciencia de los números (¿) … las relaciones humanas todas rarísimas y totalmente disfuncionales …
Esos personajes tan extraños y que actúan en forma tan rara tienen que tener un simbolismo que cada quien puede interpretar a su modo.
Por lo tanto creo que esta novela es una obra “talla única” ...o sea, que es para que cada quien le dé la interpretación que desee o que pueda, de acuerdo a su gusto y conocimientos; porque tiene de todo para todos: filosofía; sociología, psicología, política, educación, teología, matemáticas … en fin, una obra de Literatura digna de un Premio Nobel, para un lector no-novel de novelas novedosas.
Lucila Argüello

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