Género: Narrativa
Traducción: Elena Casares Landauro
Editorial: Toromítico
Traducción: Elena Casares Landauro
Editorial: Toromítico
SINOPSIS:
Cuando en lugar del chico huérfano que querían adoptar es una niña
pelirroja de once años, Ana Shirley, la que entra en las vidas de
Marilla y Matthew Cuthbert —dos hermanos solteros que residen en su casa
de Tejas Verdes—, todo cuanto les rodea cambiará para siempre. Con su
vivacidad, sus risas y también sus lágrimas, y sobre todo gracias a su
desbordante alegría e imaginación, Ana conseguirá formar parte de una
familia por primera vez y tener un lugar al que, al fin, podrá llamar
hogar. Ambientada a principios del siglo XX en un lugar tan mágico como
la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá, "Ana, la de Tejas Verdes" nos
llevará a través de los ojos de esta despierta e inocente niña a sentir
el mundo como algo totalmente nuevo, a emocionarnos y reírnos con sus
aventuras y peripecias, y, en definitiva, a ver la vida desde un prisma
más positivo y estimulante. Esta obra, al igual que toda la serie de Ana
Shirley, conjuga los valores de la vida rural y la familia con las
cuestiones universales que todos nos planteamos en algún momento, como
la pertenencia a una tierra, el valor de la amistad o la esencia del
amor.
OPINIÓN:
OPINIÓN:
Más de veinte años después de leer por primera vez esta novela juvenil
me ha vuelto a encantar, no sé si por los mismos motivos que lo hiciera
en la adolescencia, pero en esta ocasión destacaría el fascinante
personaje de Anne.
Debido a un malentendido, los hermanos Marilla y Matthew Cuthbert, que habían pedido un niño de un orfanato para que les ayudase en la granja, reciben en su lugar a Anne Shirley, una peculiar niña huérfana de once años, pelirroja y pecosa –un verdadero drama para ella-, con un carácter vivaz e impulsivo, y tremendamente soñadora.
Ambientada en el medio rural, en Canadá, a principios del siglo XX, la novela abarca las vivencias de Anne desde los 11 a los 16 años, aunque se centra sobre todo en los primeros años que pasa con los Cuthbert, cuando su personalidad arrolladora e imaginación desbordante la meterán en muchos líos, pasando más deprisa por los últimos años de la adolescencia, cuando ya ha madurado y se plantea su futuro.
Lo he leído en inglés, se lee bien, aunque abundan las descripciones de la naturaleza, plantas, flores… detalles en los que siempre se fija la protagonista. Me ha gustado tanto que ya estoy buscando una edición en inglés de la novela que sigue a ésta, “Ana de Avonlea”, que no sé porqué no leí en su momento.
Una novela y protagonista divertida, optimista y positiva, incluso en situaciones adversas, de esos libros que ya sólo por la alegría que transmiten vale la pena leer. Y aunque por lo de “juvenil” pudiera parecer ligera, al contrario, es lo suficientemente profunda para ser recomendable a cualquier edad.
Debido a un malentendido, los hermanos Marilla y Matthew Cuthbert, que habían pedido un niño de un orfanato para que les ayudase en la granja, reciben en su lugar a Anne Shirley, una peculiar niña huérfana de once años, pelirroja y pecosa –un verdadero drama para ella-, con un carácter vivaz e impulsivo, y tremendamente soñadora.
Ambientada en el medio rural, en Canadá, a principios del siglo XX, la novela abarca las vivencias de Anne desde los 11 a los 16 años, aunque se centra sobre todo en los primeros años que pasa con los Cuthbert, cuando su personalidad arrolladora e imaginación desbordante la meterán en muchos líos, pasando más deprisa por los últimos años de la adolescencia, cuando ya ha madurado y se plantea su futuro.
Lo he leído en inglés, se lee bien, aunque abundan las descripciones de la naturaleza, plantas, flores… detalles en los que siempre se fija la protagonista. Me ha gustado tanto que ya estoy buscando una edición en inglés de la novela que sigue a ésta, “Ana de Avonlea”, que no sé porqué no leí en su momento.
Una novela y protagonista divertida, optimista y positiva, incluso en situaciones adversas, de esos libros que ya sólo por la alegría que transmiten vale la pena leer. Y aunque por lo de “juvenil” pudiera parecer ligera, al contrario, es lo suficientemente profunda para ser recomendable a cualquier edad.
Esther Rodríguez
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