23 de mayo de 2016

"Soy un gato", de Natsume Sōseki

Soy un gato Natsume Soseki
FICHA TÉCNICA:
Género: Narrativa
Traducción: Yoko Ogihara y Fernando Cordobés
Editorial: Impedimenta

SINOPSIS: 
«Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre.» Así comienza la primera y más hilarante novela de Natsume Soseki, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa, que narra las aventuras de un desdeñoso felino que cohabita, de modo accidental, con un grupo de grotescos personajes, miembros todos ellos de la bienpensante clase media tokiota: el dispéptico profesor Kushami y su familia, teóricos dueños de la casa donde vive el gato; el mejor amigo del profesor, el charlatán e irritante Meitei; o el joven estudioso Kangetsu, que día sí, día no, intenta arreglárselas para conquistar a la hija de los vecinos. Escrita justo antes de su aclamada novela Botchan, Soy un gato es una sátira descarnada de la burguesía Meiji. Dotada de un ingenio a prueba de bombas y de un humor sardónico, recorre las peripecias de un voluble filósofo gatuno que no se cansa de hacer los comentarios más incisivos sobre la disparatada tropa de seres humanos con la que le ha tocado convivir.

OPINIÓN:
Es una novela satírica protagonizada y narrada por un peculiar gato sin nombre –“Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre” nos dice al inicio de la novela– que vive en la casa de un maestro, junto a la mujer de éste y sus hijas. Está ambientada y escrita en 1905, en Japón, en una época de cambio de siglo y de importación de costumbres y pensamientos occidentales, trasfondo constante en la historia.
Kushami, el personaje que ha acogido al gato en su casa, es bastante singular, amargado y poco apreciado por los que lo conocen –casi grotesco diría yo–, al que frecuentemente visitan amigos con los que conversa. El felino, inteligente, arrogante y con un modo de razonar muy “humano”, nos cuenta divertidas anécdotas, vividas por él o por el profesor, y se dedica además a diseccionar profundamente a su dueño. Sus reflexiones sobre el maestro y el ser humano en general son incisivas, llenas de humor y muchas de ellas absolutamente geniales.
Hay bastantes referencias a hechos históricos y sobre cultura japonesa e inglesa, afortunadamente las notas aclaratorias al pie de página de la edición de Impedimenta son excelentes y una gran ayuda en la lectura.
Es el primer libro que leo del autor y me ha encantado, aunque no creo que sea una lectura para todos los gustos. Es un libro extenso –640 páginas– y que puede parecer monótono y denso, pues en muchos de los capítulos se repite el encuentro del profesor con sus peculiares amigos y sus largas charlas, a veces disparatadas y a veces profundas. También abundan las descripciones y extensos razonamientos filosóficos, ya sean del gato o del maestro y sus visitantes. Por otro lado tampoco hay mucha acción, lo máximo que se aleja el gato es a visitar la casa de los vecinos.
Antes de empezar el libro leí que originalmente se había publicado por entregas –lo que explica el hecho de que cada capítulo sea, en cierto modo, independiente del anterior–, y decidí leerlo de la misma forma; no lo he leído seguido sino capítulo a capítulo, y me ha resultado bastante ameno.
En resumen, me ha parecido una novela divertida y profunda a la par, para leer con calma y que sólo recomendaría para quien ya tenga cierto bagaje de literatura japonesa y le guste
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Esther Rodríguez

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