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15 de octubre de 2018

"El dolor de los demás", de Miguel Ángel Hernández

El dolor de los demás Miguel Ángel Hernández
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Anagrama

SINOPSIS:
En la Nochebuena de 1995, el mejor amigo de Miguel Ángel Hernández asesinó a su hermana y se quitó la vida saltando por un barranco. Ocurrió en un pequeño caserío de la huerta de Murcia. Nadie supo nunca el porqué. La investigación se cerró y el crimen quedó para siempre en el olvido. Veinte años después, cuando las heridas parecen haber dejado de sangrar y el duelo se ha consumado, el escritor decide regresar a la huerta y, metiéndose en la piel de un detective, intenta reconstruir aquella noche trágica que marcó el fin de su adolescencia. Pero viajar en el tiempo es siempre alterar el pasado, y la investigación despertará unos fantasmas que creía haber dejado atrás: la infancia marcada por la Iglesia, el pecado y la culpa; la presencia constante de la enfermedad y la muerte; el universo opresivo y cerrado del que un día consiguió salir. Y con ellos emergerá también la experiencia de una nostalgia contradictoria: la memoria de una felicidad velada, el reencuentro con un origen injustamente sepultado.
Una conmovedora novela sobre la colisión de dos mundos y dos modos de vida. Una soberbia narración a dos tiempos que nos adentra en una España profunda e inexplorada. Un ajuste de cuentas con el pasado. Pero, sobre todo, una sutil e incisiva meditación acerca de la ética de la literatura, que, como en algún momento dice el narrador de esta historia, nos hace tomar conciencia de que «escribiendo no siempre se gana, que a veces también naufragamos ante el dolor de los demás».
Descarnada y honesta, a medio camino entre el thriller policiaco y la confesión autobiográfica, con ecos de autores como Emmanuel Carrère o Delphine de Vigan, esta tercera novela de Miguel Ángel Hernández supone un verdadero paso de gigante en la construcción de una obra personal, sólida y coherente, y constata que, como ya intuyera Enrique Vila-Matas tras la lectura de la celebrada El instante de peligro (finalista del Premio Herralde de Novela), nos encontramos sin duda ante «uno de los escritores europeos más destacados de su generación».

OPINIÓN:
Me vi atrapada por el título, y no he sido la única, ya que en la presentación del libro en Valencia, una mujer dijo esto mismo. Aunque yo tenía alguna información adicional al respecto, pues ya había escuchado una entrevista del autor en la Cadena Ser, eso fue lo que me empujó a asistir a la presentación y comprar el libro.
Escuchar del propio autor los sentimientos que le llevaron a escribir esta novela y las distintas etapas emocionales por las que atravesó es un lujo, porque cada vez que leía algún párrafo citado de boca del escritor, la historia lejos de perder intensidad y emoción, por el contrario, aumentaba las sensaciones.
Un libro emocional, de principio a fin, y aunque tiene un inicio potente: ‘Hace veinte años, una Nochebuena, mi mejor amigo mató a su hermana y se tiró por un barranco’, un inicio que a Kafka le hubiera entusiasmado, de esos que te golpean como un martillo y por el que quieres seguir leyendo, a pesar de que en esa frase inicial está todo contado; tal vez, como ocurre con El túnel de Sábato: “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona”.
Quien no haya oído hablar de la novela tal vez piense que es una especie de Truman Capote a la murciana, un 'A sangre fría' de la huerta, pero no, en absoluto. "El dolor de los demás', es otra cosa: enfrentarse a los fantasmas del pasado, hacerse preguntas sin respuesta y encontrar otras muy distintas de las que se buscaban en un principio.
Recomiendo encarecidamente que lean esta novela. No les decepcionará.
Sol Toledo

11 de noviembre de 2016

"Presente continuo. Diario de una novela", de Miguel Ángel Hernández

Presente continuo Miguel Ángel Hernández
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Balduque

SINOPSIS: 
Entre agosto de 2013 y octubre de 2014, Miguel Ángel Hernández publicó un diario en La Opinión de Murcia. Escrito en segunda persona, a través de frases cortas y con un tono martilleante, el diario exploraba la cotidianidad del escritor –lecturas, viajes, visitas a exposiciones, conferencias, noches infinitas, amistad, amor, recuerdos…– pero sobre todo giraba en torno a la escritura de su segunda novela, "El instante de peligro", que un año después ha resultado finalista del Premio Herralde. Este libro reúne las entradas de ese diario y añade un pequeño epílogo a aquellos días de escritura, el resultado de un viaje al origen de la novela –un muro en mitad de un bosque–, que supone el verdadero punto y final de la historia, el momento en que la ficción y la realidad se entrelazan. Porque, en última instancia, de esto trata "Presente continuo", de cómo la vida se convierte en ficción cuando se narra, y de cómo la ficción se proyecta hacia la realidad y hace saltar por los aires las fronteras entre la vida y la escritura.

