Género: Narrativa, Relatos
Editorial: Balduque
SINOPSIS:
EL HOMBRE DE ARENA
Editorial: Balduque
SINOPSIS:
EL HOMBRE DE ARENA
— Cuando era niño, un día jugando en la playa, hice un hombre de arena
que cobró vida. Me prometió riquezas, poder, la inmortalidad…
— ¿Y qué pasó?
— Se deshizo cuando subió la marea.
OPINIÓN:
— ¿Y qué pasó?
— Se deshizo cuando subió la marea.
OPINIÓN:
La tesis doctoral del autor versó sobre el microrrelato cuando
no era un género tan popular como hoy, por lo que estamos ante uno de
sus primeros estudiosos y, por lo tanto, mayores conocedores. Y esto se
aprecia en cuanto comenzamos a navegar por las páginas de esta obra que
va creciendo ante los ojos del lector: desde un microrrelato de 6
palabras, hasta una novela corta de 27 páginas.
Recuerdos de infancia, amores (tanto infantiles e inocentes como adolescentes y febriles), autobiografía y juegos de múltiple identidad son los temas que parecen destacar en el conjunto. Sin posicionarse en un registro, lo que en una obra de estas características se agradece mucho, el autor salta de una elegante sensibilidad, contenida y sin recargados artificios, al humor más irónico.
Dentro de los microrrelatos destacaría ‘Miss Pedanía’, ’15 de agosto’ (leyendo éste, en mi mente se proyectaba un ficticio cortometraje de Tim Burton), ‘Follar, verbo transitivo’ y, especialmente, ‘Verano del 99’, una curiosa vuelta de tuerca al típico y tópico relato veraniego, que aquí deja de serlo (típico y tópico).
Cuando los textos ya han perdido el sufijo ‘micro’, la obra se cierra con una magnífica terna: ‘El ladrón de libros’, una intriga con guiños al género negro, ‘Comunión’, magnífico retrato de un domingo de Primera Comunión de clase obrera, allá por los primeros noventa, y ‘El tema del doble’, un relato largo/novela corta donde el autor (intuyo) tira de autobiografía (desde luego es un mundo que conoce) y la combina con uno de sus temas predilectos, la identidad, brindándonos una suerte de diario de a bordo de un estudiante español que viaja a Suiza para dar una conferencia y acaba inmerso en un laberinto de equívocos.
Lo recomiendo sin duda.
Recuerdos de infancia, amores (tanto infantiles e inocentes como adolescentes y febriles), autobiografía y juegos de múltiple identidad son los temas que parecen destacar en el conjunto. Sin posicionarse en un registro, lo que en una obra de estas características se agradece mucho, el autor salta de una elegante sensibilidad, contenida y sin recargados artificios, al humor más irónico.
Dentro de los microrrelatos destacaría ‘Miss Pedanía’, ’15 de agosto’ (leyendo éste, en mi mente se proyectaba un ficticio cortometraje de Tim Burton), ‘Follar, verbo transitivo’ y, especialmente, ‘Verano del 99’, una curiosa vuelta de tuerca al típico y tópico relato veraniego, que aquí deja de serlo (típico y tópico).
Cuando los textos ya han perdido el sufijo ‘micro’, la obra se cierra con una magnífica terna: ‘El ladrón de libros’, una intriga con guiños al género negro, ‘Comunión’, magnífico retrato de un domingo de Primera Comunión de clase obrera, allá por los primeros noventa, y ‘El tema del doble’, un relato largo/novela corta donde el autor (intuyo) tira de autobiografía (desde luego es un mundo que conoce) y la combina con uno de sus temas predilectos, la identidad, brindándonos una suerte de diario de a bordo de un estudiante español que viaja a Suiza para dar una conferencia y acaba inmerso en un laberinto de equívocos.
Lo recomiendo sin duda.
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