Género: Narrativa
Editorial: Distrito 93
Editorial: Distrito 93
SINOPSIS:
Una historia de amor fraternal y venganza.
Abril es una chica más, una chica normal, que quiere ser libre. Pero dejará de serlo cuando un grupo de hombres le arrebaten todo con la llamada droga de la violación, la burundanga.
El caso queda en manos de la Justicia, y los violadores, como en tantos otros casos, son absueltos. Keira, la hermana de Abril, tiene claro que esto no puede quedar así. Es entonces cuando crea un minucioso plan para dar justicia al caso, haciendo que todos y cada uno de los culpables paguen por lo que han hecho.
El deseo eterno es una obra de crítica social actual que muestra la crueldad e injusticia de la sociedad en los casos de agresiones sexuales.
OPINIÓN:
La vida de Abril queda destrozada cuando un grupo de hombres la violan con burundanga. Al trauma y la vergüenza se suman el escarnio público y un juicio en el que los agresores salen absueltos.
Al ver que las leyes no funcionan, su hermana Keira decide aplicar su propia justicia. Para ello elabora un minucioso plan que hará que los culpables paguen por haberle destrozado la vida a su hermana pequeña.
“El deseo eterno”, de Ana Ballabriga y David Zaplana, es una novela muy dura que muestra la crueldad y la injusticia de la sociedad en los casos de agresiones sexuales.
La novela, ganadora del premio Auguste Dupin de Novela Negra 2021, narra una historia cruda y descarnada que refleja el machismo exacerbado que existe en una parte de la sociedad. Me refiero a ese reducto de hombres que consideran a la mujer un mero objeto sexual, fácilmente desechable y susceptible de ser vejada o golpeada porque no merece otra cosa.
La novela tiene tres protagonistas: Keira, policía local y hermana de la víctima; Enric, el juez que dejó en libertad a la “manada”; y Yerai, el dueño del periódico que ha hecho fortuna gracias a los artículos que juzgan y condenan a Abril por llevar a juicio a cinco inocentes que simplemente hicieron lo que ella deseaba.
Keira no es una «feminazi». Es una mujer que, en su afán por evitar que ninguna otra mujer pase por lo mismo que su hermana, elabora una cuidada estrategia para que cambie el sistema legal. Para lograrlo necesita algo más que una simple venganza, necesita un golpe de efecto sin precedentes.
Enric considera que su sentencia está ajustada a derecho. Siente lo que le ha pasado a Abril, pero él se ha limitado a aplicar la legislación vigente. Una legislación que no obliga a realizar más pruebas para ver si la víctima sufrió sumisión química o no.
Yeray es el personaje más odioso con el que me he topado en mi vida lectora. En él se aúnan los peores males de la humanidad: machismo, egolatría, despotismo y avaricia. Un cóctel explosivo que desde el primer párrafo le convierte en un ser despreciable. Hasta tal punto que lo que le ocurre al final de la historia no llega ni a conmoverte.
Me encanta como escriben Ana Ballabriga y David Zaplana y no miento cuando digo que, conociéndolos, esperaba una novela dura. Pero he de reconocer que la novela ha superado con creces mis expectativas y que en algún que otro momento he tenido que cerrar el libro y tomarme un respiro.
De la novela destacaría que los personajes están perfilados a la perfección, la trama es terrible y adictiva al mismo tiempo y el final es de los más diabólicos que he leído en mi vida. También que Ana y David se han documentado a conciencia sobre la sumisión química y sus devastadores efectos; sobre la facilidad con la que se pueden encontrar sustancias como la escopolamina o la burundanga y sobre la relación de estas agresiones y la Dark Web.
Una novela que rompe el alma, pero que debería ser leída para entender que hace falta un cambio de legislación inmediato.
Ana G. Aranda
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