Género: Narrativa
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
Editorial: Anagrama
SINOPSIS:
La historia de un adolescente que no diferencia la realidad de un episodio de Coyote y Correcaminos. Un relato de aprendizaje que es la crónica lateral de la generación que creció en la España de la transición. Escrita con una asombrosa economía de recursos, esta novela que revela a un narrador de estilo despojado y muy personal ganó el Premio Ícaro de Literatura y fue seleccionada por El País como una de las novelas más destacadas de los últimos veinticinco años.
OPINIÓN:
Félix Romeo construye una novela a retales compuesta por más de 100 capítulos que suelen constar de uno o dos pequeños párrafos. Se puede entender dentro de las llamadas novelas de iniciación por tratar la infancia del autor/protagonista (el cariz autobiográfico es muy evidente), pero al poco de comenzar a leer uno se siente muy lejos de los tópicos ejemplos del género como ‘El guardián entre el centeno’ o ‘David Copperfield’. Más que una novela de iniciación, se trata de una suerte de autobiografía / crónica de una generación, de aquella que transitó los últimos años del Franquismo, según leo en otras reseñas, aunque, por mi parte, he visto algún guiño a los primeros ochenta, abarcando la narración desde la infancia a la primera adolescencia.
Se trata de una narración bastante abstracta, donde el lector juega a adivinar si lo que se cuenta ocurrió de verdad o sólo en la mente del autor; si se trata de un recuerdo muy difuso o incluso del recuerdo de un recuerdo. No son pocos los pasajes de marcado corte surrealista, como el episodio del hámster suicida o el visionado de cierto capítulo de Popeye con su vecina coja, en el que Brutus intenta secuestrar a Olivia. De este modo, y con pequeños saltos en el tiempo, oscilamos entre el seminario, la academia militar, esnifar cola, atracar farmacias y estrellarse en coches robados, entre otras muchas cosas menos ruidosas pero tanto o más llamativas una vez situados dentro de la historia. Todo narrado con maneras de infante, sin ornamentos y con mucha repetición de términos, algo que suele ponerme nervioso pero que en esta ocasión, en parte gracias a su absurdo, y por momentos negro, humor, no me ha impedido disfrutar la lectura. Es lo primero que leo de este autor, cuya obra seguiré investigando, y lo recomiendo.
Se trata de una narración bastante abstracta, donde el lector juega a adivinar si lo que se cuenta ocurrió de verdad o sólo en la mente del autor; si se trata de un recuerdo muy difuso o incluso del recuerdo de un recuerdo. No son pocos los pasajes de marcado corte surrealista, como el episodio del hámster suicida o el visionado de cierto capítulo de Popeye con su vecina coja, en el que Brutus intenta secuestrar a Olivia. De este modo, y con pequeños saltos en el tiempo, oscilamos entre el seminario, la academia militar, esnifar cola, atracar farmacias y estrellarse en coches robados, entre otras muchas cosas menos ruidosas pero tanto o más llamativas una vez situados dentro de la historia. Todo narrado con maneras de infante, sin ornamentos y con mucha repetición de términos, algo que suele ponerme nervioso pero que en esta ocasión, en parte gracias a su absurdo, y por momentos negro, humor, no me ha impedido disfrutar la lectura. Es lo primero que leo de este autor, cuya obra seguiré investigando, y lo recomiendo.
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