Género: Narrativa
Editorial: Libros del Asteroide
SINOPSIS:
El detective Travis McGee vive en el Busted Flush, un yate que ganó en una partida de póquer y que tiene amarrado en Lauderdale, Florida. No quiere ni oír hablar de tarjetas de crédito, planes de jubilación, partidos políticos, hipotecas ni televisión. Solo trabaja cuando no tiene dinero y lo que pide a cambio de su ayuda es sencillo: recuperará lo que te han quitado siempre y cuando pueda quedarse con la mitad.
El detective Travis McGee vive en el Busted Flush, un yate que ganó en una partida de póquer y que tiene amarrado en Lauderdale, Florida. No quiere ni oír hablar de tarjetas de crédito, planes de jubilación, partidos políticos, hipotecas ni televisión. Solo trabaja cuando no tiene dinero y lo que pide a cambio de su ayuda es sencillo: recuperará lo que te han quitado siempre y cuando pueda quedarse con la mitad.
Aunque McGee no va mal de dinero, es incapaz de negarle su ayuda a
Cathy, una dulce chica que ha sido maltratada por su exnovio, el taimado
Junior Allen. Lo que Travis no imagina es a cuántas mujeres ha hecho
trizas antes. Su última víctima, Lois Atkinson, casi no puede levantarse
de la cama cuando Travis la encuentra. Dar caza a Junior Allen no será
una tarea fácil. Ni
limpia.
Considerado unánimemente como uno de los escritores norteamericanos de novela negra más importantes del pasado siglo, John D. MacDonald alcanzó el éxito con la serie de novelas protagonizadas por Travis McGee, un caballero andante moderno, que se convertiría en su creación más atemporal. Adiós en azul es la primera de esas novelas.
Considerado unánimemente como uno de los escritores norteamericanos de novela negra más importantes del pasado siglo, John D. MacDonald alcanzó el éxito con la serie de novelas protagonizadas por Travis McGee, un caballero andante moderno, que se convertiría en su creación más atemporal. Adiós en azul es la primera de esas novelas.
OPINIÓN:
Travis McGee vive en un barco donde recibe la visita de amigos, mujeres y
clientes, a quienes entrevista whisky en mano (nada nuevo, ¿verdad?).
No termina de ser un detective privado, aunque sus métodos coincidan con
los de aquéllos, sino más bien un ‘recuperador’ cuyo salario es una
parte de lo recuperado.
Se trata de una novela breve, entretenida y que entra en materia bien pronto (en apenas diez páginas estamos metidos en el meollo). Por ello no cuenta sólo con los (tópicos) ingredientes de la novela negra, sino también con los del telefilm: casi puede leerse en las dos-tres horas que dura una película. Película que, por las claras descripciones y los diálogos nada forzados, es fácil proyectar durante la lectura.
El protagonista me ha rechinado un poco. Se le intenta presentar como el tipo duro americano (otro tópico a la saca) pero pronto empezamos a verle titubeos y sentimientos impropios del cliché. Tal vez continuando la saga uno se acostumbre y logre dar con la esencia de un personaje que, ya digo, me ha resultado algo artificial (aunque valoro el intento de ruptura con los lugares comunes del género).
No así la némesis, Junior Allen, malo malísimo al que desde el primer momento, y apoyado por esa sensación de guion cinematográfico que deja la lectura, he puesto el rostro de Robert Mitchum para, al final, ver que había acertado. Me explico: el personaje de Junior Allen, desde la primera mención, me ha parecido una mezcla del reverendo de ‘La noche del cazador’ y el buscavidas de ‘El cabo del terror’. Tras la lectura, e indagando sobre obra y autor, he descubierto que, efectivamente, se inspiraron en dicho personaje para crear a aquel que le amargaba la vida a Gregory Peck en la segunda.
A pesar de la suma de lugares comunes de que adolece la obra, el autor brinda acertadas pinceladas psicológicas en una trama en la que hay que tirar de varios hilos para llevarla más allá de la simple lectura entretenida de desatranque en que podría haberse estancado, aunque no me haya parecido nada del otro mundo.
No voy a recomendarla ni a dejar de hacerlo, con lo dicho cada uno podrá valorar si se acerca a ella o no. Por mi parte, tal vez lea otra de la saga sabiendo lo que puedo esperar, pero dudo mucho que me haga fan de la misma ni mucho menos vaya a leer las veintiuna entregas que tal vez Libros del Asteroide se decida a editar en castellano. La segunda entrega, ‘Nightmare in pink’, según tengo entendido ya está en camino.
Se trata de una novela breve, entretenida y que entra en materia bien pronto (en apenas diez páginas estamos metidos en el meollo). Por ello no cuenta sólo con los (tópicos) ingredientes de la novela negra, sino también con los del telefilm: casi puede leerse en las dos-tres horas que dura una película. Película que, por las claras descripciones y los diálogos nada forzados, es fácil proyectar durante la lectura.
El protagonista me ha rechinado un poco. Se le intenta presentar como el tipo duro americano (otro tópico a la saca) pero pronto empezamos a verle titubeos y sentimientos impropios del cliché. Tal vez continuando la saga uno se acostumbre y logre dar con la esencia de un personaje que, ya digo, me ha resultado algo artificial (aunque valoro el intento de ruptura con los lugares comunes del género).
No así la némesis, Junior Allen, malo malísimo al que desde el primer momento, y apoyado por esa sensación de guion cinematográfico que deja la lectura, he puesto el rostro de Robert Mitchum para, al final, ver que había acertado. Me explico: el personaje de Junior Allen, desde la primera mención, me ha parecido una mezcla del reverendo de ‘La noche del cazador’ y el buscavidas de ‘El cabo del terror’. Tras la lectura, e indagando sobre obra y autor, he descubierto que, efectivamente, se inspiraron en dicho personaje para crear a aquel que le amargaba la vida a Gregory Peck en la segunda.
A pesar de la suma de lugares comunes de que adolece la obra, el autor brinda acertadas pinceladas psicológicas en una trama en la que hay que tirar de varios hilos para llevarla más allá de la simple lectura entretenida de desatranque en que podría haberse estancado, aunque no me haya parecido nada del otro mundo.
No voy a recomendarla ni a dejar de hacerlo, con lo dicho cada uno podrá valorar si se acerca a ella o no. Por mi parte, tal vez lea otra de la saga sabiendo lo que puedo esperar, pero dudo mucho que me haga fan de la misma ni mucho menos vaya a leer las veintiuna entregas que tal vez Libros del Asteroide se decida a editar en castellano. La segunda entrega, ‘Nightmare in pink’, según tengo entendido ya está en camino.
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