Género: Narrativa
Editorial: Seix Barral
SINOPSIS:
En 1984
Fede acaba de cumplir trece años: ya no es un niño, aún no es adulto,
sólo es un problema. Se ha escapado de la casa de su padre y su
madastra, dispuesto a vivir intensamente emulando a Sid Vicious. Pronto
entiende que su lugar está junto a su madre, de la que nada sabe desde
hace un año. Su aventura transcurre en paralelo con la de Marta, una
pintora alocada, que ve con ironía y escepticismo la trastienda del
mundo del arte.La conmovedora historia de un niño que elabora su propia
interpretación del mundo y la lleva hasta sus últimas consecuencias.
Premio Biblioteca Breve de Novela 2009.
OPINIÓN:
OPINIÓN:
Novela y autora que me han sorprendido muy gratamente. Se
desarrollan dos historias que se van alternando. Por un lado están los
capítulos narrados en tercera persona, en los que conocemos a Fede,
estamos en Santander en 1984 y tiene 13 años. Adolescente problemático,
arrastra un pasado complicado en Barcelona, con padres drogadictos y un
fuerte complejo de Edipo. Fede se ha escapado de su casa porque no
soporta a la mujer de su padre y no quiere ir al estricto internado
suizo al que pretenden llevarlo. Se intercalan los capítulos
protagonizados por Marta y narrados en primera persona. En ellos nos
situamos en Barcelona en el año 2006, Marta es una pintora muy crítica
con el mundo del arte actual y escéptica con su propia vida, que
sobrevive dando clases y haciendo retratos en las Ramblas. Durante años
fue la mano ejecutora de los cuadros de un famoso pintor. Dos personajes
totalmente distintos y vidas que nada tienen que ver, pero que acabarán
confluyendo. Me ha gustado mucho la prosa de la autora, como escribe y
describe a los personajes, como se pone en la piel de cada uno y en
general la coherencia que tiene toda la novela. Parte de la sorpresa
final se me ha hecho previsible y creo que el desenlace es muy
precipitado, no obstante mi valoración sigue siendo positiva. Muy
recomendable.
Esther Rodríguez
Pese a lo buena que a sido para ti esta novela, quitando ese final, no me ha llegado a llamar lo suficiente la atención, pero no lo descarto. Si se vuelve a cruzar en mi camino quizás le dé una oportunidad.
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