"Un viejo que leía novelas de amor", de Luis Sepúlveda

FICHA TÉCNICA:

Género: Narrativa

Editorial: Tusquets

SINOPSIS:

Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías. Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra memoria.

OPINIONES:

Una bonita historia situada en la Selva Amanózica, donde vive Antonio José Bolívar Proaño, un viejo con una larga y apasionante vida a sus espaldas. Llegó como colono con su esposa cuando los dos eran jóvenes, pero ella no aguantó la vida en la selva y murió, Antonio José convive un tiempo con los indios shuar, de los cuales aprende como sobrevivir en la selva y el amor y el respeto por la naturaleza. La historia se nos cuenta cuando Antonio José vive en El Idilio, un pequeño pueblo, y en él vive en una pequeña choza ganándose la vida cazando y en sus ratos libres se entrega a su pasión, la lectura de novelas de amor. En esta novela se nos habla de la estupidez y el afán de riqueza y destrucción del hombre occidental, el protagonista es consciente de esto, en cambio el contrapunto es que también ama algo de la cultura occidental, los libros, en especial las novelas de amor, que le transmiten un sentimiento de una magnitud que él no ha llegado a experimentar, además le habla de lugares lejanos que él casi no llega a imaginar. Es también una emocionante novela de aventura. Un libro breve y hermoso que merece la pena leer.

Patricia Mariño

Hace unos meses cayó en mis manos “Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar”, una bonita fábula de Luis Sspúlveda. Cuando conseguí su obra más conocida, no lo dudé. 
“Un viejo que leía novelas de amor” es un relato corto que cuenta la existencia de Antonio José Bolivar Proaño, aldeano de El Idilio, un territorio colindante a la selva amazónica. 
Además de la vida de José Antonio se conoce detalles de la zona, sobre todo referentes a la interacción entre los hombres y la naturaleza. Se ve que Sepúlveda tiene una gran sensibilidad acerca de ello, pues el tema se repite en la otra obra que mencioné. Igualmente, Sepúlveda describe las gentes del lugar con mucho desparpajo, humor y naturalidad, expresiones nativas incluidas.
Se trata de un entrañable relato, que, en mi opinión, gana en emoción a medida que avanza. Sepúlveda narra una historia sencilla, sin cursilería, combinando humor con un toque agridulce. Lo recomiendo, es una lectura para pasar un buen rato y que seguro permanecerá por mucho tiempo en la mente de quien se anime a leerlo.

Dolors Martínez