Género: Narrativa
Editorial: Alfaguara
SINOPSIS:
«Nadie regresa del infierno indemne.»
Es la noche del fin de año chino, empieza el año del cerdo. Chesca, al mando de la Brigada de Análisis de Casos desde hace un año, ha quedado con Ángel Zárate, pero en el último momento este le da plantón. Aun así, ella sale a divertirse, conoce a un hombre y pasa la noche con él. A la mañana siguiente, tres hombres rodean su cama, a la espera de unirse al festín. Y un repulsivo olor a cerdo impregna la estancia.
Después de un día entero sin dar señales, los compañeros de la BAC empiezan a buscar a su compañera. Cuentan con una ayuda inestimable: Elena Blanco, que aunque dejó la policía tras la debacle que supuso el caso de la Red Púrpura, no puede dar la espalda a una amiga. Pronto se darán cuenta de que tras la desaparición de Chesca se esconden secretos inconfesables.
Tras el abrumador éxito de La novia gitana y La Red Púrpura, Carmen Mola regresa en esta tercera entrega de la serie protagonizada por la inspectora Elena Blanco con nuevos e impactantes personajes, y una historia «no apta para lectores sensibles».
OPINIÓN:
Tercera entrega de la serie tras “La novia gitana” y “La Red púrpura”. Si las dos novelas anteriores era recomendable leerlas en orden, esta se puede leer de manera independiente. De nuevo nos encontramos con la BAC, la Brigada de Análisis de Casos, al mando de Chesca Olmo desde que la inspectora Elena Blanco abandonara el cuerpo tras el caso de “La Red Púrpura”. Pero un día la subinspectora Chesca desaparece, no se presenta a una citación judicial en la que era la testigo principal. Ninguno de sus compañeros cree posible que ella falte voluntariamente a una cita con el juzgado, y se inicia su búsqueda.
Reyes Rentero, sobrina del comisario, es la nueva incorporación a la BAC, y Elena Blanco regresa temporalmente a la brigada para encontrar a su amiga. Los capítulos son cortos y se alternan los protagonizados por los miembros de la BAC intentando localizar a Chesca y, por otro lado, los que se centran en lo que está viviendo la subinspectora. Sus compañeros descubrirán facetas de la vida de Chesca que desconocían, y es interesante ver la evolución de los personajes, en la misma novela e incluso de título en título.
Como ya es habitual en sus tramas, la investigación policial nos lleva por derroteros macabros y violentos, con escenas crudas y directas, pero sin regodearse en ellas. Carmen Mola resuelve los casos que plantea, pero no es de finales felices, sus personajes pueden decir con toda la razón: “En cada caso perdemos un trozo de alma”, porque “nadie regresa indemne del infierno”.
Con una buena ambientación y un ritmo ágil, es una lectura intensa y adictiva, de las que no puedes soltar hasta que terminas. Me ha gustado, y no menos que las entregas anteriores, pero sobre todo me ha atrapado totalmente y la he disfrutado. Una novela muy recomendable para los amantes del género policíaco.
Esther Rodríguez
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