Género: Narrativa
Traducción: Hugo Bachelli
Traducción: Hugo Bachelli
Editorial: Periférica
SINOPSIS:
Cuando abramos estas páginas habremos llegado a un punto de la vida de su protagonista en que todo es pérdida: la muerte de su familia durante la Segunda Guerra Mundial, la muerte de su joven marido en la guerra por la creación del estado de Israel. Sólo una promesa hecha a sí misma, cifrada en la palabra «reconstrucción» podrá ayudarla a renacer. Con la ayuda de sus libros más queridos (entre los que se encuentran en primer lugar los de Virginia Woolf, con la que «dialoga» casi a diario) y con la presencia nueva de hombres y mujeres con los que ha de aprender a vivir de manera distinta.
He aquí un fragmento de la novela:
«Son los derrelictos del naufragio. Están aquí como memoria y como aviso.
Lugares, pequeñas cosas amadas. ¿La alegría pequeña o la pequeña felicidad? Un tocado, dos guantes, esa pieza que suena en la estancia con un volumen embriagador... Porque entra la música dentro de mí, porque todo a su alrededor, o bajo ella, bajo la música, se detiene o pierde su importancia. Y sólo se alza a esta hora, tras el kir royal y las aceitunas y un plato ligero después, la música de la tarde, de nombre alemán o ruso, la fértil música que vino del Este, como la fértil sangre de Saul, que, aun mezclándose con la mía, no tuvo tiempo de engendrar nueva sangre».
He aquí un fragmento de la novela:
«Son los derrelictos del naufragio. Están aquí como memoria y como aviso.
Lugares, pequeñas cosas amadas. ¿La alegría pequeña o la pequeña felicidad? Un tocado, dos guantes, esa pieza que suena en la estancia con un volumen embriagador... Porque entra la música dentro de mí, porque todo a su alrededor, o bajo ella, bajo la música, se detiene o pierde su importancia. Y sólo se alza a esta hora, tras el kir royal y las aceitunas y un plato ligero después, la música de la tarde, de nombre alemán o ruso, la fértil música que vino del Este, como la fértil sangre de Saul, que, aun mezclándose con la mía, no tuvo tiempo de engendrar nueva sangre».
OPINIÓN:
Tras leer no hace mucho “Una biblioteca de verano” (cuyo título original es “Notebooks I. Summer Library”) y descubrir que era el primer libro de las memorias noveladas de su autora, decidí hacerme con la segunda parte, “Cuando acabe el invierno” (Notebooks I. At the end of the winter...). Al igual que la anterior, es esta una novela breve (no llega a las 80 páginas), con capítulos muy cortos y una escritura concisa y bella que resulta muy sugerente. Si en la primera novela la protagonista había perdido a sus seres más queridos en la Segunda Guerra Mundial y pasaba el duelo organizando una pequeña biblioteca en la casa de su tío, en esta el dolor parece multiplicarse. Tras diez años de un matrimonio que deducimos feliz, la pérdida de su marido es un duro golpe a asumir; pero a pesar de su “duelo en tránsito” (palabras de Virginia Woolf, que es la escritora cuyos fragmentos y lecturas la acompañan en este cuaderno), su decisión es inquebrantable. “Debía cambiar todo aquello que había dentro y fuera de mí. / Una verdadera reconstrución. / La segunda reconstrucción.”
Y mientras la autora “se estaba desprendiendo de la vieja piel para ajustarse una piel nueva”, el lector es testimonio de esas vivencias que la marcan, viajes, amigas (“Enseguida nos convertimos en buenas amigas, en amigas despiadadas cuando había que ser sinceras, pero también en las amigas que lo perdonan todo”)... y los pequeños detalles que le son tan preciados, como un par de guantes, los “más sencillos del mundo”, “que serían los más finos, como la piel humana, para que al tomar cualquier objeto, aquella piel trasladara el frío o calor a mi propia piel”. Los pensamientos de la autora divagan y reflexiona sobre muchos temas, el feminismo o la amistad algunos de los más destacados, y la narración en primera persona y el estilo autobiográfico la hacen muy cercana.
Y tanto más que se podría decir... Pero me quedo con la idea de la gran sensibilidad y delicadeza que con mucha sobriedad plasma la autora. Me ha gustado, quizá el estilo no sea para todos los gustos, pero es breve y se lee bien. Es una lectura que recomiendo, aunque yo empezaría con “Una biblioteca de verano”. Por mi parte, pienso seguir con “El librero de París y la princesa rusa” en cuanto pueda.
Un pequeño inciso aparte. De momento solo he leído dos de sus libros, pero hay una cuestión que no se me va de la cabeza. Por mucha información que busque sobre Mary Ann Clark Bremer en internet, sólo existen referencias en castellano y al final todas provienen de la editorial, Periférica. Cito de la solapa del libro: “La dispersión de su obra, escrita en varias lenguas y publicada siempre bajo seudónimo, hasta fecha reciente, la ha convertido en una escritora secreta que ahora, finalmente, comienza a alcanzar el reconocimiento que merece.”
Siendo una autora teóricamente estadounidense (¿?) y habiendo vivido en numerosos países, estando sus libros traducidos del inglés (¿?), ¿cómo es posible que no exista ninguna referencia en los buscadores, ni siquiera buscando por los títulos originales en inglés? Mi asombro y escepticismo sobre el tema es grande, y me pregunto si no estaremos ante una nueva “Elena Ferrante”.
Esther Rodríguez
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