Género: Narrativa
Traducción: Mariano Antolín Rato
Traducción: Mariano Antolín Rato
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
En El Día de la Independencia, Richard Ford recupera a Frank Bascombe, protagonista de El periodista deportivo. Es el verano de 1988, Frank sigue viviendo en Haddam, Nueva Jersey, pero ahora se dedica al negocio inmobiliario y, tras el divorcio, mantiene una relación sentimental con otra mujer, Sally. Mientras busca una casa para unos insoportables clientes, Frank aguarda ilusionado la llegada del fin de semana del 4 de julio, Día de la Independencia, que va a pasar en compañía de Paul, su conflictivo hijo adolescente. Ford retoma a su antihéroe y lo lanza a una nueva aventura cotidiana, en la que se entremezclan desolación, melancolía, humor y esperanza.
OPINIÓN:
Después de haber intentado leer dos breves novelas, avaladas por una crítica aceptable como son "Mi padre es mujer de limpieza" de Azzeddine Saphia y "Grotesco" de Kirino Natsuo y su consiguiente abandono no tuve más remedio que lanzarme a lo que tenía más a mano que era la segunda novela de la trilogía de Richard Ford. Novela extensa a la que me he dedicado con tesón y paciencia.
De nuevo, tenemos al protagonista, Bescombe, con un nuevo trabajo ¡agente inmobiliario nada menos! profesión a la que llega por un azar y con la que espera no solamente llevar una vida sin problemas, sino también sentirse útil y feliz mediante la búsqueda y venta de casas, siendo éstas la representación del éxito y posición social.
Durante tres días, asistiremos a sus intentos de vender una casa a una estrafalaria pareja, a las frustrantes relaciones con su amante y, finalmente, a los penosos intentos de normalizar la desazonante relación con su hijo al que lleva, en un breve viaje, a recorrer hitos del beisbol por su entorno. Su estilo extremedamente detallista agota en muchas ocasiones; no obstante, su visión irónica, que más de una vez me arrancó una carcajada, me ha compensado su lectura.
En cuanto a su forma de entender la vida él mismo lo dice: "una práctica que me ha dado resultado en mi edad madura -una época que llamo Periodo de Existencia- ha sido ignorar mucho de lo que no me gusta o que me parece inquietante y confuso, y entonces, normalmente, no tarda en alejarse". Parece fácil...
De nuevo, tenemos al protagonista, Bescombe, con un nuevo trabajo ¡agente inmobiliario nada menos! profesión a la que llega por un azar y con la que espera no solamente llevar una vida sin problemas, sino también sentirse útil y feliz mediante la búsqueda y venta de casas, siendo éstas la representación del éxito y posición social.
Durante tres días, asistiremos a sus intentos de vender una casa a una estrafalaria pareja, a las frustrantes relaciones con su amante y, finalmente, a los penosos intentos de normalizar la desazonante relación con su hijo al que lleva, en un breve viaje, a recorrer hitos del beisbol por su entorno. Su estilo extremedamente detallista agota en muchas ocasiones; no obstante, su visión irónica, que más de una vez me arrancó una carcajada, me ha compensado su lectura.
En cuanto a su forma de entender la vida él mismo lo dice: "una práctica que me ha dado resultado en mi edad madura -una época que llamo Periodo de Existencia- ha sido ignorar mucho de lo que no me gusta o que me parece inquietante y confuso, y entonces, normalmente, no tarda en alejarse". Parece fácil...
Ana Ballester
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