"Un chelín para velas", de Josephine Tey

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa

Traducción: Pablo González-Nuevo

Editorial: Hoja de Lata

SINOPSIS:

En una playa aislada cerca del pequeño pueblo de Westover, el cuerpo sin vida de Christine Clay, famosa actriz británica y estrella de Hollywood, aparece en la orilla al amanecer. El encantador y elegante Inspector Alan Grant, de Scotland Yard,se pone a investigar de inmediato a los sospechosos: un experto en cotilleos de celebrities, un joven arruinado que pasaba unos días en la casa de campo de Christine, el marido aristócrata de la actriz o su hermano, un tunante que siempre ha vivido del cuento. Alrededor de todos ellos, el frívolo mundo de la farándula, con médiums de famosos incluidas, revolotea por el escenario de un crimen que parece hallarse en un callejón sin salida. Por suerte, en este caso Grant tendrá el apoyo incondicional de la intrépida Erica Burgoyne, hija del comisario de policía local, que ejercerá de exitosa detective amateur.
Adaptada al cine por Alfred Hitchcock como Inocencia y juventud, Un chelín para velas, traducida ahora por primera vez al castellano, es un brillante misterio salpicado de psicología, sutil humor y personajes pura y estrafalariamente británicos.

OPINIÓN:

“Un chelín para velas” es la segunda entrega de una serie de novelas protagonizadas por el inspector de Scotland Yard, Alan Grant, escrita por la escritora escocesa Josephine Tey (pseudónimo de Elizabeth Mackintosh).
Que la novela, publicada en 1936, sirviera de base para una película de Hitchcock (Inocencia y juventud, 1937), es un punto a favor. Una vez leída, puedo confirmar que es una obra con bastante juego y que no decepciona.
El hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer joven en la costa este inglesa hace saltar las alarmas. Todas las hipótesis están abiertas, incluido el suicidio, no obstante, al poco tiempo los indicios y algunos detalles apuntan al asesinato. La resolución de la muerte de la mujer en extrañas circunstancias sólo puede estar en manos de la máxima autoridad en la materia, Scotland Yard. El inspector Grant es el encargado de encabezar la investigación, pero con las escasas pruebas y el silencio o la omisión por parte de quiénes la conocían, éste deberá a hacer frente a numerosos obstáculos, errores y callejones sin salida.
Una lectura entretenida, repleta de personajes y paisajes típicamente ingleses, algunos adorables otros aborrecibles. El estilo, muy descriptivo sin ser pesado, te adentra de lleno en el desarrollo de los acontecimientos. La trama, siempre en movimiento, contiene suspense, drama y también un toque de humor. Es para disfrutar, la recomiendo.

Dolors Martínez