Género: Narrativa
Traducción: Isabel Núñez y José Aguirre
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
Frank Bascombe tiene treinta y ocho años y un magnífico porvenir como
escritor a sus espaldas. Hace tiempo disfrutó de un breve instante de
gloria, tras la publicación de un libro de cuentos, pero luego abandonó
la literatura, o fue abandonado por ella. Ahora escribe sobre deportes y
entrevista a atletas. Escribir sobre victorias y derrotas, sobre
triunfadores del futuro o del ayer, le ha permitido aprender una escueta
lección: «En la vida no hay temas trascendentales. Las cosas suceden y
luego se acaban, y eso es todo.» Lección que podría aplicarse a su fugaz
fama como escritor, a su breve matrimonio o a la corta vida de su hijo
mayor, Ralph, que murió a los nueve años. Un implacable testimonio de
los desencantos inevitables, de la corrosión de las ambiciones, del
aprendizaje de los placeres mínimos que permiten sobrevivir
OPINIONES:
Después de leer la estupenda “Francamente Frank” de Richard Ford, me
quedé con ganas de conocer más sobre su icónico personaje Frank
Bascombe, protagonista de la trilogía que consagró al autor y me decidí
por “El periodista deportivo”, la primera novela de la trilogía, en la
que Richard Ford nos presenta por primera vez a Frank; un hombre en la
treintena, recién divorciado y un tanto desencantado de la vida, que ha
renunciado a ser escritor y está conforme con su faceta de periodista
deportivo, viajando a para asistir a diferentes competiciones y
entrevistando a atletas (aunque esta novela tiene muy poco que ver con
el deporte)
Con un estilo fluído y su inteligente narrativa, sin florituras ni pensamientos complejos, el autor, en apenas tres días de la vida del protagonista, nos da a conocer el fracaso de su matrimonio y sus relaciones con la familia, el dolor por la pérdida y la negación a asumir la muerte de uno de sus hijos, la esperanza de volver a conquistar y ser conquistado, la aceptación de que en la vida nada es trascendente y en general, cierto conformismo que contrasta con el Bascombe sesentón pero lleno de lucidez y espíritu crítico, que con su ácido humor me conquistó en “Francamente Frank” pero que ya se vislumbra en el escepticismo, la falta de compromiso y la ironía del protagonista, con quien seguro, me volveré a encontrar.
Con un estilo fluído y su inteligente narrativa, sin florituras ni pensamientos complejos, el autor, en apenas tres días de la vida del protagonista, nos da a conocer el fracaso de su matrimonio y sus relaciones con la familia, el dolor por la pérdida y la negación a asumir la muerte de uno de sus hijos, la esperanza de volver a conquistar y ser conquistado, la aceptación de que en la vida nada es trascendente y en general, cierto conformismo que contrasta con el Bascombe sesentón pero lleno de lucidez y espíritu crítico, que con su ácido humor me conquistó en “Francamente Frank” pero que ya se vislumbra en el escepticismo, la falta de compromiso y la ironía del protagonista, con quien seguro, me volveré a encontrar.
Yolanda Castilla Galdos
Empezó gustándome la prosa clara y sencilla que describía las coordenadas del protagonista: divorciado, periodista deportivo después de una frustrada carrera literaria, poseedor de una magnífica casa en un barrio acomodado y en una ciudad de costumbres modélicas.
Poco a poco, fui conociendo los pormenores de su pasado y las aspiraciones de su existencia. Se inicia entonces un viaje que le va llevando a diversos lugares y a tratar con otra gente y es en este momento, al principio de su recorrido, cuando estuve tentada de abandonar la lectura al no entender muy bien qué motivaba toda una serie de reflexiones que iba haciendo.
Pero no lo hice porque pensé que debía dar con la clave de la narración. Entonces le leí lo siguiente: "la auténtica literatura exige sumergirse en una visión única, la visión del escritor" y poco a poco me fue interesando al entender, creo -tampoco estoy muy segura- la visión ante la vida que iba revelando el protagonista: "lo único que pido es participar fugazmente en la vida de otros... y luego distanciarme", lo cual implica la huida consciente de todo vínculo emocional. A partir de ahí reconozco que me ha gustado...
Poco a poco, fui conociendo los pormenores de su pasado y las aspiraciones de su existencia. Se inicia entonces un viaje que le va llevando a diversos lugares y a tratar con otra gente y es en este momento, al principio de su recorrido, cuando estuve tentada de abandonar la lectura al no entender muy bien qué motivaba toda una serie de reflexiones que iba haciendo.
Pero no lo hice porque pensé que debía dar con la clave de la narración. Entonces le leí lo siguiente: "la auténtica literatura exige sumergirse en una visión única, la visión del escritor" y poco a poco me fue interesando al entender, creo -tampoco estoy muy segura- la visión ante la vida que iba revelando el protagonista: "lo único que pido es participar fugazmente en la vida de otros... y luego distanciarme", lo cual implica la huida consciente de todo vínculo emocional. A partir de ahí reconozco que me ha gustado...
Ana Ballester
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