Género: Narrativa
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
En su último viaje se sucederán los percances y los encuentros variopintos: con un reportero de televisión tal vez interesado en entrevistar a doña Olvido porque supuestamente conoció a Álvaro Cunqueiro, o con una pareja de guardias civiles que las ayudarán en la búsqueda de la dentadura postiza de Bruna, que ha salido disparada por la ventanilla.
Mezcla de esperpento y road movie senil, esta novela chiflada con toques macabros narra la fuga de dos mujeres que son una mezcla de Thelma y Louise y las entrañables y temibles ancianas de Arsénico por compasión en versión gallega. Porque Olvido y Bruna dejan a su paso un reguero de cadáveres tanto en el presente como en el pasado. Cristina Sánchez-Andrade forja dos personajes inolvidables a los que somete a una peripecia enloquecida, desternillante y desoladoramente humana.
OPINIÓN:
Doña Olvido y Bruna son dos ancianas de Santiago de Compostela que pasan de los ochenta años. Bruna es la criada de Olvido, lo ha sido toda su vida, y juntas emprenden un viaje en coche que, se intuye, llevan mucho tiempo planeando y posponiendo.Llevan por equipaje un “bulto” sospechoso en la parte de atrás y les acompaña una gaviota como pasajera en el techo de su coche escarabajo.
Lleno de situaciones totalmente esperpénticas, Cristina Sánchez-Andrade nos va relatando este viaje que también es un viaje en el tiempo, ya que la narración salta del pasado al presente con una facilidad pasmosa y con maestría.
Ambas historias, pasada y presente, se van complementando mutuamente y ayudan a componer el puzle que nos plantean estas dos ancianas. El presente es ese viaje a destino desconocido y los sucesos que van ocurriendo a lo largo de los kilómetros. El pasado –para mi gusto más logrado– está compuesto por todas las piezas que conforman la vida de cada una de ellas: sus familias, sus juventudes, sus sueños, sus traumas… con la guerra civil española como telón de fondo.
Si me preguntaran de qué va este libro, diría que habla de la memoria, los resentimientos, la locura, los arrepentimientos, los fantasmas interiores y, sobre todo, creo que los tres protagonistas son la soledad, la muerte y el amor y el miedo a amar. Esos elementos son los que acompañan a las dos protagonistas y al resto de personas a lo largo de toda la obra.
Creo que está muy bien retratado el carácter gallego y todo lo “mágico” que rodea al sentir de los gallegos, sobre todo lo más rural y lo relativo a la muerte. Pero también opino que esto va a ser algo complicado de captar – al igual que todos los localismos, expresiones e incluso palabras en gallego – por personas que no estén relacionadas de alguna manera con esta cultura.
Es un libro con una trama muy intensa e interesante, muy bien escrito y con un estilo muy particular. Se lee muy bien y, en cierto modo, te mantiene pegada a sus páginas con incertidumbres que necesitas resolver, pero no me acabó de convencer.
Es todo demasiado exagerado y los cambios del humor al drama (aunque al principio me reí bastante) creo que no están bien llevados. Todo tiene su lógica, casi todo acaba aclarado y comprendido, pero no deja de ser demasiado desproporcionado.
También he echado en falta saber algo más de las vidas de Olvido y Bruna en el espacio intermedio entre los dos periodos relatados; hay un vacío temporal que, a mí, me hubiera gustado conocer: ¿cómo vivieron ese tiempo? ¿cómo fueron alimentado sus sentimientos? ¿cuándo decidieron, y por qué, ese viaje eternamente pospuesto?
En conclusión: no es una lectura que me haya disgustado, pero tampoco será una de mis destacadas. Es la primera vez que leo a la autora y no me ha parecido mal libro, pero el estilo no es el mío; leeré más de ella para contrastar.
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