OPINIÓN:
Como empedernido lector de novelas y relatos (prácticamente el 90 % de lo que leo), acercarme a este diario fue consecuencia de la admiración que siento por este autor desde que leyera la magnífica ‘Intento de escapada’, previa a la finalista del Premio Herralde ‘El instante de peligro’.
El autor concibe la literatura como un acto de comunicación, así lo comentó en la presentación de esta obra a la que asistí en mi ciudad natal, Cartagena. Aquello de escribir para uno mismo como acto de soledad llevado al extremo no va con él, y considera la escritura, ante todo, una vía de comunicación. Esto se nota desde la primera palabra, pues el texto rezuma confianza y camaradería con un lector que no es tan anónimo, pues el autor lo tiene siempre presente. Se pasan las páginas con la sensación de estar siendo vigilado (curiosa inversión de papeles, pues en realidad es el lector quien contempla la vida del autor), como si el autor supiera que estás ahí, tras una cortina. Las frases cortas, contundentes y en segunda persona aumentan aún más esta sensación de cercanía.
Como diario, la componente autobiográfica es absoluta pero, aun así, queda mucho por contar, como el propio autor indica en algún punto del texto (sucede todo lo que cuenta, pero no cuenta todo lo que sucede). El texto combina descripciones de actos tan cotidianos como almorzar o ir al fútbol con su hermano, con una suerte de ensayo encubierto (muy relajado, cercano, siempre buscando esa comunicación con el lector) sobre arte, cine, series, algún aporte político (poco) y, sobre todo, literatura. Se produce así un interesante contraste donde, a veces en la misma página, nos hablará de la emoción (manifestada con cierta ilusión infantil, manteniendo esa constante sensación de estar hablando con un amigo) ante las traducciones de su novela o, simplemente, ante el hecho de salir a tomar algo y regresar a casa cuando empieza a amanecer, y las reflexivas impresiones de sus lecturas, como su admiración por Vila-Matas o el recuerdo de un Kundera que le impresionó en su adolescencia y que ya no lo hace en la misma medida.
Tal vez por la cercanía he disfrutado este texto más que muchas novelas. Al desarrollarse en gran medida en Murcia he podido visualizar claramente las calles y locales mencionados, poner cara a los personajes aludidos e incluso, en mi caso concreto, vivir con el autor el nerviosismo ante su primer recital dentro del popular ciclo ‘Los lunes literarios’ de la cafetería Zalacaín, pues yo mismo me subí a ese escenario tiempo después y sentí lo mismo que Hernández describe en ese pasaje del diario.
Recomiendo esta obra en cualquier momento, aunque si se hace después de un acercamiento a sus novelas tal vez se logre exprimir aun más la gratificante sensación de su lectura.

20 de marzo de 2016

"Intento de escapada", de Miguel Ángel Hernández

Intento de escapada Miguel Ángel Hernández
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Editorial: Anagrama

SINOPSIS:
La rutina de Marcos, aplicado y retraído estudiante de Bellas Artes, se ve interrumpida por la llegada a su pequeña ciudad de provincias del célebre Jacobo Montes, el gran artista social del presente, cuya transgresora obra pretende ser una denuncia del capitalismo contemporáneo. Casi por azar, Marcos acaba convertido en su asistente y con él aprenderá a mirar con nuevos ojos la realidad, en especial el problema de la inmigración, tema sobre el que Montes pretende trabajar en la ciudad. Toda una experiencia de iniciación que, sin embargo, no acabará como Marcos había imaginado. Los métodos de Montes están en el límite de lo admisible. Y cuando la teoría se lleva a la práctica, las cosas corren el riesgo de irse de las manos. En ese momento, el arte se transforma en un juego grotesco y peligroso. Una crítica profunda y envenenada del arte contemporáneo más radical y de la actitud cínica que se oculta detrás de ciertas prácticas artísticas «comprometidas».

OPINIÓN:
El arte, la vida y las consecuencias de romper el muro que los separa son el epicentro de esta novela. ¿Puede justificarse cualquier acción por ser/considerarse arte? Es en cierto modo una historia de iniciación y aprendizaje, condensada en tres meses de la vida de su protagonista, un estudiante de Bellas Artes que se mueve como pez en el agua cuando se trata de ver y opinar, pero quien se estrella contra un muro de cruda realidad cuando llega el momento de hacer.
Paralelamente al mundo del arte, la novela trata la inmigración, la búsqueda desesperada de un trabajo, aunque sea sólo durante unas horas, sin saber dónde ni cómo será, el microuniverso de los locutorios, la vida en los llamados pisos patera y el sueño de poder abandonarlos. Ése es el ‘intento de escapada’ que un artista social quiere plasmar en su obra, como manera de hacer visibles a estas personas transparentes para la sociedad, y en cuyo mensaje nuestro protagonista, asistente del artista, no ve más que humillación hacia el necesitado y conformismo por parte del espectador.
En segundo plano, el autor aprovecha la apariencia de su impopular y regordete protagonista para lanzar un par de latigazos que las películas de Hollywood y los libros de autoayuda se empeñan en hacernos obviar.
Una lectura más que interesante, a caballo entre la novela y el ensayo, que recomiendo sin duda
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