Género: Narrativa
SINOPSIS:
El libro que celebra el gran fenómeno de
internet de los últimos años. Un recorrido nostálgico por los usos, las
costumbres, las marcas, los programas, las canciones, la comida, etc.,
de una época que marcó a varias generaciones de españoles.
Si aprendiste los ríos y las
cordilleras mientras mordisqueabas una goma Milán, si comiste
empanadillas en Móstoles, si estabas entre dos tierras y no encontrabas
el sitio de tu recreo, si para ti el tiempo era oro y jugabas al precio
justo, seguro que fuiste a EGB.Si llevaste hombreras o te echabas laca Nelly, si el primer libro que leíste fue El libro gordo de Petete, si tu primera lágrima fue porque Marco no encontraba a su madre, si el primer polo que te comiste fue un frigodedo, no hay duda de que tú también fuiste a EGB.
Los pitufos, Naranjito, Parchís, ET, las chapas, el seiscientos, Orzowei, los minerales, los gusanos de seda, los rotring, la teleindiscreta, la abeja Maya, los lagartos de V, la Botilde, The Final Countdown... Todos los que fuimos a EGB sabemos que hay mil historias que contar y estamos deseando retroceder en el tiempo para recordarlas todas en un libro totalmente ilustrado y escrito por los autores del exitoso blog Yo fui a EGB.
OPINIONES:
Entrañable repaso a una época que me
tocó en (buena) suerte vivir y de la que, como reza el texto, sigo
manteniendo algún latiguillo que me delata.
Del desglose que los autores hacen de su (y mi) infancia/primera adolescencia me ha gustado especialmente el dedicado a los juegos en el recreo del colegio, con el que uno no puede evitar pensar, sonrisa nostálgica mediante, lo que se está perdiendo la nueva generación a causa/por culpa de dispositivos móviles y otras ‘maquinitas’: la verdadera interactuación jugando al escondite, al pañuelo, improvisando porterías de fútbol con dos piedras (me ha faltado la bandera, lo que era un verdadero juego de estrategia llevado a la plaza del barrio).
También he disfrutado mucho los capítulos dedicados a series de televisión (jamás murió nadie en ‘El equipo A’), aquel santuario que representaba el videoclub del barrio o el universo de los estuches que llevábamos al colegio, donde lo importante era llevar de todo y en muchos pisos y colores, aunque al final sólo se usara el lápiz y la goma.
Y mención especial para el apartado de I+D+i que vino a cambiar la vida de muchos de aquellos preadolescentes: la doble pletina.
Del desglose que los autores hacen de su (y mi) infancia/primera adolescencia me ha gustado especialmente el dedicado a los juegos en el recreo del colegio, con el que uno no puede evitar pensar, sonrisa nostálgica mediante, lo que se está perdiendo la nueva generación a causa/por culpa de dispositivos móviles y otras ‘maquinitas’: la verdadera interactuación jugando al escondite, al pañuelo, improvisando porterías de fútbol con dos piedras (me ha faltado la bandera, lo que era un verdadero juego de estrategia llevado a la plaza del barrio).
También he disfrutado mucho los capítulos dedicados a series de televisión (jamás murió nadie en ‘El equipo A’), aquel santuario que representaba el videoclub del barrio o el universo de los estuches que llevábamos al colegio, donde lo importante era llevar de todo y en muchos pisos y colores, aunque al final sólo se usara el lápiz y la goma.
Y mención especial para el apartado de I+D+i que vino a cambiar la vida de muchos de aquellos preadolescentes: la doble pletina.
Luis Sánchez Martin
Me lo prestaron y lo empecé un poco escéptica, pero me enganchó en
seguida. Estructurado en capítulos según la temática, en el libro se
recopila, de manera bastante amena, todas esos pequeños (y grandes)
hechos cotidianos y anécdotas que vivimos toda una generación de niños
que pasamos por EGB (Educación General Básica). Lleno además de
fotografías entrañables es un viaje directo a nuestra infancia y
adolescencia. No puedo elegir un
capítulo que me guste más, porque en casi todos he encontrado recuerdos
con los que me identifico totalmente: desde la primera fotografía que
aparece, la típica cantimplora de metal forrada con tela verde que no
faltaba en ninguna excursión, la yogurtera que había en casa, la época
en que se llevaban calentadores y hombreras, los juegos de la época:
“churro, media manga, mangotero”, la goma, el pañuelo…, los dibujos,
programas y series que vimos en la tele, las manualidades que hicimos en
el cole, los tebeos y libros que leíamos, la decoración de las casas…
hasta la música que nos gustaba y los montones de cassettes que
grabamos. Sólo por los recuerdos que nos trae a todos los que vivimos la
EGB alrededor de los años 80 del siglo XX ya vale la pena leer este
libro.
Esther Rodríguez
Me encanta la edición, el libro es chulísimo y está super bien cuidado =)
ResponderEliminarBesotes