Género: Novela en verso
Traducción: Mijail Chílikov
Editorial: Cátedra
SINOPSIS:
"Eugenio Oneguin", novela en verso, es una de las obras fundamentales de Pushkin y una de las novelas rusas más relevantes del siglo XIX. El personaje de Oneguin encierra una dualidad en la concepción del mundo. Aunque hostil al 'gran mundo', Oneguin está a la vez inscrito e inmerso en él.
OPINIÓN:
Obra ambientada en la última etapa del mandato de Catalina la Grande (fin siglo XVIII) y principios del siglo XIX, "Eugenio Oneiguin" representa sobre todo una sátira social de la Rusia de dicha época, expresamente dirigida a la clase pudiente por sus frivolidades. El narrador, que compartió momentos de su vida con Oneguin, desmenuza el carácter de aquél, así como las formas de vida que le rodean y de las que participa. Otro personaje importante es el de Tatiana, la cual provocará un antes y un después en la vida de Oneguin. También el narrador da buena cuenta de su carácter y pensamientos íntimos.
El relato está escrito de modo que el narrador interpela continuamente al lector. Asimismo, la narración está enriquecida a base de referencias sobre artistas del momento, pensadores contemporáneos como Rousseau, en clave de humor, otros aspectos cultuales y también con numerosas divagaciones sobre el sentido de la existencia y de la mente y las acciones humanas, como es habitual en los clásicos. La historia que se desarrolla entre la joven Tatiana y Oneguin es muy realista, sin llegar a desembocar en un romanticismo vulgar y predecible.
Me ha gustado por su sentido del humor y la crítica social. También es interesante conocer las anécdotas de la vida de Pushkin para entender mejor la lectura.
Fragmentos:
El relato está escrito de modo que el narrador interpela continuamente al lector. Asimismo, la narración está enriquecida a base de referencias sobre artistas del momento, pensadores contemporáneos como Rousseau, en clave de humor, otros aspectos cultuales y también con numerosas divagaciones sobre el sentido de la existencia y de la mente y las acciones humanas, como es habitual en los clásicos. La historia que se desarrolla entre la joven Tatiana y Oneguin es muy realista, sin llegar a desembocar en un romanticismo vulgar y predecible.
Me ha gustado por su sentido del humor y la crítica social. También es interesante conocer las anécdotas de la vida de Pushkin para entender mejor la lectura.
Fragmentos:
"Me gustaría pintar un cuadro exacto del solitario gabinete en donde Onieguin, alumno ejemplar de la moda, se viste, se desviste y se vuelve a vestir. Todo lo que vende Londres, meticuloso en los abundantes caprichos, y que a través de las olas del Báltico nos trae a cambio de madera y tocino. Todo cuanto en París un gusto ávido inventa para el entretenimiento, el lujo y lo superfluo de la moda, todo adornaba el cuarto de este filósofo de dieciocho años. Pipas de ámbar de Constantinopla, objetos de porcelana y bronce sobre la mesa, delicias para los gustos refinados, perfumes en frascos de cristal, peines, limas de mesa, tijeras rectas y torcidas, treinta clases de cepillos para las uñas y para los dientes. Rousseau, me permito anotar de paso, no podía comprender cómo el serio Grim se atrevía a limpiarse las uñas en su presencia; pero en este caso el insensato y elocuente defensor de la libertad y de los derechos se equivocaba completamente. Se puede ser un hombre activo y pensar en el cuidado de las uñas al mismo tiempo. ¡Para qué discutir con nuestro siglo inútilmente!"
"Y así, llamábase Tatiana; no atraía por la belleza, como su hermana, ni por la lozanía de sus mejillas. Salvaje, triste y callada, cual asustada gacela del bosque, parecía una extraña en su propia familia; no sabía prodigar caricias a su padre y a su madre; de pequeña, no quería jugar con los otros niños, ni saltar, y muchas veces se pasaba el día entero sentada a la ventana, sola y silenciosa. El ensueño, su amigo desde los primeros días de su infancia, adornó de ilusiones su apacible vida campestre. Sus delicados dedos no conocían la aguja, no se plegabansobre el bastidor ni animaban la tela con bordados de seda. En general, el deseo de mandar se conoce por el síntoma siguiente: la niña, al jugar con la muñeca, se prepara a las conveniencias, a las leyes de la sociedad, y repite gravemente las lecciones de su mamá. Pero ni siquiera a esta edad las manos de Tatiana cogieron las muñecas; no hablaba con ellas de las noticias del mundo, ni de la moda. Las travesuras infantiles le eran desconocidas; prefería escuchar, en la oscuridad, en las noches invernales, relatos espantosos, que seducían su corazón."
Dolors Martínez
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