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22 de octubre de 2020

"El loco", de Khalil Gibran

FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Juan Pedro Monferrer Sala
Editorial: Traspiés

SINOPSIS: 
Treinta y cinco años contaba Khalil Gibran en el momento de escribir "El loco", pero a sus espaldas llevaba un amplio y rico bagaje cultural adquirido en Líbano, Estados Unidos y Francia. Letras y pintura, conversaciones y lecturas, drogas y alcohol, junto con un espíritu inquieto, constituían ya por entonces el universo de un autor único en el mundo árabe, portavoz de una generación sin par, la de La Emigración (al-Mahar). Moderna pero deudora de ancestrales tradiciones literarias orientales.
Escrito con una prosa única, impregnada de misticismo poético, en "El loco" se funden los géneros breves y la narración larga, la lírica y la prosa reflexiva.
Un libro imprescindible en la literatura del siglo XX.

OPINIÓN:
"Y después de mil años trepé a la montaña sagrada y, de nuevo, hablé con Dios, diciendo: “Mi Dios, mi objetivo y mi realización; yo soy tu ayer y tú eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo, juntos crecemos ante la faz del sol”. Entonces Dios se inclinó hacia mí, y murmuró en mis oídos palabras de dulzura; y así como el mar acoge al arroyuelo que corre a su encuentro, así él me acogió. Y cuando bajé a los valles y planicies allí también estaba Dios".
Con mucho placer he releído estos 35 relatos cortos (48 páginas) del gran poeta, pintor y novelista libanés Gibrán Khalil Gibrán (1883 Bishari, Libano-1931, New York).
Debo decir que lo he disfrutado como si fuera la primera vez. Es una combinación de filosofías, expresadas en un lenguaje muy poético y con toques un poco surrealistas ... Contradicciones o a veces sinceras confesiones que no nos atrevemos a expresar por paradójicas o irreverentes, son contadas por El Loco con la naturalidad de la locura ... porque los locos siempre dicen la verdad ... por eso los encierran ...
No falta una finísima ironía que nos hace sonreir ... cuando los personajes, a veces personas, otras veces animales y hasta objetos, hacen gala de locuras para expresar una sentencia filosófica.
Es un obra maestra y con amor la recomiendo.
"Habló la madre, y dijo: —¡Al fin, al fin, mi enemiga! Aquella por quien fue destruida mi juventud, aquella que edificó su vida sobre las ruinas de la mía. ¡Ojalá pudiera matarla! Habló la hija y dijo: —¡Oh, mujer odiosa, vieja y egoísta, que se antepone entre mi libertad y yo! ¡Que quisiera transformar mi vida en un eco de su vida ya marchita! ¡Ojalá estuviera muerta! En ese instante cantó un gallo, y ambas mujeres despertaron. La madre preguntó: —¿Eres tú, querida? Y la hija respondió afectuosamente: —Sí, madre".
Lucila Argüello

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