Género: Narrativa
Traducción: Miguel Sáenz
Editorial: Debolsillo
SINOPSIS:
Esta es la historia de Saleem Sinai, nacido en Bombay al filo de la medianoche del 15 de agosto de 1947, en el momento mismo en que la India, entre fuegos artificiales y multitudes, alcanza su independencia. El destino de Saleem queda inexorablemente unido al de su país, y sus peripecias personales reflejarán siempre la evolución política de la India o serán reflejadas por ella. "Hijos de la medianoche" es una asombrosa novela que combina magistralmente magia y humor, compromiso político, fantasía y humanidad.
El mejor premio Booker de toda la historia.
Una asombrosa novela que combina magistralmente magia y humor, compromiso político, fantasía y humanidad.
OPINIÓN:
"Ahora, sin embargo, el tiempo (que ya no tiene utilidad para mí) se me está acabando. Pronto tendré treinta años. Quizá. Si mi cuerpo ruinoso y gastado me lo permite. Pero no tengo esperanzas de salir con vida, ni puedo contar con disponer siquiera de mil y una noches. Tengo que trabajar deprisa, más deprisa que Scheherazada, si quiero terminar diciendo —sí, diciendo— algo. Lo reconozco: más que a cualquier otra cosa temo al absurdo. ¡Y hay tantas historias que contar, demasiadas, tal exceso de vidas acontecimientos milagros lugares rumores entrelazados, una mescolanza tan densa de lo improbable y lo mundano! He sido un devorador de vidas y, para conocerme, sólo para conocer la mía, tendréis que devorar también todo el resto. Multitudes engullidas se empujan y apretujan dentro de mí; y guiado sólo por el recuerdo de una gran sábana blanca con un agujero más o menos circular de unas siete pulgadas de diámetro en su centro, aferrándome al sueño de aquel rectángulo de tela blanca agujereado y mutilado, que es mi talismán y mi ábrete-sésamo, he de comenzar la tarea de rehacer mi vida a partir del punto en que realmente empezó, unos treinta y dos años antes de algo tan obvio, tan actual, como mi nacimiento marcado por el reloj y manchado por el delito".
He terminado esta muy premiada obra maestra del realismo mágico indio, Hijos de la medianoche de Salman Rushdie, autor que fue condenado a muerte por el Islam por su obra, también de realismo mágico, Los versos satánicos, y ha vivido escondido desde entonces.
Hijos de la medianoche, "es una de las grandes obras de la literatura universal. Premio Booker, el galardón literario más prestigioso del Reino Unido, en el año 1981. En 1993, esta obra fue premiada con el llamado Booker of Bookers, premio concedido al mejor de todos los libros galardonados con el Premio Booker en sus primeros 25 años de existencia. Wiki".
Así vemos que premios no le han faltado, y es que es una magnífica novela total … para el que logre entenderla ...
Comienza la narración con la genealogía del narrador intradiegético en la paradisíaca región de Cachemira, muy pintoresca y muy mágica, con bellos lagos y leyendas de personajes autóctonos ... Luego la historia de sus padres y por último su nacimiento, a media noche, al amanecer del día de la independencia de la India con el Reino Unido, y el extraño, secreto y mágico, cambio de bebés en una clínica de maternidad ...
Todo va intercalado y salpicado con magia, fantasmas, narices, visiones, milagros, espíritus, sábanas perforadas, una magnífica escupidera de plata incrustada de lapislázuli, talismanes, sueños, y con retazos de la Historia acontecida en la India y Pakistán en esas tres generaciones ... la Historia como toda Historia, plagada de guerras, asesinatos políticos, independencias, separaciones territoriales, etc...
También el tema de las múltiples religiones es pintado con pinceladas suaves y discretas, y están retratados también los festivales, y algo del variado vestuario regional; así como el tiro-a-la-escupidera, un deporte popular, creo que en sentido irónico.
Son parte integral de la novela los problemas de la intransigencia religiosa que da lugar a guerras y migraciones y por fin a la escisión de la nación india ... está todo mezclado con la historia personal del protagonista, llena de mágicas aventuras, vicisitudes, enfermedades, amores seudoincestuosos, y tragedias.
Nos da a probar a menudo los platillos exquisitos del arte culinario indio y con mucha frecuencia se refiere a los encurtidos, achar, delicatessen fermentadas, muy variadas, hechas de frutas, verduras, pescados y especies, todo marinado en vinagre y de casi infinitos sabores y colores.
Nos deja echar un vistazo a vuelo de alfombra mágica al multicolor mundo de las sociedades indias, sus diferencias sociales, religiosas y lingüísticas, unificadas apenas un poco por la cultura culinaria de los encurtidos y el curry.
De las 707 maravillosas páginas de la obra, hay 9 dedicadas a un glosario de palabras en hindi, urdo, árabe, etc. para aclarar el texto; muchas de ellas son nombres de comidas, plantas, animales, ropa, etc.
Esta obra es alucinante, como es alucinante la India con todo su bagaje mágico y espiritual, a la vez que sensual y humano. Creo que esta novela es algo así como el equivalente a Cien años de soledad de la India, con toda su abigarrada confusión de loca visión kaleidoscópica.
"La nariz de mi abuelo: unas aletas que se ensanchan, curvilíneas como bailarinas. Entre ellas se hincha el arco triunfal de la nariz, primero hacia arriba y hacia afuera, luego hacia abajo y hacia adentro, extendiéndose hasta el labio superior con un giro soberbio y, en estos momentos, rojo en la punta. Una nariz con la que es fácil tropezar con montículos. Quisiera dejar constancia en acta de mi gratitud hacia ese órgano poderoso —de no ser por él, ¿quién hubiera creído nunca que yo era realmente el hijo de mi madre, el nieto de mi abuelo?—, hacia ese aparato colosal que iba a ser también mi derecho de primogenitura. La nariz del doctor Aziz —comparable sólo a la trompa del dios Ganesh, de cabeza de elefante— demostraba de forma incontrovertible su derecho a ser un patriarca. Fue Tai quien le enseñó eso también. Cuando el joven Aadam había salido apenas de la pubertad, el deteriorado barquero le dijo: «Ésa es una nariz para fundar una familia, principito. No habría dudas sobre su progenie. Los emperadores mogoles hubieran dado la mano derecha por tener unas narices así. Hay dinastías aguardando ahí dentro —y aquí Tai cayó en la ordinariez— como mocos.»"
Lucila Argüello
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